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ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ HERMIDA "La prevención sigue siendo el pariente pobre de la sanidad pública"

Vitoria-Gasteiz acoge el IV Congreso Nacional de Psicología. Uno de los temas que se tratarán es el creciente número de jóvenes con problemas de drogas. José Ramón Fernández Hermida, profesor Titular de la Universidad de Oviedo, denuncia que los aspectos relacionados con la prevención psicológica de los drogodependientes están siendo descuidados.

José Ramón Fernández Hermida, Vocal del IV Congreso Nacional de Psicología y profesor Titular de la Universidad de Oviedo.

TONI DOMÍNGUEZ JORGE

Vitoria-Gasteiz acoge a partir de este domingo 21 de julio –hasta el día 24– el IV Congreso Nacional de Psicología. Una cita que pivotará sobre tres asuntos de calado que afectan a la sociedad: suicidios –casi 4.000 al año—, adicciones y soledad –entre un 10 y un 30% de ancianos viven solos–.

Más de 1.500 psicólogos españoles y extranjeros aterrizan en el Palacio Europa de Vitoria para atender conferencias, mesas redondas y simposios, que ocuparán hasta 15 salas. Se expondrán 1.200 ponencias con destacados nombres como María Paz García-Vera, actual delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid y presidenta de este congreso, Virginia Barber, directora de los Servicios de Salud de Prisiones de Nueva York o Marino Pérez-Álvarez, catedrático de Psicología, entre otros.

Uno de los temas que se tratarán es el notable aumento del número de jóvenes con problemas de drogodependencia. Los psicólogos denuncian que los aspectos relacionados con la prevención psicológica de los drogodependientes están siendo descuidados. Tanto la investigación como la intervención profesional adolecen de una escasa financiación. Por ello, los profesionales piden que las administraciones creen las condiciones para que haya políticas y medios que puedan sostener una prevención y reducir así el gran número de jóvenes que tienen problemas con las drogas.

De todo ello habló con 'Público' José Ramón Fernández Hermida, Vocal del IV Congreso Nacional de Psicología y profesor Titular de la Universidad de Oviedo.

¿Qué está pasando en el sistema sanitario de salud con la atención a las personas con problemas de drogodependencia?

La drogodependencia es un problema complejo de carácter psicológico y social que tiene graves repercusiones en la salud física y psicológica de las personas. En España se concede una gran prioridad al tratamiento farmacológico, presentando grandes carencias en el abordaje psicológico y en recursos de reinserción social, que son esenciales en el caso de las drogodependencias. 

En el año 2015, un grupo de entidades con especial dedicación al campo de las drogodependencias, y expertos en ese campo, suscribimos un documento en el que defendíamos la necesidad de mantener un enfoque biopsicosocial o integral en el tratamiento y prevención de las adicciones. La razón de aquel manifiesto estribaba en la creciente presión que se ejercía en las autoridades sanitarias para que las adicciones fueran tratadas sólo en la red de salud mental, como cualquier otro trastorno mental, y, de manera paralela, se redujera el apoyo a las redes especializadas que se han ido conformando en todo el territorio español. El motivo de nuestra preocupación era que, si las personas con problemas de drogodependencia tuvieran como único recurso los dispositivos de salud mental, se reducirían considerablemente sus posibilidades de tratamiento y rehabilitación, dada la escasez de medios característicos de un medio sanitario completamente colapsado.

"Somos incapaces de aprobar una ley que proteja a los menores de la publicidad del alcohol. Esto me parece simplemente un escándalo"

Desde aquella declaración hasta hoy no puedo decir en qué medida se ha deteriorado el sistema de atención. Dimos una voz de alerta, pero no tenemos recursos para tener un Observatorio que vigile la calidad asistencial de los drogodependientes en todo el Estado. Estaría muy bien que se pudiera hacer un seguimiento de la evolución de los recursos asistenciales, así como de su efectividad y eficiencia.

Al parecer se están desmantelando los servicios de atención psicológica a estas personas. ¿Cuál es la causa de este desmantelamiento y por qué?

La impresión es que se están reduciendo los recursos disponibles, recortando las subvenciones que reciben algunas organizaciones que, de forma subsidiaria al sistema público, cubren las necesidades asistenciales psicológicas. En paralelo no observo que crezcan los recursos asistenciales públicos directos para atender esta problemática. Así que concluyo que parece que hay una reducción de los servicios psicológicos, pero es una impresión que requiere el acompañamiento de cifras para convertirse en certeza.

