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Fútbol Italia "El problema es que soy italiano": el racismo hacia Balotelli que aviva el odio en el 'calcio'

El líder del partido ultra Fuerza Nueva afirmó que el futbolista "es italiano porque tiene la ciudadanía italiana, pero no podrá ser nunca completamente italiano". La prensa mostró su rechazo al gesto de la grada y la Fiscalía ya investiga el caso. 

El futbolista italiano Mario Balotelli abandonó el campo por los insultos racistas de la afición del Hellas Verona. / EFE

manuel tori

Todo se desató el pasado domingo en Verona. Cuando se estaba disputando el partido de fútbol de Serie A –Primera División italiana– entre el Brescia y el Hellas Verona, en plena segunda parte, los coros racistas no hacían más que aumentar en una de las curvas del Verona. Los cánticos tenían un sólo destinatario: Mario Balotelli (Palermo, 1990), un conocido delantero del calcio italiano, quien en ese momento estaba con la posesión del balón, cerca del córner. Empezaba a estar harto y, como reacción, cogió la pelota con las manos y la lanzó al público en señal de rabia. El encuentro se detuvo unos minutos, con ambos equipos involucrados en animar al futbolista. El partido terminaría 2 a 1 para el equipo local.

Pero la lucha de Balotelli no había hecho más que empezar: "No soy distinto a otros jugadores que han vivido lo mismo. El problema, aquí, es que soy italiano", ha comentado esta semana 'Super Mario' a una televisión del país: "Estamos hablando de unos cuantos estúpidos, pero ahí están". Y añadió: "Yo no acuso al Verona, sino a esos que han hecho lo que han hecho. Y no eran pocos, porque los pude oír desde el terreno de juego".

El caso Balotelli, en los últimos días, se ha vuelto un problema político en Italia. El peso de los ultras en la extrema derecha es muy considerable, y lo ocurrido con el delantero del Brescia no ha hecho más que alimentar la polémica sobre la impunidad con la que el racismo convive en determinadas gradas de fútbol. Para empezar, el líder soberanista de la Liga, el ex ministro del Interior, Matteo Salvini –cuyo partido gusta a 1 de cada 3 italianos–, se ha pronunciado al respecto, añadiendo leña al fuego, asegurando que "un obrero vale como diez Balotelli juntos".

"Un obrero vale como diez Balotelli juntos", Matteo Salvini

El descaro más absoluto se resume en las palabras del líderes de los tifosi veroneses, Luca Castellini, quien, además, es un directivo filonazi del partido de extrema derecha Fuerza Nueva: "Balotelli es italiano porque tiene la ciudadanía italiana, pero no podrá ser nunca completamente italiano". Castellini, además, añadió: "¿Hay problemas si digo la palabra negro?", ha dicho estos días con chulería, sabiendo que dicha palabra, en italiano, es despectiva; y que la palabra educada sería nero, como el color. Para más indignación, el alcalde de Verona, Federico Sboarina, al igual que el entrenador y el presidente del Hellas Verona, ha confirmado que no han escuchado "nada".

Al haberse convertido en un caso nacional, la prensa transalpina ha reaccionado en defensa de Mario Balotelli. Uno de los más claros y contundentes apoyos en primera plana lo ha dado el célebre y centenario periódico deportivo La Gazzetta dello Sport, el más vendido de Italia. En su portada del pasado martes, se podía leer: "Balotelli es un italiano auténtico". En el editorial, el periódico de color rosa explica: "El racismo en el fútbol ha dejado de ser una triste vergüenza da estadio y se presenta por lo que es. Una questión política y nacional". Y toma partido de forma inequívoca: "De parte de quién está la Gazzetta está claro. Nosotros estamos con Mario".

Mario Balotelli reaccionando durante el partido del pasado domingo a los insultos de los ultras. / EFE

Mario Balotelli reaccionando durante el partido del pasado domingo a los insultos de los ultras. / EFE

En numerosas ocasiones el futbolista italiano, además de haber jugado en diferentes equipos europeos, Balo ha vestido la camiseta de Italia de fútbol en decenas de ocasiones –fue muy notable, por ejemplo, su trabajo con la 'azzurra' en la Eurocopa de 2012–. Actualmente no está confirmada su presencia para la próxima Eurocopa de 2020, pero el problema político que ha supuesto en los últimos días los abucheos contra su persona debido al color de su piel están haciendo reflexionar al entrenador de la Selección Italiana, Roberto Mancini, quien quería esperar hasta marzo para observar la evolución del delantero del Brescia en los próximos meses. La idea de su presencia la ha resumido a la perfección Gabriele Gravina, el presidente de la Federación Italiana de Fútbol: "Balotelli en la Selección sería un mensaje extraordinario".

La Justicia italiana se ha puesto manos a la obra. La Fiscalía de Verona, con la fiscal Angela Barbaglio al frente, ha abierto una investigación sobre la base de discriminación racial. Por el momento, la acusación es contra desconocidos, pero la prensa italiana asegura que ya se está trabajando con el objetivo de identificar los hinchas responsables de lo ocurrido desde una de las curva del Hellas Verona. La policía italiana, de hecho, ya está trabajando en ello, analizando los vídeos del Estadio Bentegodi de la ciudad véneta y los que circulan por las redes sociales. Tal como explica el periódico transalpino La Repubblica, la justicia ordinaria y la deportiva están trabajando de forma "paralela", de hecho el pasado martes ya han sido cerrados algunos sectores de la curva responsable de los coros racistas contra Mario Balotelli.

En el editorial del pasado martes, la prestigiosa Gazzetta –también en estos casos–, en el párrafo final, escribió: "El poder de persuasión de un periódico deportivo, por mucha autoridad que tenga, es limitado. Para nosotros, cada vez que arrancan unos abucheos desde una curva –da igual si los que gritan son 10 o 1000– quien pierde es el deporte, con su gran belleza y los valores de civilización que representa. Lo demás, pertenece a la política, en la que no entraremos por estatuto. Cada uno, en materia migratoria, que piense lo que quiera según su conciencia. Para quien esté leyendo", escribe la Gazzetta, "solo una pequeña prueba: ¿Acaso no molesta la palabra negro en forma despectiva?". Y, en cualquier caso, añade: "¿De verdad que no puede existir un negro italiano?".

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