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HUNGRÍA Attila Melegh: "Hace falta un nuevo proyecto político para los grupos marginados"

El sociólogo de la Universidad Corvinus de Budapest explica que la victoria de Fidesz en Hungría se debe tanto a la propaganda como a la falta de proyectos políticos progresistas que respondan a los intereses de la población excluida.

Attila Meleghi, sociólogo.

“Hay un chiste malo que no me gusta: cuando dos grupos se pelean, el tercero dice que ya no pide otra cosa que un café. Fidesz solo ha pedido… un café”, explica Attila Melegh en referencia a una oposición dividida que no consiguió alcanzar ningún acuerdo unitario de mínimos en vísperas de las elecciones húngaras. “Estos partidos no han conseguido cooperar y esta situación es grave”, añade el sociólogo de la Universidad Corvinus de Budapest tras la victoria de Fidesz, el partido del primer ministro, Viktor Orban.

¿En la oposición existe una especie de lucha de todos contra todos?

Desde mi punto de vista hay dos grandes bloques en razón de sus políticas, no me refiero a los partidos, sino al campo político propiamente dicho. Existe un bloque nacionalista y luego está el bloque de los liberales de centro y de la izquierda, que también es liberal. Y en términos de “mapa mental”, en Budapest tenemos más votos para esta izquierda liberal porque es una ciudad con otra dinámica, es una ciudad global.

Por otro lado, está el bloque nacionalista, que es el hegemónico en muchos sentidos en este momento, y ellos son los que elaboran la agenda política a día de hoy. Este bloque nacionalista está monopolizado básicamente por Fidesz. Pero Fidesz no lo tiene todo, tiene aproximadamente un 48% de los votos.

No obstante, gana debido a la ley electoral que favorece al vencedor con la multiplicación de este voto. La gran batalla ha sido dentro del bloque nacionalista. Jobbik ha querido vencer a Fidesz y los demás partidos con poca fuerza rondaban alrededor de estos dos partidos nacionalistas, como los verdes o Momentum, y se han perdido en esta competencia entre Fidesz y Jobbik que empezó como un partido de extrema derecha y ahora ha moderado su discurso.

El bloque liberal ha perdido votos en comparación con 2014…

El otro bloque opuesto a los nacionalistas no ha sido suficientemente grande y no exhibía un mensaje claro, sin que tampoco abordase los problemas de las clases bajas que habrían podido ser movilizadas. Por ejemplo, la posibilidad de ofrecer alguna garantía de seguridad (en sentido de seguridad en el futuro, en un proyecto económico, social, etc) mediante medidas sociales, no ha sido abordada por los partidos de la oposición. El bloque liberal y de centro-izquierda no ha reaccionado.

Fidesz ha basado su propaganda en una guerra contra la migración. ¿Han instalado una cultura del miedo en el país?

Sí, ten presente que nuestra sociedad procede de un Estado socialista organizado, que era muy paternalista y que ofrecía este sentimiento de seguridad económica y social a la gente y luego muy pronto todo sucumbió a la ola del capitalismo global. Se perdieron 1,5 millones de puestos de trabajo, y la precarización del sistema del trabajo y de la vida ha tenido sus efectos. Mucha gente recuerda muy bien eso y no solo ellos, también sus hijos, la siguiente generación.

Hace falta un nuevo proyecto político para los grupos más marginados.

Estoy hablando de las clases bajas, las que más perdieron, porque se cerraron fabricas y cooperativas en los 90. Y estas gentes ven que no hay un nuevo proyecto real para ellos. Y hace falta un nuevo proyecto político para los grupos más marginados. Las zonas que más apoyo dan a Fidesz son las zonas rurales, gente pobre de las aldeas, tanto los viejos como los que son más jóvenes. Y es allí donde Fidesz se ha movido mejor para captar el voto, pretendiendo dar una respuesta a este sentimiento de inseguridad.

¿Se refiere al populista Orbanomics de Fidesz mediante el cual se pagan unos salarios que no alcanzan para sobrevivir por trabajar en servicios públicos?

Sí, y es eso de lo que la izquierda no se ha dado cuenta. Básicamente, aquí no tenemos una izquierda, porque hay mucho miedo cuando se piensa en el pasado y además existe una criminalización del socialismo estatal. Existe, sí, el bloque liberal que por supuesto que mantiene numerosas propuestas, entre ellas algunas de izquierdas, como la renta básica universal. Pero sus miembros no han abierto un debate sobre las migraciones.

Y Fidesz sólo ha hablado de inmigración en su campaña…

Fidesz usa la palabra migración para alimentar los sentimientos de miedo de esta clase baja, porque se trata de una cuestión de control, del control por parte del Estado y de pretender que, por tanto, el Estado es lo suficientemente fuerte.

El bloque nacionalista aquí es de ultraderecha.

A través de estos discursos sobre las migraciones se pretende hacer creer que es un Estado fuerte. Lo que antes se llamaba el Estado nación y ahora es la nación Estado. Es una tendencia que se da en todas partes. El bloque nacionalista aquí es de ultraderecha. Para ser honesto, la campaña de propaganda que hemos tenido aquí cuesta imaginarla incluso en páginas web de la extrema derecha, va mas allá de ello. En las redes sociales Fidesz usa un lenguaje radical, brutal, de extrema derecha.

Cuales han sido las primeras consecuencias de estas elecciones?

Esta mañana he escuchado que Orbán quiere acelerar la campaña contra Soros, y en su lenguaje, claro, siempre aparece la palabra migración: “la ultima batalla para vencer a la migración".

Qué posibilidades de cambio existen ante esta deriva extremista de Fidesz?

Desde hace algún tiempo, atravesamos una época dominada por los bloques nacionalistas y no sólo en Hungría; pensemos en Polonia, Austria, República Checa o en Erdogan en Turquía y Putin en Rusia, etc. Hemos tenido tres décadas de apertura del capitalismo global que ha favorecido la migración y la inversión extranjera y ahora estamos en una época de repliegue, es la crisis de este ciclo.

Y en Europa del Este eso se ve con mas claridad, porque la gente estaba acostumbrada a la seguridad que antes le proporcionaba el Estado socialista, esa era su mentalidad antes. Ahora se busca esta protección en la deriva nacionalista.

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