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Maltrato animal Los cazadores piden excluir a sus perros de las normativas de bienestar animal

Las federaciones de caza de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana piden una categorización diferente para que los perros de caza no sean considerados animales de compañía y queden al margen de las leyes de protección animal.

Un cazador y su perro de caza E.P.

Los cazadores quieren que los perros de caza queden excluidos de las normativas sobre protección de animales de compañía. Y lo están consiguiendo. Hasta ahora, Castilla-La Mancha —que en febrero excluyó a los perros de caza del último borrador del Anteproyecto de Ley de Bienestar Animal de la comunidad tras las alegaciones de la Asociación e Rehalas Regionales Caza y Libertad (Arrecal) y de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha— era una excepción; pero la petición se ha extendido también a la Comunidad Valenciana.

Allí, la Federación de Caza de la región ha solicitado igualmente a la Generalitat que los perros de caza queden excluidos del ámbito de aplicación de la Ley de Bienestar Animal que se está tramitando y que se cree “una categorización de perros de caza y de trabajo” que los diferencie “de los animales de compañía como tal”, según un comunicado de la propia federación accesible en su página web. Los cazadores piden también una modificación del concepto de animal abandonado, para que ningún cazador pueda ser sancionado si su perro se pierde durante las actividades de caza; que para ellos no se aplique la obligación de llevar atados a los perros de caza por la vía pública; y la “desambiguación” del concepto de maltrato animal para que no se considere como tal el trabajo que realizan los perros de caza, de pastoreo, policiales o lazarillos.

Además solicitan, entre otras cosas, que no se les prohíba poner collares eléctricos a sus perros; que no se obligue a los dueños a tener que vivir en el mismo lugar en el que habitan los perros ni a un régimen de visita diario; y que no necesiten la autorización municipal para la celebración de competiciones y eventos con animales, indican.

Las asociaciones animalistas de la zona, como la Coordinadora Animalista CV, han lanzado una campaña en Twitter con el lema #LosPerrosDeCazaTambiénSonPerros y han pedido al Govern de la Generalitat que no ceda ante estas presiones como ha sucedido en Castilla-La Mancha.

“El problema está en la definición de animal de compañía” —explica Ángela Molina, copresidenta de la Coordinadora Animalista CV— “Los cazadores quieren que sean considerados animales de compañía sólo los que están dentro del hogar, y de esta manera los perros utilizados para la caza quedarían excluidos de una manera elegante y muy sutil”, asegura. “Nosotros lo que pedimos es que animal de compañía sea todo aquel que convive en el entorno humano”, prosigue.

“Básicamente, lo que piden es que los perros utilizados para la caza no tengan derechos, pero es absurdo. Ellos tienen que cumplir la ley como hacemos todos. Si cualquier persona que tenga un perro no puede mantenerlo atado y encerrado durante largas horas porque se considera maltrato, ¿por qué ellos sí?”, argumenta.

Los cazadores llevan semanas en pie de guerra contra los animalistas, a quienes acusan de una “escalada de insultos”, “amenazas” y “agresiones” en las redes sociales. El pasado 15 de abril, el sector organizó movilizaciones en Madrid y otras ciudades para pedir al Gobierno que tomara medidas contra “la impunidad” imperante en redes sociales. Ahora, los cazadores han vuelto a convocar una manifestación por este mismo motivo el próximo 26 de mayo.

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