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Catalunya ERC y Junts acumulan las primeras discrepancias en el Govern y en torno a los Presupuestos Generales del Estado

Los socios en el Consell Executiu de Aragonès se han confrontado ya en proyectos clave como la ampliación del aeropuerto de Barcelona o la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno. Junts presiona a Esquerra para bloquear los presupuestos de Pedro Sánchez. El PSC refuerza su apuesta por las infraestructuras con el nombramiento de la exalcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez, como ministra de Transportes.

La nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez
La nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. Isabel Infantes / Europa Press

El ruido en el interior del Govern de la Generalitat es sin duda mucho menor que en la legislatura anterior. Ahora mismo como mucho podríamos hablar más bien de murmullos. Pero eso no quiere decir que entre ERC y Junts no empiecen a acumularse las discrepancias en temas de gran calado. Entre los principales, la divergencia en proyectos clave como la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat o la candidatura de Barcelona-Pirineus para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. Y además, Junts ha decidido también abrir ya el frente de Madrid presionando a los republicanos para negociar conjuntamente los presupuestos generales y con una probable exigencia a ERC para votar en contra.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, no es partidario de azuzar estas discrepancias con declaraciones altisonantes, en un estilo muy diferente al de su predecesor, Quim Torra. Y seguramente esta es una de las claves de que por el momento no hayan emergido públicamente las fuertes tensiones que los dos socios del Govern ya experimentaron en la última legislatura. Pero eso no quiere decir que la preocupación en el Palau de la Generalitat no exista. Aragonès es consciente de la necesidad de máxima estabilidad política y cohesión en el Ejecutivo catalán para desarrollar la agenda de sus dos principales ejes, el del diálogo con el Gobierno español para afrontar el conflicto político, y el de la reconstrucción para hacer frente a la dura pandemia y la grave crisis económica derivada.

Los Juegos Olímpicos de Invierno Barcelona-Pirineus y el aeropuerto

La candidatura catalana para los Juegos Olímpicos de Invierno Barcelona-Pirineus de 2030 ha supuesto la primera votación por separado de los dos socios de Govern en el Parlament. Junts votó a favor de una iniciativa parlamentaria que instaba al Govern a impulsar este proyecto junto al PSC, Ciudadanos y el PP. De hecho el Gobierno español ya ha dado su apoyo al proyecto a pesar de las reticencias de los Comuns y por tanto de Podemos. ERC se abstuvo en la votación junto a En Comú Podem. Y la CUP, socio parlamentario clave del Govern, votó en contra –paradójicamente junto a Vox-, ya que los anticapitalistas son totalmente contrarios al evento.

Pirineos necesitaría conseguir los Juegos  para desarrollar infraestructuras básicas de comunicación viaria

ERC Se sitúa entre dos posiciones. Por una parte las necesidades que tienen los Pirineos de conseguir los Juegos para desarrollar infraestructuras básicas de comunicación viaria y ferroviaria que mejoren la conectividad con la capital catalana. Los republicanos tienen una importante presencia en el territorio, con algunas de las principales alcaldías, pero la demografía es baja. En cambio sus bases en el área metropolitana, igual que los Comuns, no ven nada claro el proyecto de unas olimpiadas que perciben como poco sostenibles económica y mediambientalmente. Aunque el Comité Olímpico Internacional asegura que los Juegos actuales solo se otorgan a aquellos proyectos que sean totalmente sostenibles.

El otro tema candente en la relación entre los socios es la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Mientras Junts es totalmente favorable y así lo ha manifestado el vicepresident Jordi Puigneró, en ERC mantienen sus reticencias al proyecto por la posible afectación mediambiental que supondría la construcción de una nueva pista en la última gran reserva de biodiversidad del área metropolitana de Barcelona, el Delta del Llobregat. Y aparte de los ecologistas también se posicionan en contra diversos municipios próximos al aeropuerto por las ruidosas molestias que causa cada aumento de la actividad aeroportuaria.

