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Inmigración Muertos y torturados: hablan las víctimas de la "guerra de fronteras" de España

Entre 2015 y 2016 murieron 388 personas migrantes tratando de llegar a las costas españolas. 122 eran menores. Seis personas perecieron tratando de saltar las vallas de Ceuta y Melilla, según un informe de casos documentados por la ONG Caminando Fronteras. Denuncian que son muertes "evitables" debidas a la "militarización de las fronteras".

Agentes de la Guardia Civil y las fuerzas auxiliares marroquíes tratan de impedir que que varias personas migrantes salten la valla de Melilla.- CAMINANDO FRONTERAS

“Le vi morir delante de mis ojos. La Guardia Civil nos bloqueaba, y la Marina [marroquí] nos quería obligar a subir a bordo. Entonces la zodiac se movía y dos personas cayeron al agua. Gritamos que las ayudaran, pero nadie se movía. Uno desapareció delante de mis ojos, un chico de Costa de Marfil. Entonces subimos al barco de la Marina, nos detuvieron”.

La escena la narra Sylla, una persona migrante que recuerda cómo las autoridades españolas y marroquíes bloqueaban la patera en la que trataba de llegar a las costas españolas. Eso también es una devolución en caliente, pero en este caso no es en la valla de Ceuta o Melilla, sino en pleno Estrecho de Gibraltar.

Ese chico de Costa de Marfil es sólo una de las 388 personas que han muerto o desaparecido tratando de llegar por mar a España entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016. Es una víctima más de la “guerra de fronteras” que España libra a diario contra las personas migrantes en su frontera sur, según el informe que ha presentado este martes en Madrid la ONG Caminando Fronteras.

De estos 388 muertos, documentados por la organización, 122 eran menores (el 31,4%) y 34, mujeres (el 7,9%). Sólo 22 de ellos fueron identificados. Los datos los ha contrastado este colectivo a través de las alertas que ellos mismos reciben de las propias comunidades migrantes, todas procedentes del África Subsahariana. Un total 309 llamadas de SOS para 7.079 personas que estaban a la deriva entre Marruecos y España.

Control migratorio antes que el derecho a la vida

Son todas muertes “evitables”, ha explicado la portavoz de la organización, Helena Maleno, que critica que “el control migratorio prima sobre la salvaguarda de la vida en el mar” para España y su socio marroquí. El resultado de estas políticas de “militarización de las fronteras” se puede ver, por ejemplo, en las cerca de 1.600 tumbas sin nombre que hay en Fuerteventura. Es la ruta hacia Canarias la que más víctimas se ha cobrado en el periodo de tiempo monitoreado: un 21% del total.

"Marruecos entra en aguas españolas para detener a los inmigrantes, pero España no entra en territorio marroquí para salvar vidas"

“En todas las alertas recibidas se ha constatado que las relaciones entre el Estado español y Marruecos funcionan mejor cuando se trata de una acción represiva y de control migratorio que de una acción de salvamento y/o asistencia”, afirma el extenso informe, que pretende analizar la dramática situación desde el punto de vista y los testimonios de quienes apenas son una cifra en el día a día informativo: los propios migrantes y sus familias, que luchan incansables por intentar averiguar la suerte que corrieron quienes decidieron marchar. “Marruecos entra en aguas españolas para detener de los inmigrantes, pero España no entra en territorio marroquí para salvar vidas. Son 14 kilómetros de vergüenza”, ha resumido Maleno.

Varios cadáveres de inmigrantes ahogados tras el naufragio de la patera en la que trataban de cruzar el Estrecho el pasado 14 de enero.- EFE

Varios cadáveres de inmigrantes ahogados tras el naufragio de la patera en la que trataban de cruzar el Estrecho el pasado 14 de enero.- EFE

La “coordinación inexistente” entre España y Marruecos para los rescates, la demora de la puesta en marcha de dispositivos de búsqueda, las suspensión de búsquedas por las noches y las propias devoluciones en caliente que la Guardia Civil realiza en el mar son, según ha documentado la ONG, causas evitables de muertes. A lo que hay que añadir casos en los que se suspende una búsqueda porque Marruecos ha localizado la embarcación, pero los familiares de los tripulantes no vuelven a tener noticias suyas.

Hasta en tres ocasiones se reportaron avisos de cuatro personas que habían caído al mar durante un operativo de la Guardia Civil y la Marina marroquí, pero no hubo ningún rescate. "A día de hoy, esas cuatro personas siguen desaparecidas. Según la Guardia Civil, el rescate de esas cuatro alertas se llevó a cabo por la Marina sin incidencias", ha denunciado Maleno.

Seis muertos en las vallas fronterizas

El informe denuncia vulneraciones del derecho a la vida, del derecho al asilo, de la protección de la infancia, la no detección y protección de víctimas de la trata y que “muchas de las personas migrantes fueron objeto de violencia, tortura y tratos inhumanos crueles y degradantes”. Una muestra es el testimonio de Brahim, un menor costamarfileño que intentó cruzar la valla de Melilla: “Estaba arriba de la valla, quería pedir asilo, gritaba asilo. Nadie me escuchaba. Muy cansado y herido bajé de la valla. Miré al guardia y le dije ‘tengo 14 años’, me cogió tranquilo, no podía oponer resistencia y me entregó a los alis (fuerzas auxiliares marroquíes).”

