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Sesión de constitución del Parlament Todos pendientes de la Mesa

Arranca la legislatura en Catalunya con la incógnita de la composición de la Mesa del Parlament y, sobre todo, de la interpretación que hará del reglamento, con ocho diputados del bando independentista en prisión o en Bruselas, y con JxCat decidida a investir a Carles Puigdemont a distancia

El hemiciclo del Parlament de Catalunya. REUTERS

El Parlament de Catalunya inicia formalmente su 12ª legislatura desde la recuperación de la democracia este miércoles, con la toma de posesión de los escaños por los diputados electos y la elección del presidente y la Mesa de la Cámara. Una jornada que sería rutinaria en cualquier legislatura de cualquier parlamento del mundo. Pero no es este el caso.

La sesión arrancará a las 11 de la mañana, según el decreto de convocatoria que promulgó la semana pasada el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy -de forma excepcional y con motivo de la aplicación del artículo 1En el más que probable caso de que los diputados en Bélgica no puedan votar, e independientemente de lo que ocurra con los presos, el bloque independentista se encontrará este miércoles sin la mayoría absoluta que ganó en las urnas. En el caso más favorable para sus intereses -si votan Junqueras, Sánchez y Forn- dispondrían de 65 escaños: tres por debajo de la mayoría. Si no votan los presos, tendrían 62. Los partidos soberanistas, sin embargo, confían en que esto no les hará perder la mayoría en la Mesa, dado que ven imposible una alianza del bloque del 155 (C 's, PSC y PP, que suman 57 escaños, con Cataluña en Común Podemos, que tiene ocho.55, ya que esta es una competencia exclusiva al presidente de la Generalitat en funciones-. A continuación, se constituirá la Mesa de Edad, presidida por el diputado más viejo -el exsocialista Ernest Maragall, elegido en las listas de ERC- y completada por los dos más jóvenes -los también republicanos Rut Ribas y Gerard Gómez del Moral-. Una mesa que, ordinariamente, se limita al trámite de presidir la sesión constituyente y la elección de la mesa definitiva. Pero en este caso tampoco será un trámite.

La Mesa deberá tomar una primera decisión trascendental: si los diputados independentistas encarcelados -Oriol Junqueras (ERC), Jordi Sánchez y Joaquim Forn (JxCat) pueden delegar su voto en un compañero de partido. El reglamento del Parlament (art. 93) sólo contempla la delegación del voto con motivo de una baja por maternidad o paternidad, o "en los supuestos de hospitalización, enfermedad grave o incapacidad prolongada debidamente acreditadas". Esta "incapacidad prolongada" siempre había leído como causada por motivos de salud, pero la resolución del pasado viernes del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que denegaba el permiso a los diputados presos para acudir a la sesión, también decretaba su "incapacidad legal prolongada", e instaba a la Mesa a arbitrar el procedimiento necesario para que puedan delegar su voto "en la forma que entienda procedente, y si no hay razón administrativa que se oponga".

En este sentido, un informe de los letrados del Parlament precisa que el supuesto de "incapacidad prolongada" que recoge el reglamento de la Cámara "no puede ser extrapolada ni interpretada" más allá de motivos de salud. Pero también recoge la resolución del Supremo y su referencia a la "incapacidad legal".

Si el juez Llarena abría la puerta a que los diputados presos puedan votar por delegación, más difícil parece que lo puedan hacer los que están en Bélgica. Su auto ya dejaba claro que el supuesto "de incapacidad legal" se aplica a los "investigados en situación de prisión preventiva" y no "a otros". Además, el Gobierno central ya ha dejado claro que recurriría inmediatamente al Tribunal Constitucional esta posible delegación del voto de Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Lluís Puig (JxCat), Meritxell Serret y Toni Comín (ERC).

