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Rajoy no reconoce a Puigdemont como interlocutor: "Hablaré con quien sea investido"

El presidente del Gobierno deja en el aire la duda de que el líder de Junts per Catalunya pueda ser investido y alaba a Arrimadas como ganadora de las elecciones. Asume la derrota de Albiol como propia, pero no adelantará las generales: "¡Lo que nos faltaba!", exclama mientras se muestra abierto al "diálogo dentro de la ley" con el nuevo Govern.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa tras las elecciones del 21-D. REUTERS/Sergio Perez

"Tendré que hablar con quien ejerza de presidente de la Generalitat, pero para eso tiene que tomar posesión". Con estas palabras, Mariano Rajoy ha lanzado hoy un duro mensaje a Carles Puigdemont, el candidato más probable a la Presidencia de la Generalitat tras las elecciones de ayer en Catalunya.

Para el presidente del Gobierno central, en cambio, existe la duda de que el líder de Junts per Catalunya —la fuerza más votada del bloque independentista y que, por tanto, podría intentar formar gobierno junto a ERC y la CUP, cuya suma alcanza la mayoría absoluta— se arriesgue a volver a España (y ser detenido) para poder tomar posesión de su cargo. "En Bruselas no puede ser investido", matizaron después fuentes de Moncloa.

Por ello, Rajoy se niega a reconocerle como interlocutor y, aunque no lo ha dicho expresamente, ha rechazado su oferta para reunirse en cualquier otro país. "Yo tendría que sentarme con quien ha ganado las elecciones", se limitó a responder, alabando así a Inés Arrimadas como legítima vencedora, al ser Ciudadanos la fuerza más votada "en votos y en escaños", destacó.

Rajoy: "Nadie puede hablar en nombre de Catalunya sino contempla a toda Catalunya"

En una rueda de prensa ofrecida tras la reunión del Consejo de Ministros en Moncloa, el jefe del Ejecutivo central ofreció un "diálogo constructivo y realista" al nuevo Govern que se forme tras el 21-D con el fin, dijo, de "recomponer la fractura social". "Estamos abiertos a normalizar la situación", prometió.

Eso sí, "siempre dentro de la ley" y del "respeto a la pluralidad" que, en sus palabras, demostraron ayer las urnas que existe en Catalunya. "Nadie puede hablar en nombre de Catalunya sino contempla a toda Catalunya", sentenció antes de volver a amenazar con el 155 de la Constitución en caso de que el nuevo equipo de gobierno vuelva a la unilateralidad para intentar proclamar la independencia. "El Gobierno resultante estará sometido al imperio de la ley", insistió, aun reconociendo que la vigencia de dicha normativa termina en cuanto se forme un nuevo Govern.

Respecto a la debacle del PPC, que registró el peor resultado de su historia con sólo 3 diputados, Rajoy asumió la derrota de Xavier García Albiol como propia, pero se negó a hacer autocrítica. Así, defendió la "muy corta" aplicación del 155 apelando a la "excepcionalidad" de la medida ("El 155 se aplicó como debía hacerse", sentenció) y negó que esa fuera la causa de su castigo en las urnas: "Quien ha ganado también apoyó el 155", dijo en alusión, de nuevo, a Cs.

Lejos de arremeter contra quienes se han convertido en sus socios en Madrid —algo que sí hizo Albiol—, Rajoy fue más prudente y se dedicó a felicitar tanto a Arrimadas como al presidente del partido, Albert Rivera, con quienes habló incluso por teléfono. Sí dejó caer que el PP se recuperará del mal resultado por ser un partido "bregado" en otras derrotas electorales, así como "un partido fuerte no se inventó hace un cuarto de hora". También echó la culpa del mismo a la concentración del "voto útil" sólo en Cs, pero no quiso meter más el dedo en la llaga.

El presidente negó que negó que vaya a haber un adelanto de las elecciones generales: "¡Lo que nos faltaba!"

Rajoy sabe que aún les necesita para mantener la estabilidad de su Gobierno, empezando por la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el 2018 que empezará a negociar "el lunes" —aunque se refería al martes, tras la festividad del 25—. El presidente se mostró convencido, pese a las reticencias del PNV, de poder llegar a un acuerdo sobre las cuentas y negó que ni eso ni los resultados de ayer en Catalunya vayan a producir inestabilidad a nivel general.

En este sentido, negó que vaya a haber un adelanto de las elecciones generales: "¡Lo que nos faltaba!", exclamó. Después se vanaglorió de tener un Ejecutivo que está "gobernando tranquilamente" y consiguiendo recuperar la economía y el empleo. "No tengo ninguna intención de adelantar las elecciones. Las legislaturas son para cuatro años porque a la gente no se la puede obligar constantemente a ir a las urnas", zanjó.

Así las cosas, todo apunta a que Rajoy —que intentó mostrarse relajado e incluso bromeó sobre el sustituto de su jefe de gabinete, Jorge Moragas ("Si lo supiera, se lo diría", se burló de los periodistas)— se dedicará ahora a su estrategia habitual: no hacer nada hasta que el tiempo pase.

De momento, ni siquiera está preocupado sobre la posibilidad de volver a estar en la casilla de salida en Catalunya y que pueda volver a intentarse una declaración unilateral de independencia: "No me haga ponerme en el peor de los casos posibles", pidió. "Ahora tengo que esperar a que se forme gobierno", concluyó.


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