¿Cuál es el papel que ocupa la atención psicológica en este tipo de problema y qué riesgo supone abandonar este modelo de atención?

La atención psicológica es esencial dada la naturaleza del problema adictivo. Las adicciones son patrones de comportamiento en los que influyen factores biológicos (personales y vinculados a las propias sustancias), psicológicos (mentales, emocionales y comportamentales), y sociales (normas, valores, mercado). La perspectiva psicológica trata de entender las razones por las que una persona adquiere un comportamiento adictivo, y propone las intervenciones necesarias para ayudarle a abandonarlo. 

Una perspectiva fundamentalmente biológica del problema adictivo lleva a ver las adicciones como meros productos del funcionamiento del organismo, y en concreto del cerebro. La adicción sería, en esta perspectiva, un mero producto involuntario del mal funcionamiento de nuestro cerebro, como pasa en otras enfermedades crónicas. Pero eso sabemos que no es así.

¿Se pueden curar las adicciones?

Las adicciones se curan en muchos casos, y para que eso suceda es muy importante la forja de un propósito y unas circunstancias favorables que permitan alcanzarlo. Por otra parte, la conducta adictiva no puede ser analizada tampoco como el resultado directo de una determinada sociedad. La adicción, como toda conducta humana, es el resultado de nuestra historia personal, en la que el aprendizaje y la evolución de nuestro comportamiento se encuentran condicionados por factores biológicos y sociales.

"La reducción de recursos en el campo de la prevención durante la crisis ha sido brutal"

El mayor riesgo de abandonar el plano psicológico en el tratamiento de los drogodependientes es que en vez de ver personas veamos organismos a los que hay que medicar o meros productos de fuerzas sociales que tendremos que cambiar a través de la acción social y política. Ninguno de esos dos planos es el que debe primar en un servicio de atención a drogodependientes.

"La prevención sigue siendo el pariente pobre de la sanidad". Son palabras suyas. ¿Qué está pasando para que esto sea así?

La reducción de recursos en el campo de la prevención durante la crisis ha sido brutal. De acuerdo con cifras dadas por el propio Plan Nacional sobre Drogas, desde 2010 se han perdido casi un millón de participantes. Es decir, que hoy en día, la prevención alcanza a mucha menos gente que en el 2010. Pero también pienso que la verdadera razón es que no se cree en la fuerza de la prevención. En la sanidad pública española los recursos se dirigen a la asistencia. Lo urgente, atender a los que tienen un grave problema, es prioritario sobre lo necesario, que es evitar que otros lo adquieran.

¿Habría que cambiar el modelo?

Va siendo hora de darle una oportunidad a la prevención, porque de lo contrario los costes humanos y asistenciales terminarán por ser inasumibles. Por más que incrementemos los recursos de tratamiento, eso no hará remitir el número de personas con problemas de drogas. Además, la mayoría de la prevención que se hace en España se centra en la educación y la sensibilización social, principalmente dirigida al medio escolar, que probablemente sea la menos eficiente, aunque sea la más visible. Siguen sin desarrollarse y financiarse planes de prevención específicos para determinados colectivos o personas de mayor riesgo, y tampoco hay una especial sensibilización y vigilancia sobre la actividad preventiva que se realiza. 

Por último, hay también una cierta desidia culpable en la Administración que no puede atribuirse a falta de recursos. No se puede decir que la salud pública es una prioridad y ser incapaces de aprobar una ley que proteja a los menores de la publicidad del alcohol. Esto me parece simplemente un escándalo.

Este tema será uno de los ejes principales del IV Congreso Nacional de Psicología con su simposio titulado 'Estado y situación actual de la prevención de las adicciones'. ¿En qué punto nos encontramos?

"Por más que incrementemos los recursos de tratamiento, eso no hará remitir el número de personas con problemas de drogas"

Algo ya he dicho. Lo primero que habría que añadir es que la generalización del consumo de drogas no nos permite decir que la prevención lo esté haciendo bien. La razón no es que la prevención sea inefectiva, sino que simplemente lo que se está haciendo o bien no es prevención o bien se hace de forma completamente insuficiente.

