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Juicio al procés Las defensas del procés logran que Marchena impida declarar a uno de los peritos de la Fiscalía, que ya compareció como testigo

En una jornada marcada por el debate mantenido entre expertos llamados por defensas y acusaciones sobre los locales usados como centros de votación en el referéndum del 1-O, la protesta de las defensas ha dejado al fiscal Javier Zaragoza  sin uno de los dos guardias civiles que iban a declarar sobre la documentación hallada en el despacho de Josep María Jové. Zaragoza acaba tirando la toalla tras intentar burlar en varias ocasiones las instrucciones del tribunal con sus preguntas.

Captura de la señal institucional del Tribunal Supremo del presidente del tribunal que enjuicia la causa del procés, Manuel Marchena. EFE

Un día lento y tranquilo en el juicio a la cúpula del procés, se ha convertido en sólo unos minutos en un intercambio de apreciaciones y reproches -en este caso, manteniendo las formas-, en el que las defensas de los 12 procesados han logrado su propósito. El presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, ha aceptado este jueves la petición de las defensas, y ha hecho abandonar el Salón de Plenos del Alto Tribunal a uno de los dos guardias civiles llamados para comparecer como peritos a propuesta de la Fiscalía.

Que un testigo declarase dos veces "provocaría una situación de desequilibrio que podría vulnerar la igualdad de armas", según Marchena

El auto de admisión de prueba de la causa ya dejaba claro que ambos declararían en calidad de "testigos expertos", más que como peritos al uso, y las defensas notificaron al arranque de la sesión de tarde que uno de ellos, capitán del cuerpo, ya prestó declaración como testigo, también llamado por la acusación. Ambos tenían que explicar la naturaleza de los documentos incautados en el registro al despacho de Josep María Jove, número dos de Oriol Junqueras en la Consellería de Economía de la Generalitat en 2017, entre ellos el famoso Enfocats.

Tras deliberar durante unos 10 minutos, los 7 magistrados han dado la razón de forma unánime a las defensas. "Corremos el riesgo de que un testigo de la acusación tenga la oportunidad de insistir sobre hechos sobre los que ya ha declarado", razonaba Marchena. Esto provocaría "una situación de desequilibrio que podría vulnerar la igualdad de armas", incidía. Por ello ha visto necesario que el capitán "tenga que abandonar la sala".

El sargento que lo acompañaba, no obstante, sí ha podido prestar declaración, si bien no ha aportado elementos muy novedosos sobre el documento Enfocats, al que las defensas no conceden ningún valor -todo lo contrario que el Ministerio Público, que lo considera la hoja de ruta del procés-.

Antes y después de que este "testigo experto" declarase, no obstante, las defensas, el magistrado y el fiscal Javier Zaragoza intercambiaban varios comentarios: los primeros formulaban protesta, el segundo se justificaba, y el tercero insistía en preguntar incluso por documentos que no se intervinieron en el despacho de Jové. "Tiene razón", respondía Marchena a la letrada Marina Roig, defensora de Jordi Cuixart, cuando se lo hacía ver.

Poco después, tras un nuevo reproche del presidente de la sala por preguntar sobre documentos que, según las defensas, no constan en la causa, el fiscal tiraba la toalla, criticando las "dificultades" que había encontrado en esta jornada. "No son dificultades, son obstáculos conceptuales", respondía Marchena. Y casi inmediatamente después, un corte de luz de varios minutos obligaba a parar la vista y sumía en el desconcierto a la sala. Hasta las 16.15 horas, había sido una  jornada en la que todo había sido lento, denso, sin sobresaltos. 


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