Uno de los migrantes que, tras horas encaramado a la valla de Ceuta, fue devuelto de inmediato a suelo marroquí.- HELENA MALENO / ONG CA-MINANDO FRONTERAS

Uno de los migrantes que, tras horas encaramado a la valla de Ceuta, fue devuelto de inmediato a suelo marroquí.- HELENA MALENO / ONG CA-MINANDO FRONTERAS

Según los casos documentados por Caminando Fronteras, recibieron 23 alertas desde las vallas de Ceuta y Melilla entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016. 2.213 personas fueron víctimas de desplazamientos forzosos. 569 fueron víctimas de una devolución en caliente (124 de ellos, menores de edad), 739 resultaron heridos por la violencia de las fuerzas de seguridad y seis personas murieron en un intento de salto.

“La Guardia Civil nos entregó a los marroquíes, sentía que sangraba mucho y estaba mareado. Después los marroquíes siguieron pegándome en el suelo. Golpes y más golpes, perdí la conciencia y me desperté en el hospital con tres fracturas”, asegura el testimonio de R., de Camerún, recogido por caminando fronteras.

Los que sobreviven, delincuentes

“Estuvimos once días en la patera. Sin comida, bebiendo sólo agua de mar. Ocho murieron y los dejamos en el mar. Y cuando llegamos a Gran Canaria nos llevaron a comisaría, como delincuentes. Nos insultaban, nos trataron fatal”. Sylvie Agnes Sambou ha relatado su odisea durante la presentación del informe. Tras sobrevivir al viaje, pasó 51 días en un centro de detención de inmigrantes. Recuerda que algunos de los que viajaron con ella salieron antes. “Los policías nos interrogaban, nos preguntaban por las mafias, por quién era el capitán de la patera y nos prometían los papeles si colaborábamos”, ha recordado.

Así fue como Babacar, una de las personas que viajaba con Sylvie, acabó en la cárcel, acusado de pertenecer a una mafia, de ser el patrón de la patera. Pero Sylvie fue valiente y testificó a favor de Babacar. "Él era inocente, no tenía nada que ver con los patrones. Le acusaron a él porque no sabía el idioma y no podía defenderse. Yo no iba a mentir para que él fuera a la cárcel, no me han educado así”, afirma. Consiguió que el acusado fuera liberado, pero según recuerda la ONG, la Fiscalía de Extranjería recurrió y la demanda en contra de Babacar sigue adelante. Piden ocho años de cárcel por cada uno de los fallecidos. Ni él ni los demás migrantes que llegaron recibieron atención psicológica después del trauma vivido en alta mar.

"Las mafias y las
redes de trata son
más fuertes cuanto más se militarizan
las fronteras”

“Los traficantes de las mafias se quedan al otro lado. Eso es sabido. Se está encarcelando a personas inocentes”, lamenta Maleno, que pone el foco en que “las mafias y las redes de trata de personas son más fuertes y el negocio, mayor cuanto más se militarizan las fronteras”.

Mujeres y menores, el sexo como visado

La violencia relatada hasta ahora se suma, en el caso de las mujeres y las adolescentes, a otra de la que ya huían y que no les abandona ni siquiera en el país de destino. El periodo analizado destaca por al gran afluencia migrantes de entre 14 y 17 años. Muchas de estas mujeres “trataban de buscar estrategias para sobreponerse a la violencia sexual” en su países de origen, y acaban en la prostitución o la mendicidad al llegar a Europa. “La explotación mayor se sucede a través de la demanda del mercado europeo”, especifica el informe.

"Cruzar y follar
son dos verbos que
van unidos para muchas de nosotras"

“Todas las mujeres, niñas y adolescentes que participaron en actividades en las que se basó este informe reportaron haber sufrido violencia sexual”, ya por parte de las propias personas en tránsito, de las fuerzas de seguridad de los distintos países que habían atravesado o por varones de las comunidades migrantes.“Cruzar y follar son dos verbos que van unidos para muchas de nosotras. Llorar es un verbo que está prohibido, salvo que sirva para sobrevivir”, afirmó a la ONG una lideresa de una comunidad migrante procedente de Liberia. Por su parte, T. de 20 años, relata: “En la primera violación lo pasé muy mal, en la segunda, también. Luego aprendí a buscar un hombre que me pudiese mantener, que fuere mu ‘marido’. Reduces el número de violaciones a una sola persona”.

Las redes de trata, en algunos contextos de origen, son percibidas por las mujeres, niñas y adolescentes como una oportunidad para facilitar el movimiento y lograr el proyecto migratorio. También es vendida por las redes criminales de tráfico de personas como una oportunidad frente a la militarización de las fronteras, explica el informe.

"Es necesario resaltar que a partir de 2008, comenzamos a asistir a la feminización de la ciudadanía migrante en las fronteras del Estado español. Mujeres que vienen a cubrir la demanda de los Estados europeos, ya sea en el mercado sexual o en la industria del cuidado doméstico. Las redes de trata se multiplican dispuestas a cubrir esos nichos de explotación", resalta el documento.

"¿Qué responsabilidad tiene el Estado español cuando a la costa llega una niña que no tiene tetas y dice que tiene 20 años y no hay un funcionario que llame a la Fiscalía de menores para determinar su edad?", se pregunta Maleno, que destaca la invisibilidad de estas víctimas que si siquiera están en los centros de acogida. “A muchas las podemos encontrar en las calles de las ciudades europeas prostituyéndose o siendo víctimas de trata. Los europeos, como consumidores de esas personas que tratamos como mercancía, también somos responsables de esa violencia que favorecen las fronteras”, ha concluido.

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