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POBREZA La pobreza mata más que el alcohol

Un informe de la revista 'The Lancet' evidencia que una mala situación socioeconómica  acorta la esperanza de vida 2,1 años, más que otros factores de riesgo señalados por la OMS como el consumo de alcohol o la obesidad.

El 29% de los españoles es pobre o está en riesgo de caer en la pobreza.- REUTERS

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La pobreza es más peligrosa para la salud que el alcohol y que otros de los principales factores de riesgo por los que se preocupa la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Así se desprende de un reciente estudio de la revista médica británica The Lancet en el que han trabajado 30 científicos de prestigiosos centros de estudio, como el King's College de Londres, la Escuela de Salud Pública de Harvard, la Universidad de Columbia o el Imperial College de Londres.

El trabajo ha utilizado datos de 1,7 millones de personas analizadas durante más de diez años con el fin de conocer el impacto de la situación socioeconómica en la salud y la mortalidad. Al mismo tiempo, lo comparan con los factores más señalados y sobre los que la OMS lanzó su Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no transmisibles, cuyo objetivo es reducir la mortalidad prematura un 25% para 2025: el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio físico, la hipertensión, la diabetes y la obesidad.

En concreto, un nivel socioeconómico bajo acorta más de dos años la esperanza de vida de los adultos entre 40 y 85 años. Por su parte,  un alto consumo de alcohol quita medio año de vida, según los investigadores. El estudio advierte de la ausencia de la pobreza entre las principales causas de muerte prematura aunque su efecto sea mayor que el de la obesidad (0,7 años) o la hipertensión (1,6 años). De hecho, su incidencia está a la altura del sedentarismo, que merma la esperanza de vida en 2,4 años, y también es un factor a tener en cuenta si se compara con el alto consumo de tabaco (4,8 años) y con la diabetes (3,9 años).

Los resultados de este trabajo coinciden con las conclusiones de otros previos y es uno de los más amplios realizados hasta la fecha. "La adversidad socioeconómica debe ser incluida como un factor de riesgo modificable en las estrategias de salud local y global, las políticas y la vigilancia del riesgo para la salud", aseguran los investigadores.

"No es ideología, es ciencia"

Consideran que, del mismo modo que se promueve el deporte y el abandono del tabaco o el alcohol o una alimentación adecuada, pueden promoverse políticas destinadas a reducir la pobreza o a mejorar el acceso a la educación.

"Stringhini y sus colegas no basan sus argumentos en la ideología política, sino en la ciencia rigurosa", asegura Martin Tobias, del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda, en un artículo complementario en la misma revista.

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