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La trata de personas, de la esclavitud a la exclusión

Mabel Lozano ofrece las claves fundamentales de la trata de personas en su película documental ‘Chicas Nuevas 24 horas’, un proyecto al que ha dedicado cuatro años y en el que revela el destino de las mujeres y niñas que han sido víctimas

Una de las víctimas que da su testimonio en la película.

MADRID.- Cada año, 4,5 millones de mujeres y niñas son víctimas de la trata de personas para la explotación sexual. Una noticia espeluznante a la que, desgraciadamente, nuestro país contribuye de una manera muy especial. De hecho, España ocupa el tercer lugar en el mundo, solo por detrás de Tailandia y Puerto Rico, en la lista de lugares en que los hombres pagan más dinero por sexo. Son datos que aparecen en la película documental Chicas nuevas 24 horas, escrita, producida y dirigida por Mabel Lozano, que ha viajado por cinco países americanos para recoger testimonios e imágenes y que ha dedicado cuatro años al proyecto.

Una década volcada en varios trabajos contra la trata de personas han permitido a la directora acceder ahora a las propias víctimas —varias mujeres y una niña de 15 años cuentan sus experiencias ante la cámara—, así como a personajes indispensables en la lucha contra esta aberración. Teresa Martínez, fiscal de la Unidad contra la Trata en Paraguay; la Policía Nacional española o la peruana, y Carmen Omonte, ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú, entre otros, desvelan en esta película muchas claves de este siniestro mercado.

Chicas Nuevas 24 horas se estrena esta semana en Cineteca (Matadero, Madrid) y en breve comenzará una gira por Latinoamérica. La película se ha traducido al guaraní y al quechua para mostrarla en universidades, colegios… y “los lugares en que las niñas son captadas”. Además, el 23 de septiembre se inaugurará una exposición en Casa de América con imágenes de la película y paneles explicativos.

El destino de las víctimas

“No he hecho pornografía del sufrimiento”. Es lo primero que dice Mabel Lozano, que en lugar de explotar emocionalmente la situación de las víctimas, dedica a éstas y a su destino final un espacio privilegiado en su película. Cuando la policía lleva a cabo una redada contra clubes, mafias… todo lo que se incauta va a parar al Gobierno, pero nada queda para las víctimas.

Muchas veces, cuando estas mujeres y niñas consiguen finalmente escapar de ese infierno de esclavitud y prostitución, no tienen dónde ir. Sus familias no quieren ya acogerlas y las autoridades no se hacen cargo de ellas. Yandy, la niña peruana de quince años que ofrece su testimonio en el filme, termina confesando que ella lo que quiere es volver a su casa, “con mi mamá”. Pero su madre no ha querido saber más de ella después de conocer que se había prostituido. “La sociedad rechaza a las personas que somos víctimas de este tipo de cosas”, afirma otra de las mujeres.

La doble moral

La trata de personas es, desgraciadamente, un negocio multimillonario. En España cada día se suman beneficios de cinco millones de euros, según informaciones reveladas en la película, en la que también se denuncia la participación indirecta de muchos agentes sociales. Así, Andrés Colman, un prestigioso periodista paraguayo, critica “la doble moral, una gran hipocresía” de algunos medios de comunicación, entre los que menciona los españoles El País y El Mundo. Hoy en Europa, la prensa escrita recauda 40 millones de euros con los anuncios de contactos.

Una de las víctimas que explica su vivencia en el documental de Mabel Lozano.

Una de las víctimas que explica su vivencia en el documental de Mabel Lozano.

Son datos valiosos en la campaña de información sobre la trata de personas, para la que Mabel Lozano ha arriesgado su propia vida. La ministra de la Mujer de Perú pidió al fiscal de Mazuco que hablara con ella. Y así fue hasta que un policía peruano advirtió a la directora española de que se estaba jugando la vida, pues el fiscal participaba del negocio de las minas de oro ilegales de Madre de Dios, una actividad que ha propiciado un incremento brutal de la prostitución y de la trata sobre todo de menores. “Los mineros quieren menores para evitar contagio de enfermedades”, explica Lozano.

Noticias de usar y tirar

“El policía peruano también se jugó la vida al contármelo a mí. Me lo dijo muy claro, el fiscal no estaba protegiéndome, sino que estaba vigilándome. Me pasé dos días con el malo detrás”, dice Mabel Lozano, que reconoce que ha pasado miedo en muchos momentos del rodaje. “Pero era necesario porque estamos hablando de una cosa gravísima, de esclavitud, de una violación de los Derechos Humanos. Y este es un tema del que sólo se habla desde el morbo, porque hoy las noticias son de usar y tirar, nada tiene poso. Pero hay que contar qué pasa después con esas mujeres y esas niñas, que están socialmente excluidas. Eso ya no le interesa a nadie”.

La globalización y la trata

Chicas Nuevas 24 horas se hace eco también de “la facilidad migratoria de los seres humanos”. Mientras miles de personas mueren intentando llegar a Europa desde países pobres o en los que son perseguidas, prácticamente no hay obstáculos para el paso por las fronteras de niñas y mujeres a las que captan para explotar sexualmente. “La globalización es perfecta para la trata de personas”, asegura la directora de la película.
Cómo se capta a niñas y mujeres, cuál es la forma en que hacen con ellas el viaje, cómo las quitan sus pasaportes y las encierran en clubes, en casas, en sótanos… de qué forman las presionan para que se prostituyan, qué métodos emplean para aterrorizarlas y que no denuncien. 

La película de Mabel Lozano explica todo esto, lo denuncia y, al mismo tiempo, reivindica una actuación contra ello. “Tiene que surgir un movimiento transformador, y debe ser integral, no sólo de los políticos, también de la ciudadanía y de los medios de comunicación", afirma.

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