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"El putero compra el cuerpo de la mujer como compra ropa"

Rosa Cobo presenta el libro 'La prostitución en el corazón del capitalismo', que señala la industria del sexo como una fuente inagotable de beneficios en el centro de la economía global.

Rosa Cobo presenta el libro 'La prostitución en el corazón del capitalismo', que señala la industria del sexo como una fuente inagotable de beneficios en el centro de la economía global.

"La prostitución es una industria que mercantiliza a las mujeres y promueve la violencia patriarcal", afirma Rosa Cobo, directora del Centro de Estudios de Género y Feministas, que ha presentado este miércoles el libro La prostitución en el corazón del capitalismo, junto a Alda Facio y Luisa Posada en la Librería de Mujeres de Madrid.

Declarada abiertamente abolicionista, Rosa Cobo asegura que para erradicar esta institución patriarcal y capitalista se necesitan muchas políticas que erosionen la desigualdad entre hombres y mujeres. "A la derecha neoliberal le interesa el crecimiento de la economía, aunque sea a costa de la explotación sexual y económica de mujeres sin recursos, y algunos sectores de la izquierda tienen una visión romántica de la prostitución y creen que es una forma de transgresión", agrega la autora.

Rosa Cobo presenta el libro 'La prostitución en el corazón del capitalismo', que señala la industria del sexo como una fuente inagotable de beneficios en el centro de la economía global.

Rosa Cobo presenta el libro 'La prostitución en el corazón del capitalismo'.

La socióloga pretende visibilizar a través de su libro cómo se relaciona la economía con la mercantilización de la mujer, esa "industria inagotable de beneficios". Cobo entiende la prostitución como "una institución patriarcal que ha sido convertida por el capitalismo global en una poderosa industria del sexo que mueve miles de millones de euros al año". Un negocio fundamental para el capitalismo neoliberal. 

En La prostitución en el corazón del capitalismo, la autora enmarca el origen de la industria del sexo en una reacción patriarcal fruto de la pérdida del poder masculino tras las movilizaciones del feminismo contemporáneo. 

"Sólo hay deseo en una de las partes"

Rosa Cobo acompañó a los polígonos y burdeles a varias asociaciones que intervienen con mujeres que ejercen la prostitución para realizar su investigación. "Mi primera imagen fue la de una mujer bajando de un camión y escupiendo el semen del conductor, al que le había hecho una felación por 10 euros", relata la autora a Público

"En el acto prostitucional el putero ejerce el poder y la violencia sobre la mujer prostituida", destaca Cobo, que agrega que en esta industria "sólo hay deseo en una de las partes y ese deseo está vinculado al dominio, a la humillación y a la violencia".  

La socióloga relata a este medio su experiencia: "Todas las prostitutas con las que hablé en el polígono eran de países que exportan mujeres para la prostitución, con escasos recursos económicos y culturales, y muchas de ellas estaban controladas y esclavizadas por proxenetas". "Tenemos que crear las condiciones económicas que hagan inviable semejante campo de concentración", recalca Cobo. 

La pornografía, la auténtica pedagogía de la prostitución

"El putero no nace, se hace". La autora recalca las palabras de la teórica política y feminista británica Carole Pateman para explicar este fenómeno. "Los hombres desembocan en la prostitución entendiendo que pueden acceder a la sexualidad de una mujer, de una persona, que no le desea", matiza. 

Les otorga a los demandantes de prostitución la etiqueta de "los nuevos bárbaros del patriarcado", aquellos que hacen posible que exista la industria del sexo y se sostenga bajo la economía criminal; y desenmascara la pornografía como "la auténtica pedagogía de la prostitución". "Los adolescentes que conocen el sexo a través de la pornografía quieren llevar después lo que ven al burdel", explica la socióloga. 

Mientras, la mujer que ejerce la prostitución continúa siendo el foco de la industria del sexo. Cobo recalca que "la prostituta es la mujer mala, pero el putero no tiene esa connotación: compra el cuerpo de las mujeres como compra ropa".

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