La estrategia del PSC y el retorno de la "sociovergència"

Cabe destacar que en dos temas tan esenciales Junts haya hecho la pinza contra ERC junto a los socialistas. El PSC desarrolla una estrategia de fondo que marcará su posición en los próximos dos años centrada en la defensa de inversiones y mejora de las infraestructuras catalanas. Una maniobra que evidentemente vincula también al Gobierno de Pedro Sánchez.

Para ello el PSC ya cuenta con peones importantes en la estructura del Estado, entre los que destaca Maurici Lucena, presidente de AENA y artífice de la propuesta de ampliación del aeropuerto. O Isaías Táboas, presidente de RENFE, que sería el encargado de mejorar las endémicas deficiencias del servició de cercanías de Barcelona que usan cientos de miles de personas a diario. Y en la que también encaja perfectamente el nombramiento de la exalcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez, como ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Aunque Raquel Sánchez tendrá justamente en su municipio una de las principales oposiciones a la ampliación aeroportuaria, ya que su zona residencial se sitúa próxima a esta infraestructura.

El movimiento de los socialistas persigue compaginar el diálogo sobre el conflicto político intentando mantenerlo en un segundo plano mediático con proyectos tangibles para el catalán de a pie en la mejora de su día a día. Aprovechar la estabilidad que puede suponer la distensión fruto de la mesa de diálogo para desarrollar este tipo de inversiones que supongan un rédito electoral de cara a un segundo futuro asalto de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat después de haber ganado las elecciones del 14 de febrero pero sin una mayoría suficiente para gobernar.

Por su parte Junts buscará con esta pinza recuperar algunos de los apoyos de sectores empresariales y poderes fácticos perdidos por la radicalización de su discurso independentista, pero que tienen en proyectos como la ampliación del aeropuerto un objetivo fundamental. Al estilo de la más pura ‘sociovergència’ (Socialistas y Convergència) que ya se impuso en el Gobierno de coalición de la Diputación de Barcelona.

Los presupuestos generales, próxima fricción

El siguiente punto de fricción entre ERC y Junts llegará nada más comenzar el próximo curso político y será la discusión de los presupuestos generales del Estado. Junts está perfilando una estrategia de presión para obligar a ERC a negociar conjuntamente las cuentas del Gobierno español. Según la portavoz del partido, Elsa Artadi, "sería un error no aprovechar la debilidad parlamentaria y, por tanto, no negociar conjuntamente unos presupuestos que corrigieran el déficit fiscal y la falta de inversiones en infraestructuras". El partido de Carles Puigdemont también se mantiene muy crítico respecto a dar apoyos al Gobierno de Pedro Sánchez. Antes hay que ver si "está dispuesto a sentarse en la mesa de diálogo con voluntad real de negociación", asegura Artadi.

Dos cuestiones que ERC pretende esquivar. Los republicanos rechazan de plano negociar los presupuestos condicionados por Junts, según fuentes de Esquerra consultadas. Formalmente no cierra la puerta a una coordinación en la acción política en Madrid entre las dos fuerzas del Govern o incluso del conjunto de las fuerzas independentistas si se suma a la CUP. Pero fuentes de la dirección republicana recuerdan que ERC es el grupo catalán mayoritario en el Congreso y que mientras los votos de las otras fuerzas independentistas no son clave, los diputados de ERC son decisivos. Con lo cual no tendría sentido supeditar la negociación a los intereses de otros partidos si no hay coincidencia en las posiciones, aseguran las mismas fuentes. Por otro lado, a diferencia de Junts, ERC desvincula totalmente la negociación de los presupuestos generales de la marcha de la mesa de diálogo que se activará la tercera semana de septiembre.

Con todo ello no es nada descartable que los dos socios del Govern voten diferente en el Congreso a los presupuestos de Sánchez. Y aunque la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, quita hierro al asunto -“ya ha pasado anteriormente” asegura-, a nadie se le escapa que las diferencias entre Junts y ERC comienzan a ser más que visibles otra vez por mucho mecanismo de coordinación que se estableció en el acuerdo de Govern entre las dos fuerzas, socias coyunturales en el Consell Executiu y eternamente rivales en la arena independentista.

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