Las elecciones andaluzas consolidan el poder de la derecha en Andalucía y ya sabemos lo que eso significa para la sanidad, para la educación, para los servicios públicos y para que toda la estructura de redes clientelares y vínculos con el poder mediático andaluz que construyó el PSOE se termine de poner, ya definitivamente, a trabajar para la derecha.

Hay quien, desde la progresía mediática, se consuela con el hecho de que la mayoría absoluta del PP evita que VOX entre al Gobierno andaluz. Hoy no es el día para calificar opiniones con opiniones así me voy a reservar mi opinión sobre esto.

Hay quien, desde posiciones cercanas al PSOE, celebra el supuesto moderantismo de Moreno Bonilla que, siguiendo el supuesto estilo de Feijoo, habría taponado a la ultraderecha política y apuntaría a la restauración del bipartidismo. Hoy no es el día para calificar opiniones con opiniones así me voy a reservar mi opinión sobre esto también.

¿Tienen lectura estatal estas elecciones? Es un hecho que la orientación del voto de los andaluces determina en gran medida quién va a gobernar en España y lo de ayer pone aún más a tiro del bloque partidista de la derecha que forman PP y VOX, llegar al consejo de ministros. Esto creo que no es opinable y hay que asumirlo para poder ponerle remedio a tiempo.

El PSOE siquiera repite los resultados de Susana Díaz al tiempo que Ciudadanos desaparece, mientras que Por Andalucía y Adelante Andalucía pierden apoyos y además pierden muchos escaños. Esto tampoco es opinable.

¿Qué ha pasado con la izquierda? Bueno, hoy quizá es el día en el que todo el mundo tiene una opinión, muchas críticas y unas cuantas recetas infalibles para el futuro. Yo creo que, a mi por lo menos, me toca respetar el tiempo de reflexión de las compañeras y compañeros que están al frente. Quien busque en mis palabras la excusa para hacer titulares que hagan daño a la izquierda o sembrar la cizaña, no lo tendrá fácil.

En política a veces se gana y a veces se aprende.