Termina julio como el mes más cálido del mundo desde que hay registros, pero continúa el calor. Las altas temperaturas no abandonan la península: ocho comunidades autónomas se mantienen este 31 de julio en alerta por temperaturas máximas que oscilarán entre los 35 y 40 grados. Mientras, Andalucía se encuentra en alerta naranja, un riesgo importante, advierte la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

No en vano se dice que la canícula (los días más calurosos del año) se extiende hasta bien entrado agosto. En este caso, las comunidades más afectadas por el periodo canicular son la mencionada Andalucía, con especial hincapié en las provincias de Córdoba y Jaén; y la Vega del Segura de la Región de Murcia.

En otras zonas de Andalucía, como Granada, Málaga y Sevilla, el riesgo desciende un par de grados, aunque se mantienen en alerta amarilla con registros de hasta 38 o 39 grados. También la Comunidad de Madrid se mantiene en el ámbar del semáforo con 37 grados en el centro, sur, oeste y en las vegas. Las altas temperaturas alcanzarán también a los vecinos de la serranía, cuyos termómetros marcarán 35 grados de máxima.

Castilla-La Mancha se mantiene en el mismo nivel que su vecina madrileña, entre los 36 y los 38 grados, aunque en algunas zonas, como La Mancha albaceteña, Segura y Alcaraz podrán alcanzar repuntes de 40 grados puntuales.

También el nordeste rondará los 36 grados en Aragón y en Catalunya, especialmente en las provincias de Lleida y Tarragona, donde se ha encendido la alerta amarilla. En la misma línea se encuentran Ávila (Castilla y León), Cáceres (Extremadura) y València (País Valencià), con valores máximos entre los 36 y los 38 grados.

La península ibérica y las Illes Balears sufren lo que se llama "efecto domo", un fenómeno que puede provocar desde deshidratación hasta golpes de calor. Se trata de un evento climático caracterizado por las altas y prolongadas temperaturas en una región concreta. En este sentido, trae masas de aire caliente y seco capaz de crear una "cúpula" o "domo" en la superficie terrestre.

La Aemet avisa de que con la alerta naranja hay riesgo de fenómenos meteorológicos no habituales y con cierto grado de peligro para las actividades usuales, y con la amarilla no existe riesgo meteorológico para la población en general, aunque sí para alguna actividad concreta para la que el calor debería funcionar como freno.