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Las cloacas de Interior Martín-Blas acusa a Pino, Gago y Villarejo de mentir y entrega pruebas al Parlament

El exjefe de Asuntos Internos comparece ante la comisión de investigación de la Operación Cataluña, a la que presenta documentos judiciales y policiales para desmontar los testimonios de los jefes de la brigada política de Interior ante el Congreso de los Diputados y ante el juez del caso del pequeño Nicolás. Anuncia querellas contra ellos y contra periodistas.

Martín-Blas, durante su comparecencia en la comisión de investigación. / FOTO: PARLAMENT DE CATALUNYA

"No se me permite presentarme como acusación particular, pero continuaré hasta que se acabe el bolsillo o la esperanza".

Así ha arrancado Marcelino Martín-Blas, exjefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, su declaración ante la comisión de investigación del Parlament sobre la llamada Operación Cataluña. Testimonio que ha acompañado con numerosas pruebas documentales extraídas de sumarios judiciales e informes policiales para demostrar que es víctima de "una campaña de desprestigio" orquestada por los verdaderos jefes de la brigada política de Interior durante el mandato del exministro Jorge Fernández Díaz.

El que fuera director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, su jefe de gabinete, José Ángel Fuentes Gago, y el ya famoso excomisario José Manuel Villarejo, han mentido –según el testimonio y los documentos aportados por Martín-Blas– en sede parlamentaria o ante el juez, precisamente para desviar la atención de sus montajes ilícitos y acusar al que hoy los denuncia de absolutamente todas las irregularidades y maniobras alegales que se cometieron en aquella etapa.

Martín-Blas, quien trabajó 45 años en la Policía Nacional y empezó su carrera como comisario dirigiendo la seguridad de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92 –momento en que conoció a Pino, según su testimonio–, también anunció diversas querellas no sólo contra la cúpula policial sino también contra varios periodistas que le han acusado hasta de fabricar pruebas falsas.

Una y otra vez, el comisario principal recién jubilado insistió: "Nosotros proponemos, pero la instrucción la dirige un juez". Y subrayó que en cuanto las conclusiones de la comisión judicial del caso del pequeño Nicolás (en la que él participó) sostuvieron que "parecía existir una organización criminal en la que participaban el DAO, Villarejo, y los periodistas [Eduardo] Inda y [Carlos] Mier, a partir de ese momento la Prensa dice que Martín-Blas ha hecho la grabación al ministro, la ha filtrado y la ha difundido, la ha entregado al CNI, ha hecho el pendrive [invalidado por el juez] de Pujol, ha organizado la Operación Cataluña, ha cometido las amenazas a la BPA [Banca Privada d'Andorra], ha efectuado la grabación ilegal al CNI en el caso Nicolás… todo lo había cometido Martín-Blas".

"Se me ha acusado de ser casi Superman"

"Se me ha acusado de ser casi Superman", continuó irónicamente Martín-Blas, "porque soy capaz hasta de poner en marcha al Departamento del Tesoro de EEUU", en referencia al informe del FinCen que forzó la intervención de la BPA y Banco Madrid.

El ex comisario principal dedicó gran parte de su presentación inicial y de las respuestas a las preguntas a los parlamentarios a detallar los casos en los que sus acusadores han mentido en el Congreso o a las preguntas del fiscal, como Villarejo, quien declaró como imputado que mantuvo una larga colaboración con Martín-Blas: "Durante todo el año 2012 estuvimos viajando a Barcelona; hemos comido, hemos viajado juntos tuvimos una relación extremadamente intensa, hasta que yo le hice ver que estaba cometiendo un error"... 

Tras citar esa declaración de Villarejo –en la que éste "tenía derecho a mentir por ser investigado"– Martín-Blas explicó: "El magistrado solicitó a la Dirección General de la Policía la relación de sus viajes y los míos, y comprobó que no habíamos coincidido ni una vez en Catalunya, ni en 2012 ni en 2013. Así que la mentira quedó demostrada y quedó en el sumario".

"En mis viajes tampoco he viajado nunca a Andorra, como se me ha acusado", prosiguió su testimonio ante el Parlament. "Y los informes de la Policía enviados al Congreso no me relacionan en absoluto con las grabaciones al ministro", como se han empeñado en asegurar diversos medios de comunicación.

