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IU Andalucía afronta un dilema envenenado: confluir o morir

La debilidad de la coalición de izquierdas y los miedos a la confluencia con Podemos centran un debate tenso entre Maíllo y José Luis Pérez Tapias, los dos candidatos a liderar la federación más numerosa de la coalición de izquierdas

José Luis Pérez Tapias y Antonio Maíllo.

DANIEL CELA

La confluencia con Podemos tiene exasperados a los dos candidatos a liderar IU Andalucía, hasta el punto de que este martes, en el único debate previo a la XXI asamblea regional del 7 y 8 de octubre, ambos han aireado sus diferencias y sus heridas como si fueran heridas de muerte. ¿Tiene futuro IU sin Podemos? Ante esta pregunta, que ha monopolizado el diálogo entre el coordinador actual, Antonio Maíllo, y su rival, el exsecretario de Organización, José Luis Pérez Tapias, es difícil no tener la sensación de que la coalición de izquierdas se encuentra al borde del precipicio.

Pérez Tapias: “Estamos ante una IU invisible y desmovilizada. Hemos perdido 2.600 militantes desde 2013”.

Maíllo: “Somos menos militantes, pero más simpatizantes. Tenemos 80 alcaldías, más de mil concejales y 29 cogobiernos”.

Pérez Tapias: “IU se diluye”.

Maíllo: “Es desacertado arrojar siempre sospechas: IU no va a desaparecer”.

Pérez Tapias: “Por decir eso muchas veces no se convierte en realidad. Cuando leo los documentos de la dirección actual, me parecen realismo mágico sudamericano”.

Maíllo: “Me recuerdas a Susana Díaz hablando; ella siempre me dice que IU se diluye”.

Pérez Tapias: “En el Parlamento, ahora estamos haciendo seguidismo de Podemos”.

Maíllo: “¿Tienes alguna propuesta política o sólo críticas?”.

Pérez Tapias: “¿Eso de superar IU qué es? ¿Me lo aclaras? Porque el debate sobre la superación del partido no le interesa nada ni a la ciudadanía ni a la militancia”.

Maíllo: “José Luis, vas de asustaviejas, el debate de la confluencia no me lo he inventado yo, se votó y está en todos los documentos políticos”.

Pérez Tapias: “En la filosofía de la confluencia estamos todos convencidos. El problema, Antonio, es que nos has situado en una posición de subordinación respecto a Podemos”.

Maíllo: “Yo creo que tú estuviste en una posición de subordinación con el PSOE, por ejemplo en la crisis de la Corrala [Susana Díaz retiró las competencias sobre Vivienda a IU cuando formaban cogobierno]”.

Pérez Tapias: “Nuestra política de alianza después de las elecciones, ¿quién la decide? ¿IU o la confluencia? ¿Vamos a aceptar otra vez que nos impongan a un comandante o general en Almería?

Maíllo: “¿Qué ventaja le ves a la confluencia? Todos son miedos. ¿Puedes aportar alguna solución?”

El debate sobre el futuro de IU Andalucía se ha convertido prácticamente en un monográfico sobre la confluencia con Podemos, lo cual da una idea del estrecho espacio político en el que se mueve la coalición de izquierdas, que en su mejor momento llegó a tener 20 diputados en el Parlamento. Sin embargo, tampoco sirvió para aclarar muchas dudas sobre la hoja de ruta para consolidar la coalición con la formación morada antes de las elecciones autonómicas de 2019. “Ni siquiera sabemos si Pablo Iglesias le va a dejar a Teresa Rodríguez hacer su lista electoral en Andaucía, porque Podemos aún no ha accedido a descentralizar el partido”, le advirtió Pérez Tapias a Maíllo.

El que fuera número dos del exlíder de IU, Diego Valderas, estuvo a la ofensiva durante la hora larga que duró el debate. El aspirante con menos opciones tuvo un discurso más sereno, menos barroco que el de Maíllo, más atacante que propositivo, como si su objetivo real fuera más ganarse un hueco en la próxima ejecutiva que ocupar el puesto del actual líder. Pérez Tapias jugó a desestabilizar el proyecto de confluencia con Podemos, consciente de que es la gran apuesta del actual coordinador regional. A su favor jugaba el que, en efecto, aún son muchas las incógnitas sobre cómo se hará y cómo funcionará esa confluencia con el partido morado.

No parece haber plan B, de modo que Maíllo tiene que defender sí o sí su hoja de ruta. “¿Te comprometes a defender ante la asamblea federal de Alberto Garzón que cualquier asamblea local o provincial de IU podrá presentarse como IU en las municipales?”, le retó Pérez Tapias, poniéndole el ejemplo de Zamora o Córdoba. Detrás de este órdago está el controvertido documento de Podemos Andalucía -“ese que nos sentó mal a todos e hiciste bien en denunciar como una injerencia”- en el que la formación morada ponía a IU como condición para confluir que rompiera con el PSOE en todos los ayuntamientos donde ahora cogobierna.

Maíllo habló más nervioso, moviendo más los brazos y revolviéndose a ratos en el sillón. Su discurso fue más alambicado que el de su rival, pero esquivó todos los dardos y no dejó convertirse en diana. El actual líder denunció el “pesimismo apocalíptico” de su oponente, se negó a verse retratado junto a él como rivales. “Somos compañeros José Luis, los adversarios son otros” (…). “Tutéame, José Luis” (…). "Sois demasiado agoreros, pero a mí no me vais a quitar las ganas. Apelo a que hagáis análisis más propositivos, más allá de críticas”, avisó. Durante toda su exposición, Maíllo apeló a la “confianza”, a las ganas y a la energía, mientras su rival insistía en que por mucha confianza que le pusieran, “las encuestas dicen lo que dicen”.

Al margen de las tensiones internas, el debate y el formato del mismo (transmitido en directo por streaming, con 12.000 reproducciones, unas 250 visualizaciones de media) es ya un síntoma de una organización política renovada, moderna y valiente en su apuesta de transparencia. Fue un diálogo duro, porque la situación política de IU es dura, pero fue un debate sereno, respetuoso y lleno de matices. La coalición de izquierdas ha renovado su imagen y su forma de hacer política, está a años luz de aquella formación encerrada en sí misma, heredera de la ortodoxia marxista, poco amiga de exponer sus diferencias en público y ante los medios. Un déficit que no todos los partidos políticos han superado.

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