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Almeida ha arrasado con el 19% de los árboles en mejor estado de Madrid

La ciudad ha perdido más de 78.000 ejemplares, sin contar con los que se tuvieron talar en la Casa de Campo tras Filomena. El arbolado que más ha disminuido es el que se ubica en las calles de la capital, cuya pérdida desde 2019 es del 22%.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, planta un árbol en enero de 2021 en el Parque Central de Valdebebas.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, planta un árbol en enero de 2021 en el Parque Central de Valdebebas. E. Parra / Europa Press

Madrid tiene un problema con los árboles. El balance de los últimos cuatro años de legislatura deja una ciudad con un claro declive en su masa arbórea. Los datos del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida evidencian que en lo que va de legislatura la capital ha perdido un 19% de sus ejemplares maduros, es decir, los que se encuentran en pleno vigor.

En 2019, cuando el político conservador se hizo con la alcaldía, Madrid contabilizaba en sus estadísticas 400.739 árboles. Al año siguiente, antes de que se produjera el temporal Filomena, el número de ejemplares se redujo hasta los 394.542 árboles. En 2021, la cifra, tras la gran nevada, las estadísticas cayeron aún más hasta los 381.230 árboles y, para 2022 las estadísticas ya estaban en los 322.123 ejemplares. Es decir, durante el mandato de Almeida la ciudad ha perdido, al menos, 78.616 troncos maduros, todo ello sin contar con los datos de la Casa de Campo, que no aparecen en el registro público del Consistorio.

Aunque la pérdida de retoños podría justificarse por los estragos de Filomena, los datos demuestran que la pérdida de masas arbóreas viene de antes. Además, las estadísticas presentadas por el Ayuntamiento como balance de daños demuestran que, sin contar con las estadísticas de la Casa de Campo, el temporal obligó a talar 21.785 ejemplares. Esto significa que al menos 56.858 fueron talados por otras causas –obras o replanificaciones urbanas– ajenas a la borrasca de 2021. 

Los árboles asentados en los parques han mantenido una mayor estabilidad que la de aquellos que fueron plantados en alcorques de plazas y aceras urbanas. En las zonas verdes de la capital, las cifras han pasado de 65.230 en 2019 a 63.739 en 2022. Es decir, un descenso del 2%. En cambio, el número de ejemplares que dan sombra a las calles de asfalto y hormigón ha pasado de 335.509 en 2019 a 258.384, lo que supone una caída del 22%.

Los datos dispuestos hacen referencia únicamente a los árboles maduros, pues son los que tienen su desarrollo máximo y los que ofrecen mayores beneficios para la salud pública por su mayor capacidad de absorción de CO2. En los inventarios del Ayuntamiento también aparecen estadísticas de árboles recién plantados y jóvenes, los cuales no han alcanzado su máximo desarrollo, así cómo árboles viejos, los cuales se caracterizan por estar ya "en regresión", según el propio Consistorio.

Un jardín urbano cada vez más joven

Mientras el número de tallos y ramas maduras cae, los pequeños ejemplares recién plantados no han dejado de crecer. Desde que Martínez-Almeida llegó al poder, las siembras han incrementado un 29% y, según el inventario, se ha pasado de 47.533 retoños en 2019 a 66.368 en 2022.

Los ejemplares más jóvenes llegan para cumplir con la tasa de reposición a la que los Consistorios están obligados cuando se realizan talas en las ciudades. Esos brotes, sin embargo, son menos beneficiosos a nivel climático y tardan décadas en ofrecer las mismas capacidades de absorción de CO2 que los árboles maduros. Tampoco dan la misma frescura y sombra que los ejemplares que han alcanzado su tamaño máximo.

Las replantaciones realizadas por el Ayuntamiento, además, se han acometido en zonas diferentes a los lugares de extracción. Es decir, cuando los operarios han cortado un tronco en una plaza concreta, los retoños sembrados no se han ubicado en el mismo alcorque. La mayoría, sobre todo tras el temporal Filomena, se han dispuesto en los márgenes de la M30 en el denominado Bosque Metropolitano. Los colectivos ecologistas han denunciado que esta zona y otras ubicaciones de replantación han terminado convertidas en secarrales, ya que el Ayuntamiento sólo ha plantado los árboles sin ofrecer cuidados y riego para que puedan crecer. 

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