Pese a que en este siglo XXI las campañas electorales se han volcado en las redes sociales, la tradición de enviar las papeletas a domicilio sigue sobreviviendo. Tanto, que los buzones de España no dejan de llenarse de propaganda política. El formato es clásico y sencillo; un sobre y una consigna que pide el voto para el partido de turno. Así lo han hecho la mayoría de las formaciones que se presentan a los comicios autonómicos y municipales del próximo 26 de mayo.

Dentro de esta estrategia, Ciudadanos ha destacado por el formato de su propaganda. El partido liderado por Albert Rivera ha decidido enviar sus eslóganes políticos envueltos en sobres de plástico de un solo uso, algo que ha sido criticado en redes sociales, debido al problema medioambiental que supone este material, que en la mayoría de las ocasiones termina acumulándose en vertederos y, en el peor de los casos, desechándose en los océanos. 

El uso de este material puede ser interpretado como una falta de coherencia para con su programa electoral, ya que en las generales el partido de Rivera proponía en el punto 134 que se prohibieran "los productos de plástico de un solo uso, como las bolsas, vajillas, cuberterías, bastoncillos o envases de poliestireno expandido". 

Durante las elecciones generales ya utilizó este material para difundir a domicilio su publicidad, lo que le granjeo grandes críticas. Unas críticas que no han impedido que vuelvan a utilizar este formato. 

De hecho, desde Ciudadanos envían a Público el mismo escrito que ya utilizaron en las generales para argumentar el uso de plásticos. El partido neoliberal argumenta que "el material del pequeño porcentaje de los sobres electorales que hemos enviado en plástico son de polipropileno, un material totalmente reciclable". Además, aseguran que su "compromiso con el medio ambiente y con acabar con los plásticos de un solo uso sigue siendo nuestra prioridad".

En España se producen anualmente 1.526.347 toneladas de plástico, de las cuales sólo 693.935 se reciclan de manera correcta, según las cifras del Ministerio de la Transición Ecológica. Un déficit que se traduce en contaminación, ya sea en forma de vertidos al mar o de emisiones de CO2 por causa de la incineración.

Según los datos del informe Maldito Plástico, al menos 787.059 toneladas de envases plásticos están acabando en vertedero, mientras que se incineran otras 172.000 toneladas. El uso de estos recipientes poco degradables está en aumento, pese a que Bruselas ya empieza a legislar en su contra. Esta tendencia podría suponer que en 2020 se alcance la cifra de las 500.000 millones de toneladas de plástico, lo que supone un 900% más que los niveles de los años ochenta.