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Izquierda Unida, de vuelta a sus orígenes: en transición de partido a movimiento

El partido que lidera Alberto Garzón apuesta por la recentralización de su estructura orgánica para distanciarse de los partidos políticos al uso y volver a formarse como Movimiento Político y Social.

El coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el coordinador general de IU Andalucía, Antonio Maíllo,d., durante una Marcha de la Dignidad en Sevilla. EFE/Pepo Herrera

"Izquierda Unida viene afirmando desde su constitución que no es un partido político al uso y que es un Movimiento Político y Social". Así comienza la nueva propuesta de organización del partido liderado por Alberto Garzón y que se trabajará en la próxima Asamblea Político y Social del 12 de mayo. Con él buscan volver a sus orígenes y recuperar los elementos que lo acercan a movimiento, reconociendo que según se han ido consolidando como organización también han ido adquiriendo una estructura de partido político tradicional. La clave de este proceso: la recentralización.

Este documento, Propuestas e hitos para la construcción del movimiento político y social - que todavía es un borrador - fue filtrado en esta semana a varios medios de comunicación. Sus propuestas son las que haN desencadenado otra supuesta disolución del partido. No es la primera vez que ocurre y, como en las ocasiones anteriores, desde el primer minuto los dirigentes de la formación la han negado.

Este documento, al que ha tenido acceso Público, marca la hoja de ruta para llevar a cabo las bases que se decidieron en la XI Asamblea Federal de 2016, en la que apostaron por afianzar los elementos que los constituye como movimiento. Aquí Alberto Garzón fue elegido como coordinador de la coalición y se aprobó trabajar por construir “una organización más ágil, rápida, democrática y eficaz” que cree “un verdadero movimiento político y social que vaya más allá de IU

Por ello, se proponen modificaciones en sus planteamientos políticos y en los estatutos, que deberán aprobarse por los órganos del partido y por la militancia. Un proceso que, aunque tenga una fecha clave en el próximo mes, no culminará hasta dentro de dos años cuando se celebre la próxima Asamblea Federal.

El principal cambio es la desaparición de las personalidades jurídicas de las Federaciones

El principal cambio será la desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones - Andalucía, Cataluny, País Valenciano, Asturias, Baleares o Euskadi -. Habrá dos opciones: disolverse o modificar el nombre y que quede registrado como partido independiente sin que aparezca Izquierda Unida ni sus siglas, aunque se mantenga en la coalición. Las federaciones no desaparecen, pero sí el CIF propio que algunas de ellas mantienen. Una propuesta que, según afirman fuentes del partido, está encaminada para facilitar el modelo organizativo y adaptarse a la ley de financiación de partidos a efectos de contabilidad y rendición ante el Tribunal de Cuentas.

En este sentido, otro proceso clave será la recentralización en la financiación. El partido, consciente de que no se puede consentir que se mantenga la deuda bancaria, opta por centralizar los recursos en Madrid para gestionar y controlar los movimientos económicos "si fuese necesario". También se impone la misma cuota para todas las Federaciones: cinco euros al mes que se distribuirán asignando a la federación federal un tercio y los dos tercios restantes lo distribuirán las federaciones. El tercer cambio económico será que se implantará que la aplicación del 3 SMI será el salario máximo para todos los cargos públicos y orgánicos. 

Más militancia y redes de activistas

La segunda pata del documento es el acercamiento a la militancia y al activismo. Principalmente, a través de la afiliación para dar paso a un "movimiento amplio donde cada una pueda participar según sus condiciones y pueda participar". Con esto, el partido podrá contar con cuatro figuras: junto con las tradicionales afiliadas, activistas y simpatizante, también se contará con la activista afiliada que serán las "personas vinculadas a una o varias redes de activistas que quieran afiliarse", abonarían una cuota de 24 euros anuales y podrían participar en los procesos internos de elección de la dirección federal en la que estén afiliadas.

Además, aparecen las redes de activistas que sustituirán a las áreas actuales y se formarán como "colectivo de personas (militantes de IU y no militantes) que se organizan de forma horizontal en torno a temas que les interesen y cuyo papel es el impulso del bloque social y político". La idea es que estos espacios sean los que trabajen en bloque y den paso a la movilización y a las reclamaciones del movimiento popular. 

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