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Catalunya Sánchez: “Nunca hay soluciones judiciales para problemas políticos”

El secretario general del PSOE se desmarca de la postura del Gobierno en la crisis catalana, aunque pasa de puntillas por el encarcelamiento del Govern catalán y la orden de detención para Puigdemont y el grupo de Bélgica.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto del PSOE en Zaragoza. EFE/Javier Belver

“La justicia actúa, pero nunca hay soluciones judiciales para problemas políticos. La única vía para resolver los problemas políticos es el diálogo, la política”. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se desmarcó con estas palabras este domingo, al clausurar el 16º congreso de los socialistas aragoneses, de las medidas penales activadas por el Gobierno de Mariano Rajoy a través de la Fiscalía del Estado contra los miembros del cesado Govern de la Generalitat catalana, aunque, al mismo tiempo, optó por seguir eludiendo pronunciarse de manera explícita sobre los encarcelamientos y las órdenes de busca y captura derivadas de ellas.

Sánchez, que convocó “a una reconciliación nacional desde ya mismo”, aseguró que “el PSOE está donde tiene que estar: con la Constitución y con el Estatuto” de autonomía catalán. “Queremos una España distinta de la que quiere el PP, plural”, señaló, para advertir que “quien no sepa gobernar la diversidad de este país no podrá gobernar España”.

Según el secretario general de los socialistas, “ni España ni Catalunya se construyeron nunca desde los extremos”; y esta última, aseguró, “seguirá siendo España gracias a la razón, a la ley y a los catalanes y las catalanas”.
“La única declaración que necesita Catalunya es la de concordia”, añadió, al tiempo que abogaba por que la izquierda se sacuda los complejos que, con frecuencia, condicionan su relación con símbolos estatales como las banderas e, incluso, con la denominación del Estado. “Una de las herencias del franquismo fue quitar a la izquerda el derecho a nombrar a su país con orgullo”, dijo. “Y una izquierda se lo creyó”, lamentó.

Esa concordia parece también complicada de alcanzar entre el PSOE y Podemos, cuyas tensiones han sido constantes desde la irrupción de los segundos en el panorama político y las instituciones hace menos de cuatro añños. Los primeros han sido, según Sánchez, “la única izquierda que ha entendido donde debe estar”, especialmente en la crisis catalana, mientras los segundos se dedican a “plantear falsas disyuntivas binarias” ante problemas complejos.

El desafío de reformar la Constitución

Por otro lado, el secretario general de los socialistas defendió la necesidad de activar el proceso de reforma de la Constitución que promueve su partido, ante el que se mostró partidario de suprimir figuras como los aforamientos, porque “ya no tienen sentido”, de incluir otras relacionadas con la esfera digital y de abordar algunos más como la pobreza y la desigualdad.

Sánchez se mostró partidario de aprovechar ese proceso de reforma constitucional para desbordar el marco legal y acercarlo a la realidad social. En este sentido abogó por “que los hechos superen a la norma” y por “ir por delante de la ley” y, en todo caso, hacerlo con el doble objetivo de garantizar la cohesión social y la territorial.
“Los socialistas aceptamos el desafío” de emprender esa reforma, dijo, mientras sostenía que “no hay mejor homenaje a los padres de la Constitución” que establecer las normas de un nuevo marco de convivencia y lanzaba un alegato igualitario: “hoy no solo queremos ‘padres de la Constitución: queremos también madres”.

Por otro lado, Sánchez, que se refirió a la “deuda inmensa” de la sociedad con quienes se dedican a la política en el mundo rural, anunció la presentación de una proposición de ley dirigida a mejorar las condiciones de los pequeños municipios y a afrontar problemas como la despoblación.

“Primero hemos de hablar bien de España”

El reelegido secretario general del PSOE aragonés, Javier Lambán, se pronunció en términos similares a los de Sánchez cuando, desde “cerca del cráter del volcán”, declaró su “amor a España”, su “sentimiento de orgullo por la pertenencia a este país” y el “compromiso indisoluble con la unidad de España y con la igualdad” de su partido.

Lambán reivindicó la España de la Constitución liberal de 1812, de intelectuales como Manuel Azaña y de la Institución Libre de Enseñanza, en contraposición a “otras zarandajas” como los eslóganes franquistas que hablaban de la “unidad de destino en lo universal”.

“Si queremos que [los catalanes] se queden, lo primero que hemos de hacer es hablar bien de ella [España] e invitarles a habitar un espacio político y ciudadano”, dijo, antes de lanzar un doble mensaje: “fijaos que siempre se quieren independizar los ricos y no los pobres”, señaló, antes de indicar que “a Catalunya la han favorecido económicamente todos los gobiernos” y que una de las claves de su desarrollo ha sido “un gran mercado que es España”.

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