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XVIII CONGRESO NACIONAL DEL PP Rajoy borra todo rastro de Aznar en su nuevo PP

El único aznarista superviviente en el Comité Ejecutivo es Miguel Ángel Cortés. Toda la cúpula de Génova es ahora afín a su presidente, que ha salvado de la quema a sus propios amigos como el exministro Fernández Díaz.

Los principales cargos de la cúpula de Rajoy celebran el 'éxito' del Congreso Nacional del PP con la anfitriona del evento, Cristina Cifuentes. EFE

Rajoy ha rescatado el "modelo Acebes" -que restituye, con Fernando Martínez-Maíllo, la figura del coordinador general- para la cúpula del PP, pero ha liquidado todo rastro de aznarismo de la misma. El presidente del Gobierno y del PP ha sido encumbrado este fin de semana en un Congreso Nacional donde todos vendieron la "unión" de la formación. "En el PP hay sitio para todos", sentenció el sábado el líder de los populares. Pero, en realidad, en Génova ya sólo queda sitio para sus afines. 

Los miembros de su nuevo Comité Ejecutivo y él mismo fueron aplaudidos, coreados y votados por una gran mayoría (un 95,65%) de los compromisarios que tenían derecho a voz y voto. 2.530 afiliados en total dieron a Rajoy el poder durante los próximos cuatro años. Ni la no aprobación de un sistema de primarias, la no renovación de su ideario, la sombra de la corrupción ni las acusaciones de pucherazo pudieron evitarlo.

El nuevo PP es hoy más de Rajoy que nunca y ya no queda entre sus filas quien le tosa, más allá de líderes cada vez más apagados como Esperanza Aguirre que, en cualquier caso, ya no dirige ni la organización territorial de Madrid. 

Rajoy ha expulsado del Comité Ejecutivo a  los aznaristas Ana Botella, Alberto Ruíz-Gallardón y Federico Trillo pero mantiene a  su amigo Fernández Díaz

Rajoy culminó la defenestración de sus enemigos internos con la expulsión, entre otros, de la propia Ana Botella del Comité Ejecutivo Nacional. A la mujer de su antecesor se han unido, además, el exministro de Justicia a quien ya dejó en su día a los pies de los caballos, Alberto Ruíz-Gallardón, o el más reciente acaparador de titulares tras el nuevo escándalo sobre el accidente del Yak-42: el exministro de Defensa Federico Trillo, hoy ya rescatado en el Consejo de Estado.

Otro de los fieles al expresidente que ha dejado el poder es el ex jefe del Gobierno de Castilla y León y exministro de Aznar Juan José Lucas, que, no obstante, mantiene su puesto de presidente de honor del PP de Castilla y León. Al menos, hasta que se celebre su correspondiente Congreso regional que tendrá lugar el 31 de marzo y el 1 y 2 de abril.

Aznaristas o no, el presidente del PP ha tumbado otros obstáculos de su camino que previamente habían sido tocados. Se trata de los extitulares de Industria y Exteriores, José Manuel Soria y José Manuel García Margallo, respectivamente. El primero fue el único de los amigos de Rajoy a quien no pudo recolocar (de momento). El segundo, ahora tertuliano en radios y teles, se ganó la venganza de su jefe cuando intentó postularse para moverle la silla. Hundidos.

El único 'superviviente'

A quien sí ha indultado es al miembro del llamado "clan de Valladolid" al que también pertenecía Aznar y en cuyo gobierno trabajó, como Lucas, en la Junta de Castilla y León. Se trata del exdiputado Miguel Ángel Cortés, uno de los tres "vocales por designación" -puede haber hasta cinco- nombrados a dedo por Rajoy. No obstante, en este caso fue Aznar quien expulsó a Cortés del patronato de Faes, por lo que no parece que el presidente pueda seguir viendo en él una amenaza. 

Rajoy no sólo mantuvo a su secretaria general pese a la 'enmienda antiCospedal' y las acusaciones de pucherazo, sino que dio cargos orgánicos a otras dos ministras: Montserrat y Tejerina

En el dedazo le acompañan el eurodiputado manchego Luis de Grandes, exaznarista reconvertido en marianista, y el exministro Jorge Fernández Díaz. Ésta ha sido la fórmula que ha encontrado Rajoy para premiar a su fiel amigo tras haberse visto obligado a dejarle caer del Ejecutivo por el escándalo de las escuchas que desveló Público.

No es el único a quien el jefe le ha mostrado un apoyo expreso. ¿La primera de la lista? La propia secretaria general, María Dolores de Cospedal, a quien ha decidido mantener pese a que ella fue el foco del único conflicto que se produjo el fin de semana en el Congreso. 

La enmienda del PP de Castilla-La Mancha para limitar la acumulación de cargos que ella representa (es ministra de Defensa, secretaria general del PP y presidenta del PP regional) fue tumbada por apenas una veintena de votos y contados a ojo tras una votación a mano alzado que recibió acusaciones de pucherazo.

