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Entrevista a María Jesús Herrera "No hay datos para que España y Europa se sientan sobrepasadas por las migraciones"

María Jesús Herrera, directora de misión de la Organización Internacional para Migraciones en España, analiza el año de más llegadas de migrantes al país e incide en la necesidad de crear vías legales y seguras para evitar muertes en las fronteras.

María Jesús Herrera, directora de misión de la Organización Internacional para Migraciones en España.-JAIRO VARGAS

jairo vargas

Durante toda la semana, las playas de Caños de Meca (Cádiz) han amanecido con los cadáveres de varios migrantes tras último naufragio de una patera en el Estrecho. Son 621 las personas que han perdido la vida intentando alcanzar Europa por la ruta marítima hacia España desde el norte de África en lo que va de años. El 2018 ha sido el año récord de llegadas de migrantes a las costas españolas, con cerca de 50.000 migrantes. María Jesús Herrera, directora de misión de la Organización Internacional para Migraciones (OIM) en España, dependiente de la ONU, analiza la situación migratoria en el país.

La pasada semana se reunió con la ministra de Sanidad, ¿en qué están trabajando ahora?

Abordamos el tema de los menores extranjeros no acompañados (MENA) para ver cómo puede colaborar la OIM en buscar algunas soluciones, paliar la situación actual y apoyar al Gobierno central y comunidades autónomas. De momento sólo hemos empezado a hablar y a presentar propuestas. También hablamos de la correcta atención sanitaria a los migrantes y los protocolos sanitarios en las llegadas.

¿Está cumpliendo España con sus obligaciones con los mena?

España cumple con la ley, les da acogida, guarda y tutela. Se está cumpliendo lo básico. Hay ciertos niveles de mejora, sobre todo en qué ocurre cuando se hacen mayores de edad. También vemos que faltan cifras claras sobre cuántos hay y dónde. Hay que mejorar el sistema de registro y, sobre todo, hace falta una política más solidaria y coordinada entre comunidades autónomas.

Hay escenas que se han quedado muy grabadas: niños hacinados, centros desbordados... la respuesta han sido 40 millones extra. ¿Es suficiente?

Es importante que haya más presupuesto, sirve para apoyar la gestión diaria. Los problemas son reales, pero hay muchos menores que están acogidos correctamente, recibiendo formación y eso también hay que ponerlo en valor.

España ha tenido un año migratorio de récord, de llegadas y de fallecidos, ¿qué está pasando?

Sí y esto no es anecdótico, no hay llegadas sólo porque cambie la ruta de Libia. No se puede pensar que vaya a cambiar en los próximos años. Sigue habiendo causas que motivan estos grandes movimientos de personas. Es muy triste, hay más de 600 cadáveres encontrados en la ruta del Mediterráneo occidental, y eso significa que hay muchas muertes más. Nos asombramos de lo que ocurre en otros lugares del mundo, pero el mayor cementerio de migrantes es el Mediterráneo, nuestro mar. Creemos que hay que trabajar en las causas de la migración y que ya se está haciendo. Europa está empezando a tomar conciencia, hay fondos fiduciarios para el desarrollo, pero esas medidas no son inmediatas, empezaron hace pocos años y hace falta mucha poner más fuerza para que la migración sea una opción, no una necesidad. Por eso creemos que tiene que haber vías legales y seguras para las migraciones.

Han llegado alrededor de 50.000 personas a España, ¿son cifras alarmantes?

En España ha aumentado mucho, pero apenas ha habido 100.000 llegadas a Europa. El año pasado por estas fechas habían llegado 50.000 personas más y, el año anterior, muchos más. No son datos para que ni España ni Europa se sientan sobrepasadas. Cuando se habla de invasión, de llegadas masivas y de avalanchas se está generando una alarma social que no es real.

Están llegando menos personas, pero son más las que mueren en el intento, ¿a qué se debe este aumento?

Cada vez más, las mafias del tráfico de personas están explotando la situación de una forma inhumana. Están echando a la gente al mar de cualquier manera. Es duro, pero dependiendo de lo que una persona pague, tiene más o menos posibilidades de sobrevivir. La lucha contra las mafias es una asignatura pendiente todavía, por todos los países, de origen, tránsito y de destino.

¿No es echar gasolina al fuego del tráfico de personas el blindaje que Europa está haciendo de sus fronteras?

Los datos están ahí y dicen que los muros y las vallas no hacen que la gente desista. Es entendible que los Estados determinen quién puede entrar a su país y su política de seguridad. Las políticas migratorias no deben basarse sólo en el corto plazo porque esta situación no es anecdótica. No hay más llegadas a España sólo porque cambie la ruta de Libia. Esta situación va a darse durante los próximos años porque sigue habiendo causas que motivan estos grandes movimientos y no hay perspectiva de que vayan a cambiar. Hay muchos factores y políticas que deben ponerse a trabajar a la vez de forma global para que den un resultado positivo. Una personas desesperada que lleva meses huyendo de un país no se va a parar ni ante una valla ni ante 14 kilómetros de agua.

¿Ha hablado la OIM de vías legales con el Gobierno? ¿Pueden esperarse cambios?

Hay interés, no sólo en España. Se ha empezado a hablar desde la Comisión Europea y desde otros gobiernos europeos. Veo iniciativa para empezar proyectos piloto y abrir vías de migración regular.

¿De qué manera?

En España tenemos algunas experiencias, como la migración circular, que vemos como un camino adecuado. Son personas que vienen a trabajar durante un tiempo y luego regresan a su país. Si hablamos exclusivamente de economía, en pocos años, Europa va a necesitar más población. La natalidad desciende y, ahora sólo se están tomando medidas cortoplacistas con los migrantes. Falta una visión más global. En ningún país del mundo se ha demostrado que la inmigración haya sido negativa, siempre mejora el PIB del país o lo deja como está, pero tiene que ser ordenada y bien gestionada.

Hemos visto desde el verano situaciones de caos, desbordamiento de recursos, falta de espacios, improvisación ante las llegadas de migrantes, ¿está España destinando los recursos suficientes para esto?

Ha habido momentos difíciles, pero es cierto que se han abierto nuevo recursos, como los CATE de Motril y de San Roque, que han mejorado la primera recepción. La OIM ha estado allí y hemos visto que han dado un respiro al colapso. También se abrió otro centro en Chiclana para después de esta primera recepción. Es cierto que a veces no es suficiente y que son limitados. También es muy difícil de predecir una llegada masiva de personas. En la mayoría de los casos hay recursos para atender a las personas que llegan, aunque siempre hay margen de mejora.

España presiona ahora para que haya más financiación europea para Marruecos, como ya se hizo con Turquía o Libia. ¿Cree la OIM que Marruecos es un país seguro para los migrantes?

Creo que es un país seguro. La OIM trabaja intensamente en Marruecos con el Gobierno, entendemos que está haciendo un gran esfuerzo, porque hace años era un país de tránsito y ahora es país de origen, tránsito y destino. Se está implicando en mejorar sus políticas migratorias.

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