Dentro de dos días, la ciudad china de Yulin acogerá una nueva edición del polémico y macabro festival culinario de carne de perro, en el que al menos un millar de canes serán cocinados para consumo de los asistentes.

Pese a que en 2017 entró en vigor una ley que prohibía la venta de carne de perro en restaurantes, mercados y otros comercios del país, la cita sigue celebrándose en el mercado Dashichang de Yulin, donde se amontonan las jaulas con perros para ser sacrificados.

En el pasado, unos 10.000 perros solían ser asesinados durante el festival. Ahora, según apuntan diversas fuentes, siguen siendo miles los perros que mueren para aportar la carne necesaria, pese a que la organización asegura que la cifra se ha reducido hasta el millar. 

Lo que muchos desconocen es que gran parte de los perros que acaban servidos en el plato de este festival son obtenidos de manera ilegal, ya que suelen ser animales de compañía robados o callejeros.

Este año, más de cuatro millones de personas han firmado la petición de Change.org para terminar con la celebración de este evento. Además de la crueldad animal, este festival supone un peligro para la seguridad alimentaria, ya que "muchos de los animales del mercado están enfermos, envenenados y moribundos", señala la plataforma de recogida de firmas.

La organización Humane Society Internacional informó el pasado lunes de que 62 perros fueron rescatados de un matadero de China antes de ser sacrificados en el festival.

Hace dos años, un grupo de activistas rescató a 1.000 perros que iban a ser cocinados en el festival. Los animalistas consiguieron interceptar en Guangzhou un camión que se dirigía a Yulin en el que se amontonaban animales en pésimas condiciones de higiene.