"Puedo demostrar documentalmente que es falso"

Otra mentira, esta vez con obligación de decir la verdad, fue la de Fuentes Gago, quien afirmó ante el Congreso que estuvo destinado en Asuntos Internos e incluso que fue Martín-Blas quien le ordenó que organizase las reuniones entre el ministro del Interior y Daniel de Alfonso –entonces jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya–, cuyas conversaciones fueron grabadas y Público reveló al difundir esos audios en exclusiva hace un año.

"Puedo demostrar documentalmente que eso es totalmente falso. Ni él [Gago] ni Villarejo estuvieron jamás destinados a Asuntos Internos", proclamó Martín-Blas, por mucho que Pino y Gago afirmasen eso ante la comisión de investigación del Congreso de los Diputados hace una semana.

En aquella otra comparecencia, Fuentes Gago adujo que Martín-Blas a veces le impartía órdenes, y este último subrayó que –al depender Gago directamente del DAO y no de él– era imposible que le ordenase nada, aunque tuviera un rango superior, igual que en el Ejército no se obedecen más que las órdenes que dé un superior que pertenezca a la misma unidad, y no las de cualquier mando de mayor graduación: "A un coronel, le diré 'a sus órdenes', pero eso no quiere decir que vaya a cumplir cualquier cosa que ordene si no es mi superior jerárquico directo".

Martín-Blas anuncia que presentará nuevas querellas

Igualmente, el excomisario dijo poder demostrar que jamás pudo haber realizado las grabaciones en el despacho del ministro en Interior, donde nunca estuvo, ni haberlas después distribuido, puesto que no contó con acceso a ningún material producido en la sede de ese Ministerio.

Y saltó una y otra vez con indignación cuando se mencionaron versiones publicadas que le atribuían hechos falsos (según aseguró poder demostrar), como que mantuvo largas y estrechas relaciones con Ignacio Cosidó –quien era director general de la Policía– o que se llevó materiales y documentación reservada cuando fue cesado en Asuntos Internos, anunciando nuevas querellas contra los que los han difundido.

No obstante, la mayor parte de su comparecencia estuvo centrada en la investigación del caso del pequeño Nicolás, en el que –dijo– vio "más y mayores irregularidades" que en toda su dilatada trayectoria policial. Los diputados catalanes trataron de centrar su testimonio en la llamada Operación Cataluña, pero el Martín-Blas no sólo dijo desconocer que esta existiese –"se trata de un término periodístico"–, sino que volvió a desmentir una tras otra las numerosas informaciones publicadas sobre su presunto papel protagonista en esas maniobras, remitiendo de nuevo a los parlamentarios a los materiales documentales contenidos en los sumarios correspondientes.

Al final, varios diputados se enzarzaron en una disputa sobre el significado de lo que había declarado Martín-Blas, atribuyéndole afirmaciones que no había hecho, hasta el punto de que tuvo que intervenir la presidenta de la comisión para calmar los ánimos. Antes, el testigo había repasado sus actuaciones en cada uno de los escándalos destapados en los últimos años, desde el del imperio empresarial y patrimonial de Villarejo –algo "muy anormal; nunca antes ha ocurrido algo así"– hasta el de la filtración a la prensa de la grabación ilegal de la reunión confidencial con agentes de los servicios secretos, cometida en sede policial.

En las dos horas y media de interrogatorio también se trató sobre la Brigada de Revisión de Casos creada por Pino y su intervención en las investigaciones del caso Palau y del 3%. Pero en todo momento Martín-Blas negó tener conocimiento de la llamada en ocasiones "policía patriótica" y a menudo respondió que no podía aclarar asuntos de los que él no tenía conocimiento personal.

En cuanto a la supuesta guerra de comisarios entre él y Villarejo, una vez más se remitió a las pruebas documentales en los sumarios judiciales y a los informes policiales –algunos de los cuales aportó y otros instó al Parlament a solicitarlos– para negar rotundamente cualquier enemistad contra el policía multimillonario.

Queda todavía mucho por investigar.

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