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Referéndum del 1-O Susana Díaz apoya la aplicación del artículo 155 si se lleva al límite el 1-O

El Gobierno andaluz defiende sin complejos la suspensión de la autonomia si se consuma el “golpe de Estado”, y acusa los “vaivenes” de la dirección federal del PSOE

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La presidenta andaluza, Susana Díaz, momentos previos a la declaración institucional en el Palacio de San Telmo en Sevilla. EFE/Julio Muñoz

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Política

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha comparecido esta mañana en San Telmo, sede del Ejecutivo andaluz, para hacer “un llamamiento a la tranquilidad y a la serenidad”, y evitar “cualquier acción o manifestación que suponga un riesgo a la convivencia democrática”.

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Mientras en Catalunya empezaban a producirse detenciones de cargos públicos de la Generalitat vinculados al referéndum de autodeterminación del 1 de octubre, manifestaciones y protestas ciudadanas en las calles. El Gobierno de Mariano Rajoy ha ordenado a las primeras detenciones, y la reacción de los grupos políticos ha sido muy desigual. A las 15.00 horas, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, era el único líder político que aún no había expresado la posición de su partido sobre lo sucedido. Susana Díaz sí lo hizo: “El Estado tiene la obligación de restablecer la ley desde el respeto escrupuloso a los órganos judiciales y a los poderes del Estado. Y no olvidemos que el Estado somos todos”, había dicho horas antes.

El Gobierno de Susana Díaz defiende una posición nítidamente clara respecto al conflicto catalán, con muchos menos matices que la dirección federal del PSOE, a quien reprochan sus vandazos y ambigüedades, que desde el PSOE andaluz atribuyen a la necesidad desesperada de buscarle al PSC un espacio político en Cataluña que ahora no tiene. Ante las detenciones y registros ordenados por el Ejecutivo central este miércoles, Díaz ha apelado a la legalidad. Pero en todo este conflicto, y más claramente desde que el Tribunal Constitucional anuló las leyes de ruptura aprobadas por el Parlament catalán, la Junta siempre ha tenido clara su posición:

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¿El Gobierno andaluz defiende la aplicación del artículo 155 de la Constitución para que el Estado retire sus competencias a Catalunya en caso de que se celebre el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre? Sí. Rotundamente sí. ¿El PSOE andaluz apoya esa medida? Sin duda, sí. Está recogida en la Constitución y no creen que haya que “demonizar” ese artículo. ¿La presidenta andaluza considera que la dirección federal de su partido ha sido tibia o vacilante respecto a la convocatoria del 155? Sí. Díaz es mucho más tajante al respecto, y en su entorno se acusa la tibieza y ambigüedad de Ferraz sobre el tema, quejándose de que un día aseguran que nunca apoyarán esta medida, otro día matizan que llegado el caso, quizá la apoyen, y más tarde apremian a Moncloa para aclarar algo que ni ellos mismos han explicado con claridad.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, durante la declaración institucional en el Palacio de San Telmo en Sevilla. EFE/Julio Muñoz

¿El socialismo andaluz cree que alinearse sin fisuras con el PP y con el Gobierno de Mariano Rajoy en el asunto catalán puede perjudicarle electoralmente? Es un riesgo que asumen, porque están convencidos de que el conflicto catalán ha derivado en un “golpe de Estado”, y acusan tanto a la Generalitat como a los grupos independentistas de un delito de sedición, de atropellar los derechos de cuatro millones de catalanes y, por extensión, del resto de españoles. Susana Díaz cree que Rajoy ha desaprovechado el momento del diálogo, que el choque de trenes es irreversible, teme que la CUP llame a desobediencia civil en las calles al día siguiente del 1-O, y no disimula ni su preocupación (al nivel de crisis de Estado sin precedentes) ni va a ser ambigua al abordar el conflicto de Catalunya.

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Desde Sevilla, la posición del PSOE federal respecto al embrollo catalán se percibe como una curva de isóbaras, arriba y abajo, sin una determinación clara. El pasado julio, la portavoz en el Congreso, Margarita Robles, rechazó de plano la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que por entonces ya barajaba Rajoy. “Nunca sería una solución procedente y nunca la apoyaríamos”, afirmó. Pedro Sánchez aún cree que hay tiempo para evitar el choque de trenes por la vía de una comisión de partidos en el Congreso, una fórmula parecida a la que promueve Podemos, mientras que Díaz se muestra escéptica ante ambas iniciativas.

