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PSOE VASCO Sánchez e Iceta aterrizan en Bilbao para reivindicar la vía “dialoguista” del PSE

El socialismo vasco celebra este fin de semana su octavo congreso, en el que Idoia Mendia, artífice del gobierno de coalición con el PNV, será ratificada al frente del partido.

Pedro Sánchez, en un mitin con Idoia Mendía. EFE

En uno de los fines de semana más convulsos de la historia de España, los principales cargos del Partido Socialista de Euskadi (PSE) podrán dormir relativamente tranquilos. Mientras el país aguarda noticias desde Catalunya, la formación liderada por Idoia Mendia ratificará sin mayores sobresaltos a esta abogada de 52 años como secretaria general. Seguirá al frente de esas siglas durante otra temporada, en la que quizás sí le toque perder el sueño: si sus socios del PNV apuestan por el derecho a decidir, ella deberá decidir qué hace con ese derecho.

Aún falta mucho para eso. De momento, Mendia –ex consejera de Justicia en el gobierno de Patxi López- se levantará este sábado bien temprano, desayunará y se irá al Palacio Euskalduna de Bilbao, un gigantesco edificio de convenciones que durante las próximas horas se convertirá en la casa del socialismo vasco. Por una de sus puertas principales entrará Pedro Sánchez, quien a 24 horas del referéndum catalán se subirá al escenario vasco. Lo hará precisamente junto a Miquel Iceta, el líder del PSC, quien también llegará a Euskadi para hablar de Catalunya.

En sus discursos, ambos trazarán inevitables comparaciones con la situación que se vive a día de hoy en la política vasca: mientras que en el Parlament catalán los socialistas hacen de oposición, aquí forman parte del gobierno del PNV gracias al pacto logrado por Mendia. Si Catalunya representa el infierno, el País Vasco es, de momento, el paraíso. “Iceta ya dijo en alguna ocasión que sentía sana envidia por lo que pasa aquí”, recordaron a Público fuentes del PSE.

No le gana nadie

Más allá de lo que ambos invitados puedan decir desde el estrado sobre Catalunya o Euskadi, lo que realmente importa a Mendia y los suyos es simplemente eso, que Sánchez e Iceta estén aquí, fotografiándose junto a la imbatible dirección del PSE.

Hace cuatro meses, un ex concejal socialista en Lemoa, Unai Ortuzar, juró que conquistaría el corazón de todas y todos sus compañeros. Prometía una revolución interna, en plan Pedro Sánchez cuando decidió pelear para volver a la secretaría general. Pero ni Ortuzar era Sánchez, ni el PSE era el PSOE. El ex edil ni siquiera consiguió los avales necesarios para retarse en unas primarias con Mendia, quien despuésde tres años al frente del partido logró convencer a su militancia sobre la necesidad de seguir allí otro periodo.

El derrotado Ortuzar llevó el tema hasta los tribunales internos del partido, donde aseguró que la recogida de avales había estado marcada por el fraude. “Tongo”, escribió varias veces en Facebook, su trinchera principal. Sin embargo, sus denuncias no prosperaron más allá de las redes sociales. Por su parte, Mendia optó por no responderle.

Ahora toca mirar hacia fuera. Durante los últimos años, el socialismo vasco ha sufrido una caída notoria en las urnas: si en las elecciones autonómicas de 2012 obtuvo 212.809 votos, en las realizadas en septiembre del año pasado cayó hasta los 126.420 sufragios. Sin embargo, el desastre fue menos desastre cuando el PNV llamó a la secretaria general del PSE y le ofreció un acuerdo. La cosa pintaba bien: “gobierno en coalición”, con acuerdo programático y reparto de conserjerías incluido. Le ofrecieron tres: Turismo, Trabajo y Vivienda. A cambio, los siete parlamentarios socialistas apoyarían al gobierno en minoría de Iñigo Urkullu. Nada despreciable para un partido que acababa de quedar en cuarta posición y que se enfrentaba a una crisis interna de incierto pronóstico. Mendia, otra vez, supo esquivar la tormenta y convertir la derrota en algo menos doloroso.

Aquel acuerdo tuvo su parte positiva, pero también obligará a tomar decisiones difíciles, de esas que pesan y que pueden pasar factura. El PSE está asociado hoy al PNV, y resulta que este partido nacionalista quiere profundizar en el autogobierno. Hasta ahí están de acuerdo. Pero también ocurre que los liderados por Andoni Ortuzar –que nada tiene que ver con Unai, el socialista crítico- hablan de “derecho a decidir”, algo que el PSOE rechaza para Catalunya, para Euskadi y para todo aquel territorio hoy encajado en España que quiera apostar por la vía de la autodeterminación.