En prevención falta de todo. Los profesionales trabajan en instituciones, muchas veces en condiciones muy precarias y con una fuerte inestabilidad. Los programas de prevención carecen de apoyo en las instituciones que deben llevarlos a cabo, y cuando se aplican, rara vez se evalúan. La investigación que se realiza es fragmentaria y está poco dotada económicamente. A pesar de todo, en España hay ya muchas personas implicadas en tareas preventivas, con investigadores y profesionales especializados. Pero falta planificación, organización y estructura, presupuesto y apoyo decidido por parte de la Administración pública.

Los psicólogos vienen comprobando que, con estos pacientes, se abusa de la medicación. ¿Es el enfoque adecuado?

Yo no conozco ningún estudio que pueda afirmar que actualmente se abusa de la medicación. Pero, tal y como he dicho antes, resulta para mí evidente que, si se sigue por el camino de ver la adicción como un problema principalmente médico, entonces el riesgo de abuso puede aumentar.

Yo no estoy en contra del uso racional de la medicación en un plan terapéutico, que tenga un enfoque centrado en la persona y en la modificación de sus patrones de comportamiento. Pero el eje del tratamiento no es el uso de la medicación para tratar una enfermedad orgánica, sino el uso de todos nuestros conocimientos y recursos para que la persona logre cambiar sus hábitos de consumo y de vida que los favorecen.

¿Influye en este contexto el hecho de que las farmacéuticas siguen siendo un lobby poderoso?

"El coste atribuido a los trastornos mentales y a las conductas adictivas puede sumar más que los costes sumados del cáncer, las enfermedades respiratorias y el SIDA"

Sin lugar a dudas, el dinero que utilizan para el marketing ejerce una poderosa influencia en todos los ámbitos, tanto dentro como de fuera de la sanidad.
Un ejemplo relativamente reciente ha sido el caso del nalmefeno, un medicamento que se usa para tratar la dependencia al alcohol. En una importante sociedad científica española del campo de las adicciones estalló, hace algunos años, la polémica sobre si se debía o no apoyar públicamente su implantación en la red pública, con el coste que eso supone. Unos estaban a favor y otros en contra. Sin embargo, los que estaban en contra argumentaban que no había aún pruebas claras de que su introducción fuera beneficiosa, y que el gasto en esa sustancia podría estar mejor aprovechado en el tratamiento psicosocial de este tipo de personas. Aun hoy, los resultados de la investigación siguen sin arrojar razones claras para que el sistema público de salud destine recursos a este medicamento en detrimento de otras opciones. ¿Qué razón entonces hay para no potenciar los tratamientos psicológicos y los recursos sociales que sí han demostrado efectividad? Alguien debería responder a estas preguntas.

Como experto en adicciones, podría explicarnos si existen diferencias entre las adicciones de tipo conductual –internet, el juego– y las adicciones a sustancias… ¿El abordaje psicológico es el mismo?

Las bases neurobiológicas y psicológicas que determinan los hábitos adictivos son en gran medida comunes. La principal diferencia puede venir marcada por el tipo de población afectada, que puede presentar problemas psicológicos similares provocados por razones diferentes. No es lo mismo atender psicológicamente a una población infantil y juvenil marginada y politoxicómana que a un grupo de clase media que abusa del alcohol durante los fines de semana. Tampoco requiere el mismo abordaje psicológico la población jugadora que accede por primera vez al tratamiento, en torno a los 30 años, que los jóvenes adolescentes que tienen problemas por consumo abusivo de cannabis. Las razones que influyen en el comportamiento son diferentes, y los tratamientos tienen que adaptarse a ellas.

¿Cuánto le cuesta al Estado no tratar adecuadamente estos problemas de adicción? 

No abordar los problemas de adicción de una manera efectiva con recursos de prevención y tratamiento eficientes tiene un coste muy elevado. En estudios internacionales se indica que el coste sumado de los costes directos e indirectos atribuidos a los trastornos mentales y a las conductas adictivas pueden sumar más que los costes sumados del cáncer, las enfermedades respiratorias y el SIDA. En los trastornos adictivos lo más importante son los costes indirectos producidos por las enfermedades y problemas médicos asociados a la adicción, además de la incapacidad productiva, los conflictos familiares y sociales, los problemas judiciales y otros que se derivan de esos comportamientos, ya que los tratamientos y la prevención son relativamente baratos. Sin embargo, no conozco estudios detallados que estimen la repercusión económica de este tipo de problemas en la población española.

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