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Premio Sájarov Oleg Sentsov: “Putin dice a los rusos que los gais están en el poder en Europa, y casi que comen niños”

Rusia liberó al activista ucraniano hace dos meses en un intercambio de prisioneros. Esta semana ha viajado a Estrasburgo para recibir el premio Sájarov a la libertad de conciencia que el Parlamento Europeo le concedió hace algo más de un año.

Fotografía de archivo de Oleg Sentsov en el tribunal militar de la ciudad rusa de Rostov del Don. - AFP

Hace solo dos meses que Oleg Sentsov (Simferópol, Óblast de Crimea, 1976) salió de una cárcel del norte de Siberia, uno de los centros penales rusos donde ha permanecido encerrado durante los últimos cinco años. Rusia le detuvo en Crimea en 2014, junto a otros tres activistas ucranianos, le acusó de terrorismo y le sentenció a 20 años de prisión, en un juicio que Amnistía Internacional ha tachado de “espectáculo cínico”.

Según Amnistía, en los tribunales no se presentó ni una sola prueba de la implicación del activista en los supuestos actos terroristas. Él siempre se ha declarado inocente, dice que iban a por él, ya que apoyó las protestas de Euromaidán, a favor de una Ucrania más cercana a Europa y lejos de la influencia rusa. Ayudó a llevar comida y suministros a los militares ucranianos atrapados en sus bases de Crimea tras la declaración de anexión de Rusia.

La liberación de Sentsov llegó el pasado 7 de septiembre, como parte de un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania. Su estancia en la cárcel no ha sido fácil: denuncia torturas de las que no quiere ni hablar y el año pasado se declaró en huelga de hambre durante 185 días para pedir la liberación de todos los “presos políticos” ucranianos. Perdió 30 kilos.

En su liberación ha sido importante la presión internacional: personalidades como el presidente francés Emmanuel Macron o directores de cine como Almodóvar han pedido su liberación. También ha ayudado a divulgar su situación el documental sobre su caso dirigido por Askold Kurov, The Trial, the State of Russia vs Oleg Sentsov, que cuenta la historia de su detención.

Tras haber sido uno de los jugadores de videojuegos más importantes de Ucrania, Sentsov dirigió su propio documental, Gamer, estrenado en 2011 y exhibido en varios festivales de cine internacionales. En la cárcel ha escrito cinco nuevos guiones que quiere convertir en películas en los próximos años.

El Parlamento Europeo le concedió el premio Sájarov el año pasado a la libertad de conciencia, un galardón que da cada año a defensores de los derechos humanos y la democracia. Hasta ahora no había podido recogerlo en persona, así que esta semana ha visitado la sede de la Eurocámara en Estrasburgo para recibir el premio y la ovación de los eurodiputados.

Justo al lado del hemiciclo, entre los espacios dedicados a las televisiones, Sentsov recibe a Público en una entrevista en que exhibe su carácter sosegado y tranquilo, pero claro y sin pelos en la lengua.

¿Cuál fue la verdadera razón de Rusia para meterte en la cárcel?

Me buscaban específicamente a mí. No fue algo fortuito sino parte de un plan. Ante las elecciones presidenciales de Ucrania de mayo de 2014, la  FSB (agencia de inteligencia rusa) decidió inventarse un falso grupo terrorista que planeaba ataques y explosiones. Así acusarían al Gobierno de Ucrania de haber ordenado estas acciones terroristas para mostrar a todo el mundo que es un Estado terrorista. Y que, mientras Ucrania planeaba acciones terroristas en Crimea, Rusia era quien protegía la región y que por eso Rusia se anexionó Crimea.

¿Cómo era la vida diaria en prisión? ¿Cómo le trataban los guardas?

Los guardas me trataban muy mal porque hacían su trabajo y estaban influenciados por la propaganda. Odian Ucrania como un todo. Era una verdadera molestia para ellos, no les gustaba nada. Hicieron todo lo posible para hacerme la vida más difícil.

Las noticias de los últimos meses muestran que ha habido conexiones rusas que han influido en el brexit e indicios de que han apoyado al presidente estadounidense, Donald Trump. Una información de El País ha revelado que el Kremlin ha enviado espías rusos a Cataluña. ¿Cree que Putin quiere desestabilizar las democracias europeas?

Desde luego. Tienen que entender su verdadera estrategia: quiere construir un estado totalitario. Lo ha conseguido ya en Rusia. Ahora quiere controlar todos los países vecinos que pertenecían a la antigua Unión Soviética: Bielorrusia, Moldavia, Ucrania, Georgia, Armenia, Kazajistán…

Georgia está ahora bajo su influencia y la castiga con la guerra en Abjasia y Osetia del Sur. Ucrania ha salido de esa influencia y la ha castigado con el ataque a Crimea y el Donbás. En Moldavia, es el caso de Transnistria.

