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Partido Popular Feijóo, Santamaría y Cospedal tienen sólo tres días para 'mojarse' sobre la sucesión de Rajoy

Los candidatos a la Presidencia del PP tienen entre el lunes y el miércoles a las 14.00 horas como plazo para postularse. La incertidumbre y el desconcierto en los que se ha instalado el PP se dejan ver en su descoordinación discursiva en ciertas cuestiones, mientras se acerca la fecha en la que, por primera vez en la historia de la formación, los afiliados, y no el líder saliente, tendrán en sus manos la elección de su nuevo presidente.

Soraya Sáenz de Santamaría (i) y María Dolores de Cospedal (d), durante el acto de la Fiesta del 2 de Mayo. / EFE

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

El tiempo de la ambigüedad y el suspense toca a su fin en el PP; en tres días expira el plazo para postularse a la Presidencia de la formación. Entre el lunes y el miércoles a las 14.00 horas, los aspirantes a suceder a Mariano Rajoy tienen que dar un paso al frente para convertirse en precandidatos, y después lanzarse a la campaña electoral tras la que los militantes del PP podran votar a su líder nacional por primera vez en toda su historia

Alberto Núñez-Feijóo, presidente gallego, no podrá seguir eludiendo las preguntas sobre la sucesión afirmando que "lo importante es que España haga un buen mundial" –como respondía este fin de semana–; la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no podrá seguir limitándose a sonreír enigmáticamente ante las preguntas de la prensa; y la secretaria general y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, aclarará, por fin, tras casi dos semanas de silencio, qué ha decidido para su "futuro".

De hecho, y pese a que ninguno de los tres ha desvelado sus planes, sus nombres son los más repetidos en las quinielas, en las que también han aparecido el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, o la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor. La mayoría de dirigentes nacionales y territoriales que ya se han pronunciado –sin dar nombres concretos– apuestan por la vía del "candidato de consenso", y Feijóo parte como claro favorito.

Sáenz de Santamaría, no podrá seguir limitándose a sonreír enigmáticamente ante las preguntas de la prensa

Es quien menos rechazo genera, como recuerdan a Público desde distintas direcciones territoriales, y goza de buena fama como gestor entre los suyos. Además, una encuesta del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) publicada este fin de semana por El Periódico lo señala como el mejor relevo para el 33% de los votantes del PP, seguido por Santamaría, con el 27% de los respaldos –ambos, a años luz de Cospedal, con un 8,6% de los apoyos–.

Sin embargo, sin acotar esta cuestión a los votantes del PP, a su vez Santamaría goza de mayor simpatía entre el conjunto de los españoles que el presidente gallego, con Cospedal de nuevo muy lejos de sus resultados. En el partido hay quienes interpretan que la secretaria general no tiene verdadera intención de postularse, y simplemente habría sembrado dudas para dar un golpe sobre la mesa y dejar claro que quiere estar en la nueva cúpula del PP.

Lo claro hoy es que tanto Feijóo como Santamaría acarrean mochilas importantes, como explican a Público estas fuentes; el primero asume que seguirá viendo en los medios de comunicación sus fotografías con el narcotraficante Marcial Dorado, tomadas en los 90, cuando numerosas informaciones periodísticas ya señalaban irregularidades en las actividades de Dorado. La segunda ha sido la persona con mayor poder en el Ejecutivo tras Rajoy, y por tanto tiene difícil ser identificada con la renovación que necesita el partido, además de haberse visto muy cuestionada por su gestión de la crisis en Catalunya.

Con todo, y aunque distintos dirigentes se muestren prácticamente convencidos de que Feijóo dará este paso, hasta la fecha el único que ha asegurado su intención de dar la batalla sucesoria ha sido el secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP y diputado por Ávila, José Ramón García Hernández.

A su vez, el exministro de Exteriores de Rajoy José Manuel García Margalllo, y el expresidente balear José Ramón Bauzá, están recogiendo los 100 avales de militantes que necesitan para postularse, sin asegurar que finalmente concurran –Margallo ya se ha mostrado a favor de estudiar la "integración de candidaturas"–.

Incertidumbre y confusión en el PP

En el PP viven esta situación con incertidumbre; es la primera vez que los militantes, y no el líder saliente, escogen con su voto al presidente del partido. Además, y dada su estructura fuertemente jerarquizada, la repentina salida de Rajoy les ha dejado huérfanos de liderazgo.

Son conscientes de que se han visto abrasados por los escándalos y la corrupción y reconocen que les toca renovarse, mientras su confusión se hace evidente en algunas situaciones. Como ejemplo, con el escándalo de la condena por defraudar a Hacienda al ya exministro de Cultura y Deporte de Pedro Sánchez, Màxim Huerta, distintos dirigentes dieron declaraciones dispares, descoordinadas. Lo mismo se repitió un día después, con el caso del ministro de Agricultura, Luis Planas, a raíz de que trascendiera su imputación.

Es la primera vez que los militantes, y no el líder saliente, escogen con su voto al presidente del partido

Los órganos directivos tampoco se reúnen con la frecuencia habitual en estos tiempos. Este lunes, en lugar de celebrarse el Comité de Dirección Nacional –que lleva semanas sin tener lugar como era costumbre–, será el Comité de Dirección del PP de Madrid quien se reúna en Génova.

Tampoco se esperan novedades por parte del órgano que pilota este proceso de transición hasta el congreso del 20 y 21 de julio. Fuentes del Partido Popular dan por hecho que el Comité Organizador del Congreso (COC) no se pronunciará hasta que las candidaturas no sean oficiales, a partir del miércoles.

El calendario aprobado por la Junta Directiva Nacional del PP contempla que el 5 de julio tenga lugar la primera votación, en la que todos los militantes podrán decantarse por un precandidato, además de elegir a los compromisarios que les representarán en una especie de segunda vuelta.

De esta primera fase sólo pueden salir dos candidatos, aunque si la diferencia entre el primero y el segundo es de quince puntos, o si uno de ellos obtiene mayoría absoluta de votos o de circunscripciones electorales, directamente dejaría fuera de juego a su rival y pasaría al congreso como candidato único.

Con este sistema, lo que ocurra esta semana difícilmente servirá para predecir el desenlace de este proceso congresual. Habiéndose visto desahuciado de La Moncloa, con las elecciones municipales, autonómicas y europeas a 11 meses, y con el previsible adelanto de los comicios en Andalucía, el PP sabe que debe lograr una imagen de renovación que le permita reconectar con sus potenciales votantes, y la identidad de su nuevo líder será determinante para lograr un acierto o un nuevo fracaso.

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