Pese a ello, Rajoy no sólo valoró su labor al frente del partido y la ardua misión de éste como sustento del Gobierno, sino que, en un alarde de poder, incluyó en la Ejecutiva a otros tres ministros con cargos orgánicos: Álvaro Nadal (que ya estaba y renueva), Isabel García Tejerina y Dolors Montserrat, que se ocuparán de sus correspondientes Secretarías sectoriales de Economía, Agricultura y Sanidad y Asuntos Sociales respectivamente.

Equilibrio entre 'sorayistas' y 'cospedalistas'

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su número dos en el Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría (d), y en el PP, María Dolores de Cospedal. Archivo REUTERS

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su número dos en el Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría (d), y en el PP, María Dolores de Cospedal (i). Archivo REUTERS

La propia vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y el nuevo ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, son también vocales del Comité Ejecutivo.

La primera, enemiga reconocida de Cospedal, fue la más aplaudida en el momento en que Rajoy pronunció su nombre en la lista propuesta. La segunda y el tercero contribuyen, precisamente, a equilibrar la balanza de poder entre ambas rivales, : Báñez es sorayista; Zoido; cospedalista.  No obstante, la número dos de Rajoy en el Gobierno cuenta con dos incorporaciones a su bando: sus secretarios de Estado José Luis AyllónRoberto Bermúdez de Castro, que harán contrapeso del cospedalismo en Génova, que también se ha visto reforzado con la entrada de Antonio Román como nuevo responsable de Política Local.

Otro de los equilibrios que mantuvo Rajoy hace referencia a la organización territorial. En ella hay entradas (el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez; el guipuzcoano Borja Sémper; el diputado murciano Teodoro García; la secretaria general del PP andaluz, Dolores López; o la del PP valenciano, Eva Ortiz) y algunas salidas como la del exconseller de Hacienda valenciano Gerardo Camps que, pese a que sigue como diputado en el Congreso, ha sido acusado por la oposición de haber pagado con dinero 553.000 euros en comidas en restaurantes de lujo entre 2007 y 2011

Los presidentes de Madrid y Galicia, Cristina Cifuentes y Alberto Núñez-Feijóo, respectivamente, en una imagen de archivo. EFE

Los presidentes de Madrid y Galicia, Cristina Cifuentes y Alberto Núñez-Feijóo, respectivamente, en una imagen de archivo. EFE

Del equilibrio entre los propuestos por los barones del PP, dos son las comunidades que renuevan su peso orgánico y que se corresponden, además, con las presidencias de quienes en su día fueron designados como delfines de Rajoy. Se trata de Alberto Núñez-Feijóo y Cristina Cifuentes; Galicia y Madrid, respectivamente.

El clan gallego incorpora a Miguel Tellado, mano derecha de Feijóo, así como a la expresidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, amiga de Rajoy que en su día sonó en las quinielas como ministrable. El equipo madrileño hace lo propio con el número dos de Cifuentes, su portavoz, Ángel Garrido; con el diputado -también de máxima confianza de la presidenta- Jaime González Taboada; y, tras un Congreso Nacional lleno de recuerdos a las víctimas de ETA, con la diputada del Congreso por Madrid María del Mar Blanco, que ocupará la Secretaría Sectorial de Justicia y Libertades Públicas. 

El continuismo de los 'marianistas'

Rajoy, como se sabe, es fiel a los suyos y, además, no es partidario de cambiar "lo que funciona". Por ello, además de los vicesecretarios millenials (Pablo Casado, en Comunicación; Javier Maroto, en Política Social; y Andrea Levy, en Estudios y Programas), en el CEN continúan algunos de sus amigos como la catalana Alicia Sánchez-Camacho -que repite como presidenta del Comité Electoral Nacional-, la exalcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez; o la histórica Celia Villalobos que, además, está casada con quien todavía es el gurú demoscópico del presidente, Pedro Arriola.

No faltan en la cúpula, por supuesto, su fiel jefe de gabinete, Jorge Moragas; o los aznaristas y, pese a ello, cercanos al presidente Ana Pastor y Javier Arenas.  

A la primera le corresponde el puesto como vocal nata por ser presidenta del Congreso de los Diputados (también tienen ese título su homólogo en el Senado, Pío García Escudero; los portavoces parlamentarios: Rafael Hernando -Cámara baja-, José Manuel Barreiro -Cámara baja-, y Esteban González Pons -Parlamento europeo-; el comisario europeo Miguel Arias Cañete, los presidentes territoriales del partido, los de las comunidades que gobierne el PP, los altos cargos de Nuevas Generaciones Beatriz Jurado -presidenta- y Javier Dorado -secretario general-; o la tesorera, Carmen Navarro, entre otros). 

Al segundo, cuyo puesto no se aseguraba en las quinielas previas (sí se apostaba, en cambio, por la vuelta de Alfonso Alonso a Madrid que, finalmente, no se ha producido), Rajoy lo ha mantenido como vicesecretario del Área Autonómica y Local. Arenas, que se vio salpicado por el caso Gürtel, tiene vida propia en el partido y ya hay incluso quien habla de épocas prearenistas y postarenistas en él. 

El andaluz encabeza otra corriente más, enfrentada a la de los cospedalistas por su propia enemistad personal con la secretaria general. En cualquier caso, al margen de minibatallas en el seno de Génova, Rajoy se ha asegurado el poder absoluto. De Aznar, tras el último Congreso, ni rastro. 

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