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Alrededor del 40% de las mujeres utiliza mal el preservativo

Un estudio de la Sociedad Española de Contracepción revela que el 41,5% de las que emplean este método anticonceptivo no lo usan siempre y un 31,5% sólo lo hace después de haber iniciado la relación sexual. El 10,8% de las mujeres fértiles está en riesgo de quedarse embarazada sin quererlo.

El 24,7% de las mujeres en edad fértil no utiliza ningún método anticonceptivo.

MADRID.- El preservativo sigue siendo el método anticonceptivo más utilizado por las mujeres españolas. Sin embargo, no todas lo usan siempre ni de manera adecuada, lo que inevitablemente le resta efectividad. El 41,5% reconoce que no lo utiliza en todas sus relaciones sexuales y el 31% sólo lo hace después de que la relación se haya iniciado. Son datos de la Encuesta de Anticoncepción en España 2016 elaborada por la Sociedad Española de Contracepción (SEC) que, además, coinciden con otros estudios que revelan que el 60% de las mujeres que abortan afirman que habían tomado precauciones y que cerca del 40% de embarazadas no había planificado tener un hijo.

"Eso quiere decir que los embarazos no deseados se deben al no-uso o al mal uso de los métodos anticonceptivos", ha explicado este viernes el doctor José Vicente González en la presentación del documento. 

La encuesta —realizada a 2.200 mujeres de entre 14 y 49 años— revela que el 10,8% de las mujeres fértiles está en riesgo de quedarse embarazada sin quererlo. En ese grupo están las que no quieren usar métodos anticonceptivos —por miedo o desinformación— y las que los utilizan mal. Al margen del uso erróneo e irregular del preservativo —el 68% nunca lleva uno encima y el 40% afirma que siempre lo compra pareja—, algunas mujeres también emplean inadecuadamente los métodos hormonales como la píldora.

Algo más de un tercio de las usuarias entrevistadas hace descansos periódicos y lo más preocupante es que a un 69,5% de ellas se lo recomendó un médico, una matrona o una enfermera. "Tenemos que trabajar intensamente para desterrar este mito, que sólo sigue anclado en España. Las píldoras que se venden actualmente no tienen nada que ver con las que se comercializaban en los 70, y no es necesario el descanso, el contrario, hacerlo resta efectividad al método", ha aseverado González.

Otro problema que señala el estudio es que el 18,5% de las mujeres entrevistadas reconoce que no utilizó ningún método anticonceptivo en su primer relación sexual, un hecho que constituye "el mayor riesgo para que una mujer que embarazada durante la adolescencia", ha explicado González. El dato cobra importancia si tenemos en cuenta que la media de inicio en la vida sexual de las mujeres se sitúa en los 18,2 años, tres menos que la edad en la que lo hicieron sus madres.

Aunque las mujeres jóvenes suelen tener comportamientos más responsables que las maduras —el mal uso del preservativo aumenta con la edad— aún no están familiarizadas con los métodos más eficaces: los de larga duración como el DIU —utilizado por el 6,9% de las encuestadas— y el implante —empleado por el 0,8% de las entrevistadas—. "Igual que con los descansos de la píldora, se ha instaurado el mito de que estos métodos son dañinos, peligrosos, que no se pueden usar en todas las edades o que pueden dificultar el embarazo. Es mentira. No hay evidencia científica de nada de eso, al contrario, son los métodos más seguros, sin efectos secundarios y los más recomendables para las chicas adolescentes", ha remarcado González.

Aunque no acaban de calar en la sociedad, el uso de este tipo de métodos está creciendo desde 1997 en detrimento de los métodos irreversibles como la ligadura de trompas o la vasectomía. Lo mismo sucede con los sistemas hormonales como la píldora o el parche, que poco a poco ganan posiciones mientras el condón retrocede. En el fondo, la clave de esta evolución la tienen los médicos, enfermeras y matronas, a quienes las mujeres más caso hacen (40%) a la hora de elegir su método anticonceptivo. Por eso no es casual el escaso éxito de los métodos anticonceptivos de larga duración: el personal sanitario sólo los ha recomendado a un tercio de las mujeres encuestadas.

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