Crisis autonómica

Este peliagudo asunto forma parte de la ponencia política que este fin de semana deberán aprobar los 403 delegados. En ese documento, la dirección socialista habla de una “crisis de legitimidad” del sistema autonómico, “tal como pone de relieve el conflicto que se desarrolla en Cataluña”. En ese sentido, el PSE reivindica una reforma de la Constitución como medio “indispensable para reavivar la legitimidad ciudadana mayoritaria del sistema autonómico y, más en general, del sistema político en su conjunto”.

"Las y los socialistas estamos para ofrecer esperanzas y soluciones porque es lo que da razón de ser a este partido"

Sin embargo, la formación dirigida por Mendia rechaza que los cambios lleguen “a través de reformas estatutarias que ya están condenadas judicialmente”. “Las y los socialistas no estamos en política para generar frustraciones ni para hacer del enfrentamiento permanente la causa de nuestra existencia. Estamos para ofrecer esperanzas y soluciones, porque es lo que da razón de ser a este partido”, subraya.

En cualquier caso, admite que si “una mayoría del Parlamento considera que no debe esperarse a la mejor de las opciones, que es esa reforma constitucional, asumimos debatir sobre la reforma estatutaria, su actualización y mejora al servicio de los intereses de la ciudadanía vasca”. En ese escenario, su apuesta será a favor de un “sistema autonómico profundamente federal”, un modelo que “al nacionalismo no le gusta porque interpreta que no recoge la singularidad vasca, como si los intereses de nuestra sociedad pudiesen -o debiesen- ser asegurados al margen del destino general del sistema de autonomías territoriales que exista en España”, remarca.

La ponencia política confirma la apuesta socialista de “asumir nuevas responsabilidades con una mejora de ese autogobierno”, aunque rechaza categóricamente que ese proceso “parta del derribo del actual sistema”. “No estamos dispuestas ni dispuestos a que la sociedad vasca pague el precio de tener que volver a rehacer lo ya existente, como si quisiéramos condenar a la sociedad vasca a emular la tarea permanente de Penélope, embriagados por los sueños de quienes, en su nombre, desprecian y sacrifican la realidad”, subraya. En otras palabras, el PSE advierte que no tomará parte “de una sola decisión en la que se vulneren las reglas que ya acordamos ni en la que se enfrente a ciudadanos”.

Zapatero y Rubalcaba

Además de la cuestión territorial, el congreso socialista también abordará la nueva realidad que vive Euskadi tras el fin de ETA. Para ello, este sábado a la tarde habrá una mesa redonda en la que participarán el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, su ex ministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba y el ex presidente del PSE, Jesús Eguiguren, una figura clave en el aún inconcluso proceso de paz vasco.

"La sociedad post-ETA debería ser una sociedad respetuosa con los derechos de nuestros convecinos, respetuosa con su ideología y con su sentimiento de pertenencia"

El asunto también será abordado en la ponencia política, que dedica un capítulo a la “memoria, deslegitimación de la violencia y construcción de la convivencia”. Allí subraya que “la sociedad post-ETA no debería ser, como algunos dicen pretender, una sociedad ‘reconciliada’ en la que todos nos abracemos por las calles, sino una sociedad respetuosa con los derechos de nuestros convecinos, respetuosa con su ideología y con su sentimiento de pertenencia y, por ende, respetuosa con los símbolos y las Instituciones que los encarnan”. “Todas, las instituciones españolas y las instituciones vascas”, remarca.

Los socialistas rechazan que en Euskadi haya existido un conflicto “entre dos partes enfrentadas de la sociedad”. Por el contrario, definen la etapa de violencia como “la pretensión por una minoría de imponer su proyecto político a través del terror”. Del mismo modo, apuesta por consolidar la “memoria de la víctimas del terrorismo como elemento nuclear de la futura convivencia”. Además de referirse a las personas asesinadas por ETA, también hace mención “a las víctimas del GAL, del BVA y de otros grupos que pretendieron luchar contra el terrorismo con más terror”.

“Tampoco podemos olvidar que en el desarrollo de la lucha antiterrorista se produjeron abusos policiales, y para cuyas víctimas también iniciamos también el camino legal de su reconocimiento y reparación”, subraya la ponencia socialista, aunque también rechaza “equiparar lo que no es equiparable” o incluso “utilizar la existencia de los contraterrorismos ilícitos o de los abusos policiales como justificación de la violencia de ETA”. De todo ello se hablará este sábado en el Euskalduna de Bilbao.

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