Los Comunes tiene la llave

En el más que probable caso de que los diputados en Bélgica no puedan votar, e independientemente de lo que ocurra con los presos, el bloque independentista se encontrará este miércoles sin la mayoría absoluta que ganó en las urnas. En el caso más favorable para sus intereses -si votan Junqueras, Sánchez y Forn- dispondrían de 65 escaños: tres por debajo de la mayoría. Si no votan los presos, tendrían 62. Los partidos soberanistas, sin embargo, confían en que esto no les hará perder la mayoría en la Mesa, dado que ven imposible una alianza del bloque del 155 (C 's, PSC y PP, que suman 57 escaños), con Catalunya en Comú-Podem, que tiene ocho.

En este sentido, los Comunes tienen teóricamente la clave de la composición de la Mesa. Pero ya han repetido por activa y por pasiva que no darán la presidencia a nadie de Ciudadanos -la formación naranja apuesta por José María Espejo-Saavedra, que ya integró la Mesa en la anterior legislatura- ni del bloque del 155. "No contribuiremos a juegos de mayorías adulteradas porque hay gente encarcelada", reiteró este martes su portavoz, Elisenda Alamany, respondiendo a las presiones de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que ha vuelto a acusar a "Podemos" -como se refiere sistemáticamente a Catalunya en Comú- de decantarse hacia el lado independentista.

Aunque teóricamente posible, también queda muy lejos la posibilidad -apuntada desde los partidos constitucionalistas justo después de las elecciones, pero arrinconada posteriormente- de un pacto que diera la presidencia de la Mesa a un representante de los Comunes, que votarán por sus propios candidatos.

La CUP, por su parte, ha dejado claro que votará "la constitución de una Mesa del Parlament de mayoría independentista, sin reclamar a cambio contraprestaciones materiales" en forma de subgrupo parlamentario. Con este equilibrio de fuerzas, y si no hay sorpresas de última hora, la Mesa debería contar con cuatro representantes del bloque independentista (dos para ERC y dos para JxCat) y tres del bloque constitucionalista (dos de Ciudadanos y uno del PSC).

En primer lugar se vota al presidente, que previsiblemente será el republicano Roger Torrent, que se convertirá en la persona más joven en acceder al cargo. Posteriormente se votarán a la vez las dos vicepresidencias, para los dos candidatos más votados, de manera correlativa. Una de estas vicepresidencias también debería ser para el bloque independentista (para JxCAT), mientras que la segunda recaería en Ciudadanos, a quien le bastaría con sus 36 escaños incluso sin la ayuda del PP y el PSC. Por último, se votan los cuatro secretarios, que deberían corresponder a JxCAT, ERC, C 'sy el PSC.

La Mesa que se elija este miércoles puede tener otra decisión comprometida como muy tarde 10 días después, cuando se debe celebrar el primer pleno de investidura. Entonces, deberá decidir si Carles Puigdemont puede ser investido a distancia, como reclama JxCat, un procedimiento que el Gobierno central y los partidos constitucionalistas ya han avisado que recurrirían ante el Tribunal Constitucional. Salvo que Puigdemont de finalmente un paso al lado y el independentismo opte por un candidato sin procesos judiciales en marcha.

Movilizaciones en la calle

Como las últimas de la anterior legislatura, la primera sesión del Parlament tras las elecciones se promete movida no sólo de puertas adentro. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha convocado -lo hizo el pasado domingo- una concentración a las puertas de la Cámara "para apoyar a los diputados electos y seguir en una pantalla gigante el debate para elegir presidente y mesa del Parlament".

La manifestación, sin embargo, tendrá que desplazarse hasta el vecino paseo de Lluís Companys, porque los Mossos d'Esquadra cierran esta madrugada el recinto del parque de la Ciutadella -donde está el Parlament-. Exactamente como ya hicieron en los dos anteriores plenos históricos, los de los días 10 de octubre -declaración de independencia suspendida- y 27 del mismo mes -declaración no implementada, que dio lugar al 155-.

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