El pasado fin de semana, el líder socialista regresó a Catalunya para lanzar dos ideas: una, que apoya la firmeza del Gobierno ante el órdago secesionista -incluida la acción policial de los últimos días- y que falta “una solución política”. “Si da ese paso, contará con el apoyo leal del PSOE”. Al día siguiente, el portavoz de la ejecutiva federal, Óscar Puente, daba un giro a la posición oficial y admitía por primera vez la posibilidad de retirar las competencias a Catalunya. “No es lo deseable”, dijo, “pero vamos a esperar y a la luz de las circunstancias tomaremos una decisión”. Una vez más, al día siguiente, Robles preguntaba directamente a Rajoy en el Congreso si contemplaba esta fórmula, desviando así la presión hacia el Gobierno.

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Esas idas y venidas desconciertan al Ejecutivo andaluz, que no tiene dudas en abordar sin ambages el problema y asumir que la retirada de competencias a Catalunya, en caso de que se fuerce el referéndum del 1-O, “tiene un asidero legal en la Constitución española”. En este asunto, a Díaz no le escuece estar hombro con hombro con Rajoy, mucho más le chirría coincidir con los independentistas. Este martes la unidad de voto del PSOE en el Congreso volvió a romperse después de que cuatro diputados (tres de ellos andaluces, muy vinculados a Susana Díaz) se desmarcaran de la posición oficial del grupo. Se votaba una proposición no de ley de Ciudadanos para reafirmar el apoyo mayoritario del Congreso al Gobierno de Rajoy en su respuesta al referéndum separatista.

Con Ciudadanos, en Madrid y en Sevilla

El PSOE votó mayoritariamente en contra (igual que Unidos Podemos, PNV y los independentistas), y tres diputados andaluces se abstuvieron. La versión de los tres aludidos es que fue “un error”, y así lo afirman fuentes del PSOE andaluz, que se desmarca de lo sucedido en el Congreso. Sin embargo, la situación ha generado suspicacia en las filas socialistas, porque al mismo tiempo que se votaba esta iniciativa de Ciudadanos en Madrid, en Sevilla, Susana Díaz y la formación naranja estaban sellando el acuerdo que garantiza los Presupuestos andaluces para 2018.

Algunos ven en esta coincidencia una intención de no hacer peligrar un pacto que da estabilidad política al Ejecutivo de Díaz hasta final de legislatura. Además, en Andalucía Ciudadanos también ha registrado en el Parlamento una PNL muy similar a la que ayer martes se votó en el Congreso, y previsiblemente contará con el apoyo del PSOE y del PP.

Susana Díaz no logró hacerse con la secretaría general del PSOE en las primarias contra Pedro Sánchez, pero aún se ve como una política de Estado, con una visión de España donde no tiene cabida un referéndum sobre la separación de una parte del territorio, ni pactado ni sin pactar. La andaluza aplaude la decisión de su líder de apoyar a Rajoy en el conflicto catalán, pero cree que la comisión territorial que Sánchez ha propuesto en el Congreso es extemporánea, “llega tarde”, “porque los independentistas han violentado la crisis hasta el extremo y nos han dado con la negociación en la cara”. Su posición respecto a qué debería hacer el Gobierno central tras el 1-O es mucho más clara que la de Ferraz: aplicar el artículo 155, retirar las competencias a Catalunya por haber consumado un delito de sedición, o en su defecto, desarrollar la Ley de Seguridad Nacional, pactada por PP y PSOE.

A la presidenta andaluza no se le conocen ambigüedades respecto al tema catalán, la defensa del artículo 2 de la Constitución y de la unidad de España. Cuando Teresa Rodríguez le achaca a Susana Díaz su fervor por la “unidad indivisible de la patria española, muchas veces contra Pedro Sánchez y junto a Rajoy”, la líder de Podemos casi está parafraseando con ironía la exaltación falangista, a sabiendas de que a una parte notable del electorado de izquierdas identifica esa defensa férrea de la unidad de España con la derecha más arcaica.

Pero la presidenta andaluza no siente el menor complejo en ese sentido, ni se pone de perfil ni usa subterfugios ni eufemismos, al contrario, da toda la razón a su oponente: “Sí, yo creo en la Constitución, en la unidad de España y la igualdad. Lo digo aquí y en todos los sitios a los que voy. Lo digo sin matices, sin demagogia y sin ambigüedades”, dice Díaz, para a continuación achacar a Rodríguez su posición “conscientemente ambigua” respecto al tema catalán. “Anticapitalistas, su fuerza política, y no la extiendo a Podemos Andalucía, defiende el referéndum secesionista y la desobediencia a las leyes. Si este es su modelo, dígalo. Yo defiendo a Andalucía y lo que es bueno para Andalucía ha sido siempre bueno para el resto de los españoles”.

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