Otro de sus objetivos es influir todos los procesos globales, sobre todo en los europeos. Para poder convertirse en un verdadero líder global al que todos escuchen y que hagan lo que él dice. Esa es su ambición. Quiere debilitar a Europa de todas las maneras posibles. Brexit, los chalecos amarillos, Cataluña... está interfiriendo en todos ellos. No siempre con éxito pero se pueden ver signos de él en todos esos casos.

Usted estuvo en Barcelona la semana pasada…

Estuve en Barcelona tres días como turista, pero sí que tuve algunas reuniones políticas. Apoyo la integridad territorial de España porque entendemos muy bien los problemas del separatismo y entendemos adónde lleva. El separatismo lleva a Donbás (una zona en disputa militarizada entre Ucrania y Rusia).

Por desgracia, los catalanes no entienden eso. Pero Putin es muy activo interfiriendo y toda la gente con la que hablé me dijo que Rusia, efectivamente, ha financiado publicaciones y grupos radicales de la derecha con el objetivo de interferir y desestabilizar España. Para que Europa sea más débil y Rusia más fuerte. Esa es su estrategia.

¿Cómo un líder así puede tener el apoyo de la gente para mantenerse en el poder?

Putin es producto de su gente. Rusia siempre ha admirado las personalidades fuertes. Todo el mundo amaba a los zares. Tras la revolución estuvo Stalin, después hubo una época de líderes más débiles, así que ahora están muy contentos de tener por fin a Putin. Es una mentalidad muy extraña. Por un lado tienen una obediencia servil, mientras que por el otro tienen ambiciones imperialistas.

"Quiero continuar mi activismo cívico, la defensa de los derechos humanos y seguiré hablando sobre nuestros prisioneros porque me siento responsable", explica Sentsov.

La gente está dispuesta a quitarse un bocado de la boca y sacrificar otras cosas, pero les gustaría tener misiles y a Crimea para amenazar a toda Europa. Son felices con esto, yo no lo entiendo. Esta es la mentalidad de la gente y Putin se aprovecha muy bien de la situación con ayuda de la propaganda. Dice que Europa está en decadencia, que las cosas están mal, que la gente que no tiene qué comer, que los gais están en el poder, y casi que comen niños.

Mientras que en Rusia todo es fenomenal, que es la protectora del mundo entero y que es una amenaza para Europa y Estados Unidos. Que todo el mundo le tiene miedo a Rusia, así que la gente se siente muy orgullosa de su país.

La televisión rusa está controlada por Putin y su Gobierno. De la mañana a la noche, lo mismo. Hablan de Europa, Estados Unidos y Ucrania, siempre de manera terrible. No hablan mucho de Rusia y si lo hacen siempre es de manera positiva. Es un mundo retorcido, un mundo como el de Lewis Carroll (autor de Alicia en el país de las maravillas). Parece imposible, absurdo, kafkiano. Pero es la vida real en ese país.

Mientras estaba en la cárcel ha habido campañas por su liberación como la de Amnistía Internacional o el propio premio Sájarov. ¿Toda esta presión internacional tuvo algún impacto en su liberación?

Supe que me habían dado el premio Sájarov en la cárcel, pero estaba en una condición muy complicada tras la huelga de hambre, así que lo tomé de manera muy sosegada. En la cárcel no estaban impresionados. No saben nada de Europa, no les importa el Parlamento Europeo. Les suena a Marte. Es una vida completamente diferente.

Pero el apoyo internacional fue muy importante. Era como si cada persona hubiera puesto una piedrita en la balanza. Al final esa balanza tenía demasiadas piedras y Putin no pudo soportarlo más. Podía, pero él también quiere presionar a Europa y ser un líder mundial al que se teme y respeta. Quiere volver a las mesas de negociación, hablar con Merkel, Macron, y Trump. Quiere ser uno de ellos.

¿Qué es lo primero que le hizo sonreír cuando salió de la cárcel?

(Sonríe) Es una pregunta demasiado romántica. Soy más pragmático, así que no sé qué decir. Por favor, pregúnteme otra cosa.

Ahora que está libre, ¿cuáles son sus planes? ¿quiere actuar en política?

No tengo ninguna prisa por meterme en política porque la política en Ucrania es un terreno muy sucio. Es muy fácil ensuciarse. No quiero hacer eso. Quiero continuar mi activismo cívico, la defensa de los derechos humanos y seguiré hablando sobre nuestros prisioneros que aún están en Rusia porque me siento responsable. Hay gente que me ayudó a mí, así que ahora soy yo quien tiene que que ayudar a otros.

También quiero volver a hacer películas. He escrito cinco guiones y tengo planeado rodarlos en los próximos cinco años. Comenzaré mi nueva película en septiembre del año que viene.

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