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Las consecuencias del 10-N en Andalucía "El Gobierno de Andalucía es fuerte, estable y cuenta con el apoyo parlamentario de Vox"

PP y Ciudadanos tratan de alejar el fantasma de la inestabilidad del Ejecutivo en Andalucía después del auge de la ultraderecha y del derrumbe de Ciudadanos, lo que modifica los equilibrios surgidos de las autonómicas de diciembre en el bloque de derechas

Juan Marín y Juanma Moreno en el Consejo de Gobierno de este martes. Una fotografía difundida por el propio presidente de la Junta en su cuenta de Twitter.

raúl bocanegra

Pocos minutos antes de que comenzara la rueda de prensa de Elías Bendodo (PP), el consejero de la Presidencia, Juanma Moreno (PP), su jefe, subía a la red social Twitter una foto suya en la que, con una sonrisa de oreja a oreja le estrechaba la mano a su vicepresidente, Juan Marín (Ciudadanos), con semblante serio. “Un equipo al servicio de todos los andaluces. Frente a la división y la incertidumbre, #Andalucía seguirá siendo un ejemplo de diálogo, consenso y estabilidad”, escribía el presidente junto a la foto.

Con ello, más o  menos hábilmente, según se mire, Moreno pretendía acabar con cualquier tipo de dimes y diretes al respecto del zarandeo que la debacle de Ciudadanos y el ascenso de Vox –que se quedó a menos de 7.000 votos del PP en Andalucía– podría generar en el Gobierno de Andalucía, cuyos equilibrios internos son diferentes a los que surgieron de las urnas el pasado domingo. Si en diciembre, en las autonómicas, el PP sacó –sobre 109– 26 diputados, Ciudadanos, 21 y Vox, 12, en estas –sobre 61– el PP se plantó  en los 15, Vox escaló hasta los 12, y Ciudadanos se hundió hasta quedarse en tres.

Bendodo, en la rueda de prensa, ayudó a defender el fuerte y la lógica salida de las autonómicas, con una serie de afirmaciones, todas ellas en la misma línea que había marcado el presidente en su tuit. “Los ciudadanos hablaron hace ya diez meses. Lo primero es Andalucía. De eso no nos va a apartar nadie. El gobierno de Andalucía funciona y no se ve afectado por los resultados electorales. Tiene un mandato claro que es cambio después de 40 años. Estamos centrados en la gestión, en el día a día. No nos puede apartar del camino el ruido electoral. Lo han dicho dirigentes de Ciudadanos y de Vox. El Ejecutivo es estable y fuerte con el apoyo parlamentario de Vox. Eso va a seguir funcionando así, porque funciona. Las cosas van un poquito mejor. La estabilidad es lo que hay que salvaguardar”.

Bendodo manifestó además que Marín había tomado la palabra en el Consejo de Gobierno para “trasladar estabilidad, estabilidad y estabilidad”. El consejero le dio su sitio, además, tras el lapsus de Marín de hace unos días, cuando llamó a Bendodo vicepresidente. “Yo soy consejero de la presidencia y portavoz. Y el vicepresidente define la estrategia junto al presidente”, zanjó Bendodo.

El propio Marín, en sendas entrevistas en Canal Sur Radio y la Cadena Ser, abundó en esta idea y en la expresión que ha acuñado en este tiempo, para protegerlo de los vaivenes electorales: “encapsular al Gobierno”.

“Tenemos una situación envidiable y vamos a mantenerla. Andalucía no es moneda de cambio absolutamente de nada. Yo no he perdido ningún diputado, tenía 21 y sigo teniendo 21 en el Parlamento andaluz y sigo formando gobierno con el PP”, abundó Marín. Luego, remachó que las elecciones nacionales “nada tienen que ver” con una elecciones autonómicas o municipales ni su resultado tiene por qué afectar a los pactos que existen.

Una pregunta en el aire

Bendodo, además, trató de sacar todo el jugo que le permiten los resultados electorales. No en escaños, pero sí en número de votos, el bloque de la derecha ganó al de la izquierda en Andalucía. Bendodo puso la cautela de que no se pueden extrapolar los resultados de unas generales a los de unas autonómicas, pero sí dijo lo siguiente: “Reflexiones tenemos que hacer todos. [Pero] la mayor reflexión debe hacerla el PSOE. Porque el 28 de abril las fuerzas del cambio [se refiere a Vox, PP y Ciudadanos] estaban lejos de sumar. Después del domingo, las fuerzas del cambio vuelven a sumar”.

De este modo, Bendodo dibujó, frente a los intentos de la izquierda de desestabilizar el Ejecutivo, un escenario en el que en las próximas autonómicas, cuando toquen, la ciudadanía andaluza deberá decidir entre dos bloques, el formado por PSOE y Adelante Andalucía, y el que hoy lidera el PP, junto a Vox y Ciudadanos.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Bendodo y de Marín, y también de Alejandro Hernández, el portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, quien el mismo lunes dio muestras de tener sangre fría y se tomó con calma el auge de su partido, hay una pregunta en el aire desde el domingo que solo se resolverá con el tiempo y que además estará marcada –aunque Marín pueda influir– por las decisiones que se tomen en Madrid cuando Ciudadanos decida quién va a ser el relevo de Albert Rivera. ¿Seguirá Ciudadanos en ese bloque de cambio, como lo denomina Bendodo, tras el batacazo electoral y la dimisión de su líder o buscará desmarcarse de Vox –y del PP– de algún modo para recuperar la centralidad perdida?

En la rueda de prensa, tras el Consejo, Bendodo manifestó también que el Gobierno está preocupado “por la inestabilidad nacional”. “El panorama no es muy distinto al de abril desde el punto de vista de la gobernabilidad de nuestro país”, dijo. Aún así, el consejero puso “deberes” y reclamó al Ejecutivo que aún no se ha formado, que aborde una reforma del sistema de financiación autonómica y que haga unos presupuestos, porque Andalucía necesita financiar nuevas inversiones. “No hay planificación de inversiones nuevas desde el último presupuesto de Rajoy”, resumió el consejero.

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