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Imputados por la muerte de un mantero los dos agentes de la Guardia Urbana acusados de asesinar a un compañero

Una de las hipótesis es que los agentes decidieran presuntamente matar al guardia urbano cuando el fallecido les amenazó con desvelar información comprometedora que los implicaba en la muerte del mantero

Reconstrucción del crimen del guardia urbano. EFE

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El juez que investiga la muerte de un mantero al caerse por un barranco en la montaña de Montjuïc de Barcelona ha citado a declarar como investigados a los agentes de la Guardia Urbana Rosa P. y Alberto L., que están en prisión acusados de matar a un compañero con quien formaban un triángulo amoroso.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el titular del juzgado de instrucción número 31 de Barcelona ha citado a declarar a los dos urbanos por su presunta relación con la muerte del mantero, tras reabrir el caso ante las sospechas de que el fallecimiento no fue accidental, como se creyó en un principio.

El vendedor ambulante falleció en 2014 al despeñarse por un precipicio en la montaña de Monjuïc cuando huía de la Guardia Urbana durante una redada contra manteros, en la que participaban los dos agentes encarcelados por el crimen del urbano Pedro R., cuyo cadáver fue hallado calcinado en el maletero de su coche a los alrededores del pantano de Foix de Barcelona el pasado 4 de mayo.

Por la muerte del agente municipal fueron detenidos su pareja, Rosa P., y el también guardia urbano Alberto L., quienes mantenían una relación sentimental a espaldas del fallecido.

De hecho, una de las hipótesis que barajan los Mossos d'Esquadra en relación con el crimen del urbano es que Rosa P. y Alberto L. decidieron presuntamente asesinarlo cuando el fallecido les amenazó con desvelar información comprometedora que los implicaba en la muerte del mantero, ocurrida en 2014.

Por ese motivo, tras el homicidio del urbano, la policía catalana reabrió el caso de la muerte del mantero, que el juez había archivado provisionalmente en 2014 a raíz de un informe de los Mossos d'Esquadra que concluía que el fallecimiento había sido accidental.

La versión que en su día mantuvo ante el juez Rosa P. es que el mantero la había agredido con una arma blanca, con la que le causó una herida de escasa consideración en una pierna, antes de caer el vacío.

Alberto L., que durante años estuvo adscrito junto a Rosa P. en la unidad de la policía local barcelonesa encargada de combatir la venta ambulante, acumula una condena y una absolución por conflictos con manteros.

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