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Cristina Cifuentes Cifuentes, la otra 'lideresa' que creció bajo el paraguas de Rajoy

El presidente del Gobierno la eligió a ella para dar la batalla en el PP de Madrid contra Esperanza Aguirre. Hoy, mantiene su confianza en la presidenta de la Comunidad como candidata a la reelección pese a las acusaciones de Granados.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), en un desfile del 12 de octubre. Archivo EFE

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Era sólo una quinceañera cuando se afilió a las Nuevas Generaciones de lo que todavía era Alianza Popular, pero no ha sido hasta hace unos años cuando se encumbró como una de las caras más importantes del PP. Cristina Cifuentes saltó a la fama política en 2012, cuando fue nombrada delegada del Gobierno en Madrid y acumuló polémicas por la actuación de los antidisturbios en la represión del 15-M.

Antes de eso, pasó más de 20 años -seis legislaturas- como diputada en la Asamblea de Madrid. Fue vicepresidenta de la Asamblea -un cargo que en la actualidad le está dando problemas por unos presuntos contratos irregulares-, portavoz adjunta del grupo parlamentario y portavoz de varias comisiones. También formó parte de los Consejos de Patrimonio Histórico, el de Caja Madrid, el de RTVE o el de Cultura, entre otros organismos. 

A nivel interno, ocupó varios cargos orgánicos en el Partido Popular. Antes de presidir la organización territorial de Madrid, se ocupó de la Gestora que lo lideró tras la dimisión de Esperanza Aguirre. Hasta ese momento, había presidido el Comité de Derechos y Garantías -encargado, entre otras cosas, de vigilar la corrupción y sancionar a los militantes que incumplan los Estatutos-, un puesto en el que estuvo desde 2008 a 2016. Por ello, son muchos los que consideran que no está exenta de responsabilidad en la presunta financiación ilegal del partido, aunque sólo sea 'in vigilando', como su antecesora. 

Pero públicamente se la ha considerado siempre un verso libre dentro del PP. Entonces... ¿cómo logró llegar a la nueva lideresa -término que popularizó su antecesora- de la Comunidad y el PP de Madrid? 

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, felicita a la anfitriona del Congreso y presidenta de la Gestora del PP de Madrid, Cristina Cifuentes. EFE

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, el año pasado, en el Congreso nacional del partido. Archivo EFE

Francisco Granados ofreció su propia versión al respecto en su declaración ante la Audiencia Nacional. Según sus machistas declaraciones, Cifuentes habría mantenido una relación con Ignacio González con el único fin de aumentar su poder en el partido. Y la rebelión de ella contra la corrupción y el equipo aguirrista habría llegado con el fin de lo que el exconsejero definió despectivamente como una "atracción fatal". Pero nada más lejos de la realidad: Cifuentes siempre fue el ojito derecho de Mariano Rajoy y fue él y sólo él quien acogerla bajo su paraguas. 

Ella fue la mejor arma del presidente del Gobierno y del partido para combatir a su enemiga común: Esperanza Aguirre mantenía una relación pésima con Rajoy desde tiempos prehistóricos. Incluso intentó arrebatarle el liderazgo del PP en el convulso Congreso de Valencia de 2008 donde fueron los conservadores valencianos, con Rita Barberá, a la cabeza, quienes frenaron la rebelión contra él.

La expresidenta del PP y de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre,durante el XVI Congreso del PP de Madrid, en el que Cristina Cifuentes recogió el testigo de la sucesión. EFE/Mariscal

La expresidenta del PP y de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre,durante el XVI Congreso del PP de Madrid, en el que Cristina Cifuentes recogió el testigo de la sucesión. Archivo EFE/Mariscal

Y de sobra son conocidas de sobra las malas relaciones también entre Aguirre y Cifuentes. Por ello, ambos unieron fuerzas hasta que lograron, el año pasado, hacerse con los mandos del PP nacional y madrileño y limpiar de ambas formaciones todo rastro de aznarismo, en el primer caso, y de aguirrismo, en el segundo. 

Cifuentes se ha atrevido a ser crítica con la corrupción del PP, pero siempre se ha mantenido fiel a Rajoy. Él, por su parte, la premió en cuanto logró ocupar la Moncloa y la nombró, en 2012, delegada del Gobierno en la capital española. Tres años después, ella logró la candidatura a la Asamblea y, aunque Aguirre -que se presentó al Ayuntamiento- le impuso parte de los miembros de su lista, se llevó el punto de partido

Una vez investida presidenta -con el apoyo de Ciudadanos, con quien mantiene una relación de rifirrafes continuos que nunca llegan al divorcio, igual que Rajoy y Albert Rivera-, Cifuentes llevó a la Fiscalía las irregularidades detectadas en el Canal de Isabel II. Ignacio González terminó en la cárcel por el caso Lezo y Aguirre dimitió al caer otra de sus ranas.  

Ahora Cifuentes ha de lidiar contra lo que considera una vendetta de los rivales contra los que compitió por el poder de la Comunidad y a quienes dejó a los pies de los caballos rompiendo con ellos y criticando su gestión anterior. Ya se ha querellado contra Granados y promete dar la batalla contra todo aquel que atente contra su honor. "No voy a consentir que nadie ponga en duda mi honorabilidad y me quiera mezclar en financiación ilegal o en cualquier irregularidad. Voy a llegar hasta el final", prometió, lanzando también un mensaje a la oposición, a quien acusa de electoralismo por querer verla "en la foto" de tener que declarar ante las comisiones de investigación correspondientes de la Asamblea y el Congreso y hasta intentar presentarle una moción de censura

No está sola en su lucha. Tiene a toda la cúpula del PP a su favor. Todos los altos cargos de Génova la han respaldado no sólo cuando surgieron sospechas sobre las irregularidades de los contratos de la cafetería de a la Cámara regional con el empresario Arturo Fernández, sino también tras la "bazofia" -según sus propios términos- de acusación de Granados.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en una imagen de archivo. EFE

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en una imagen de archivo. EFE

Y es que la propia secretaria general del PP la respalda desde hace mucho. Quienes han seguido la trayectoria de ambas recuerdan cómo María Dolores de Cospedal, aun siendo discípula de Aguirre -a quien consideraba su "mentora"-, terminó rompiendo su relación con ella cuando, en 2008, decidió pasarse al bando de Rajoy y fue nombrada número dos del partido. Desde entonces, la también ministra de Defensa ha criticado con dureza la gestión de la expresidenta de Madrid y, por el contrario, ha apoyado siempre la de Cifuentes.

Por todo ello, la actual lideresa mantiene sus cargos en la Comunidad y el PP de Madrid y repetirá como candidata en las próximas elecciones del 2019. Será el dedo de Rajoy quien elija a los cabeza de lista para las autonómicas y municipales y nada hace presagiar que Génova vaya a retirar el apoyo a Cifuentes. Todo lo contrario. 

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