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Contaminación Bruselas multa con 875 millones a BMW, Mercedes y Volkswagen por no recortar las emisiones de sus motores diésel

La Comisión Europea considera que los tres grandes fabricantes alemanes se "confabularon" para no reducir las emisiones de óxido de nitrógeno de sus motorizaciones diésel. 

El logotipo de Volkswagen en la llanta de un coche.
El logotipo de Volkswagen en la llanta de un coche. Francois Lenoir / REUTERS

La Comisión Europea ha multado a los tres grandes fabricantes de automóviles alemanes por "infringir las normas antimonopolio de la UE al conspirar contra el desarrollo tecnológico para la limpieza de óxido de nitrógeno". De esta forma, Grupo Volkswagen, Daimler (Mercedes-Benz) y BMW se enfrentan a una sanción económica de 875 millones de euros por impedir el desarrollo de motores diésel que reduzcan las emisiones contaminantes. No obstante, la marca propietaria de Mercedes-Benz no deberá pagar nada puesto que colaboró con las autoridades europeas para revelar información sobre el cártel conformado por los tres fabricantes.

"Poseían la tecnología para reducir las emisiones nocivas más allá de lo que legalmente se requería en las normas de la UE, pero evitaron competir en el uso de todo el potencial de toda esa tecnología", ha explicado Margethe Vestager, vicepresidente ejecutiva de la CE, que ha señalado directamente a Daimler, BMW, Volkswagen, Audi y Porsche. 

La Comisión Europea denuncia que los tres grandes fabricantes alemanes acordaron no desarrollar motores más eficientes desde el punto de vista ambiental. "No toleramos cuando las empresas confabulan", ha dicho Vestager de manera contundente. "Es ilegal según las normas de la Unión Europea. No dudaremos en tomar medidas contra todas las formas de conducta de los cárteles que ponen en peligro nuestros objetivos".

Concretamente, las investigaciones realizadas por Bruselas apuntan a que las compañías celebraron reuniones periódicas para discutir sobre el desarrollo de la tecnología AdBlue, un mecanismo que consigue descomponer parte de las partículas emitidas por las motorizaciones de gasóleo gracias a la inyección de una solución salina de urea que genera una reacción química capaz de disminuir los gases vertidos. En estos encuentros, las empresas acordaron frenar la llegada de este tipo de mecanismos, pese a tenerla al alcance de su mano.

Daimler, BMW y el Grupo Volkswagen acordaron, concretamente, el tamaño y las gamas de los tanques AdBlue que iban a utilizar en sus vehículos, además del consumo promedio que esta tecnología podría tener. Las infracciones se registraron entre el 25 de junio de 2009 y el 1 de octubre de 2014, en un periodo que coincide con el escandalo del dieselgate por el que Volkswagen alteró los resultados de los controles de emisiones a través de un software ilegal.

Para Julia Poliscaniva, directora de Vehículos y Movilidad en la organización europea Transport&Environment, las sanciones anunciadas son una prueba más de que "no se pueda confiar en que los fabricantes de automóviles reduzcan sus emisiones". "Sólo un objetivo de la UE de cambiar a automóviles 100% libres de emisiones para 2035 será suficiente para descarbonizar a mediados de siglo y evitar una catástrofe climática", ha valorado.

Por lo que se refiere a las compañías afectadas, hasta el momento sólo BMW ha reaccionado al anuncio. La compañía de Múnich sostiene que la sanción emitida por Europa no acredita que no hay indicios reales de que las compañías colaborasen para manipular las emisiones. Además considera que las reuniones celebradas entre las empresas no influyeron en las decisiones que pudieran tomar después a la hora de desarrollar o no la tecnología AdBlue de sus motores diésel.

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