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Andalucía: el retorno de la construcción

El Gobierno andaluz impulsa la obra pública, con la idea de lanzar un mensaje a los inversores y relaja las normas urbanísticas mientras los ecologistas reclaman otro modelo de crecimiento

Imagen de la playa de Los Genoveses, en el Parque Natural del Cabo de Gata.
Imagen de la playa de Los Genoveses, en el Parque Natural del Cabo de Gata.

raúl bocanegra

El sector de la construcción busca un camino de retorno en Andalucía, con todo lo que ello implica. Por un lado, en el litoral andaluz se acumulan numerosos proyectos de construcción de hoteles y viviendas, que han empezado a preocupar seriamente a los ecologistas en una Comunidad en la que en 2018 había casi 70.000 viviendas nuevas sin vender.

Por otro, el Gobierno andaluz, formado por una coalición de PP y Ciudadanos, trata de impulsar la edificación, a través de la relajación de controles y de las normas urbanísticas, y relanzar también la obra pública, para lo que esta semana ha reactivado inversiones ya planificadas en Andalucía y las acumulado en un plan de inversiones en infraestructuras, dotado con más de 3.000 millones de euros, al que quieren arrastrar al empresariado.

En Andalucía, en 2007, el año previo a la caída de Lehman, que desató una crisis de una profundidad extraordinaria y que dejó al descubierto las debilidades de la economía española, la construcción proporcionaba medio millón de empleos: 495.000, según el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA).

Dos años después, en 2009, la cifra había caído hasta los 283.000 empleos y siguió en caída libre hasta el año 2013 cuando tocó fondo. Desde entonces, la construcción ha ido poco a poco recuperando vigor, hasta aportar 211.000 puestos de trabajo a finales del año pasado, antes del parón por el coronavirus.

Los empleos perdidos se refugiaron donde pudieron, sobre todo en el sector servicios y en el sector público, según revelan los datos del IEA. Las huellas de este desplome y del salvajismo, del exceso urbanístico previo, que llevó a la edificación de 327.000 viviendas construidas sin cobertura legal, se pueden ver aún físicamente en algunos lugares de la Comunidad: solares sin construir, la hierba creciendo en la base de farolas ciegas al lado en el área metropolitana de Sevilla; hormigón vacío sin alma sobre la arena marrón de una playa de Carboneras, en el Cabo de Gata. A veces, da la impresión de que, de repente, en un instante, el animal ladrillo se hubiera petrificado y se hubiera transformado en un fósil, en una memoria de otros tiempos, al modo de Pompeya.

"La inversión en infraestructuras públicas se revela como uno de los elementos clave y motor de recuperación para amortiguar el impacto y contribuir a la generación de actividad económica, la colaboración público-privada es fundamental para el desarrollo y el mantenimiento de infraestructuras y servicios y para priorizar infraestructuras sostenibles y estratégicas sin impactar negativamente en las cuentas públicas a través de deuda pública". Esta fue la idea expresada por el presidente, Juanma Moreno, el pasado lunes y va en la dirección que el Ejecutivo ya ha expresado en otras ocasiones: el ladrillo, la construcción, es un sector estratégico para el nuevo Gobierno.

Antes de lanzar el mensaje que Moreno envió con gran pompa a los inversores con gran pompa en el Palacio de San Telmo, en Sevilla, –allí estaban los sindicatos, la patronal, y todos los consejeros de su Gobierno– el presidente y su gabinete habían preparado el terreno con una desregulación urbanística de calado, ejecutada vía decreto-ley, durante la emergencia sanitaria, que remedaba las estrategias descritas por Naomi Klein en el ensayo La doctrina del Shock, el auge del capitalismo del desastre. Así, hoy, en Andalucía, después de que PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, hubieran abierto la mano, está permitido construir todo aquello que no esté expresamente prohibido por la legislación.

"La voracidad de los promotores urbanísticos que nos llevaron a la ruina, y la complicidad de los responsables políticos de la Junta de Andalucía y de los ayuntamientos, parece no tener límites. Ahora dicen promover un nuevo modelo sostenible, pero en la práctica están aprobando normas legales en sentido totalmente opuesto, desregulando el urbanismo y el medio ambiente para facilitar y agilizar los proyectos especulativos", afirma Juan Clavero, de Ecologistas en Acción, un excelente conocedor de la problemática que encierra un modelo especulativo como el que colapsó a principios del siglo.

SOS Costa de Cádiz

Además del hotel en proyecto en una playa virgen del Cabo de Gata y el campo de golf en los acantilados de Nerja, donde se rodó Verano Azul, que por momentos, ha traído a la memoria el fantasma del urbanismo salvaje, que representa el Algarrobico, hay más proyectos en marcha en el litoral andaluz.
Ecologistas en Acción ha iniciado una campaña en la provincia de Cádiz, llamada SOS Costa de Cádiz, con la que la ONG busca sensibilizar contra proyectos que pueden alterar el paisaje y los usos del litoral gaditano que aún goza de numerosos lugares que han logrado vencer la presión urbanizadora.

Así, en Trebujena se prevé un macroproyecto turístico con 300 viviendas de alto standing, hoteles y campo de golf frente al Espacio Natural de Doñana, promovido por la empresa de capital belga Costa Guadalquivir. Junto a Doñana; en el Rancho Linares (El Puerto) hay en el aire 1.260 viviendas. En los pinares de Sancti Petri (Chiclana) hay un plan para construir decenas de viviendas de lujo en una parcela privada de 60.000 metros cuadrados con más de 700 árboles. También hay otro proyecto hotelero, planteado desde hace años, en El Palmar (Vejer). Y están también 2.500 viviendas y un hotel de 300 habitaciones junto al Cabo de Trafalgar

La idea del Gobierno andaluz y la línea de trabajo es clara. "Se han perdido demasiadas inversiones por falta de voluntad política, por un exceso de normas y por leyes complejas que dificultaban la inversión. [Las leyes anteriores] eran un freno al desarrollo y se han perdido muchas oportunidades", afirmó la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, durante el verano en una entrevista con Efe. Además de los cambios ya aprobados vía decreto-ley, el Gobierno andaluz prepara una nueva Ley del Suelo. La nueva normativa, agregó la consejera, reforzará la disciplina urbanística y "los Ayuntamientos, por primera vez, dejarán de sentirse solos".

"En Andalucía no hay un problema de falta de viviendas, sino de acceso a las mismas, problema que se incrementará en un futuro cercano con la actual crisis económica y el incremento del paro. Hay que aprender de lo que sucedió con la burbuja inmobiliaria y no seguir con planteamientos irreales que solo favorecen los movimientos especulativos y que solamente generan beneficios a los especuladores, y terminan por colapsar el sistema socioeconómico", lamenta Ecologistas en Acción.

 El año 2020 es un año de tremenda crisis en la economía debido al parón forzado por la covid y el corto y medio plazo plantea inquietudes por la expansión de la enfermedad.

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