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VOTO ROGADO Un afectado por los fallos del voto rogado envía una denuncia al Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Tras acumular cinco elecciones sin poder votar, Héctor Pujols, catalán afincado en Chile, advierte sobre la vulneración de un derecho fundamental. Este miércoles se realizará el escrutinio del voto exterior, rodeado habitualmente de polémica.

Una electora española deposita su voto para las elecciones del 26 de junio de 2016 en el Consulado de Montevideo. EFE

Héctor Pujols se ha cansado de esperar. Este catalán residente en Santiago de Chile acaba de dar un nuevo paso en su lucha para tratar de conseguir algo garantizado por la Constitución española: votar. Tras comprobar por quinta vez consecutiva que no ha podido participar en unas elecciones, ha decidido presentar una denuncia ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, donde deja constancia de los fallos del voto rogado.

Este miércoles, cuando se inicie el escrutinio de los votos del exterior, no estarán ni el de Pujols ni el de otros residentes en el extranjero que solicitaron votar y no han podido hacerlo, según ha podido comprobar Marea Granate –red de emigrantes del Estado español– a través de los mensajes recibidos desde distintos puntos del planeta. El asunto era siempre el mismo: las papeletas no llegaron a tiempo.

A falta de conocer otras cifras oficiales, el periódico España Exterior publicó este martes que 226.050 ciudadanos españoles que viven en el extranjero habían solicitado “rogar” o solicitar su voto, un trámite obligatorio desde 2011 para todas y todos aquellos que quieran votar sin tener que desplazarse a España. Ese número de solicitantes equivale al 10,6% del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

En realidad, no todos pidieron votar en estas elecciones en concreto, sino que ya lo habían hecho para las de abril pasado. Debido a que se trataba de una repetición electoral, quienes habían solicitado hacerlo en los anteriores comicios fueron automáticamente incluidos para las votaciones del domingo, tal como contempla la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.

“Me llegó a casa el aviso de que no debía solicitar de nuevo”, relata Pujols a Público. El problema, destaca, es que no recibió las listas para votar, exactamente lo mismo que le ocurrió en otras cuatro citas con las urnas. “Llevo cuatro años en Chile y nunca he podido votar. Una vez me llegaron las papeletas con dos meses de retraso”, señaló.

Ahora, tras confirmar que en estas elecciones generales tampoco ha podido participar, ha decidido presentar una denuncia ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En ese documento, el afectado cita el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que se destaca que todos los ciudadanos podrán “participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos”, así como “votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores” y “tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país”.

"Derecho fundamental"

También recurre al artículo 23 de la Constitución, que identifica el “derecho fundamental” a participar en procesos electorales. Seguido, describe las características del voto rogado en España y su implantación mediante la modificación legal de 2011, remarcando que “la incorporación del requisito de solicitar el voto para ejercer el derecho reconocido en el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 23 de la Constitución española ha significado en la práctica, tal y como señaló el Defensor del Pueblo de España, la imposibilidad para ejercer este derecho fundamental”.

“Habiendo agotado los recursos de la jurisdicción interna, presento la denuncia ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por vulneración de los derechos reconocidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, concretamente en su artículo 25”, subraya.

Héctor Pujols también presentó la semana pasada una nueva queja ante el Defensor del Pueblo por las mismas razones. Ahora está pendiente de las respuestas que se reciban en su buzón en Santiago de Chile. El mismo buzón al que nunca llegan las papeletas rogadas.

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