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Los 'influencers' y las redes sociales disparan los retoques estéticos en jóvenes

La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) asegura que han aumentado entre un 14% y un 20% los pacientes de 16 a 25 años que se someten a intervenciones estéticas.

Una esteticista inyecta ácido en clienta. Imagen de archivo
Una médica estética inyecta ácido en los labios a una clienta. Imagen de archivo. Fotografía de Freepik

Instagram, TikTok, Linkedin, Facebook, Zoom, selfis, filtros, viralización… La era de la tecnología ha provocado que pasemos gran parte de nuestro día sumergidos en Internet tanto por un uso de ocio como profesional. Esto ha hecho que las personas, al estar mucho más expuestas, estén más pendientes de su físico y de la imagen que proyectan a los demás.

La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) asegura en su último informe que el 50% de la población española se ha realizado tratamientos de medicina estética. Además, han aumentado entre un 14% a un 20% los pacientes jóvenes de 16 a 25 años que se someten a retoques.

Sergio Fernández, doctor perteneciente al SEME, asegura que el "espaldarazo definitivo" al auge del consumo de este tipo de medicina fue la pandemia de la covid-19. "Lo llegamos a denominar efecto zoom. Muchas de las comunicaciones que se hacían durante ese tiempo eran a través de videollamadas y normalmente tú en tu casa no tienes las mejores condiciones de luz y de cámaras", recalca explicando que al no tener buenas herramientas técnicas, ciertas personas podrían llegar a tener una visión distorsionada de ellos mismos provocada por la luz indirecta, sombras en la cara o la mala calidad de las cámaras de los ordenadores.

Por ello, muchos de los tratamientos que más despuntan en los jóvenes son los de "remodelación facial", como el relleno de ojeras con bótox y el aumento de labios con ácido hialurónico: "La gente joven empezaba a verse más defectos porque era como estar continuamente frente a un espejo", apunta el doctor.

Sergio Fernández: "La medicina estética está sufriendo un gran intrusismo profesional que supone un problema de salud pública muy importante"

Fernández enfatiza que "la medicina estética está sufriendo un gran intrusismo profesional porque personas que no son médicas se están dedicando a comprar los productos clandestinos a través de Internet y a atender a pacientes en sus domicilios". Esta situación "supone un problema de salud pública muy importante", recalca el doctor. De hecho, el SEME apunta que el 10% de la población ve normal hacerse tratamientos en su domicilio.

Otros de los problemas del auge de los tratamientos en los más jóvenes no es el consumo en sí, sino, la adicción, la desinformación y el qué les ha llevado a hacerse una cirugía o un retoque estético a una edad temprana. La mayoría de testimonios con los que ha contactado Público confiesan haber sido influenciados por las redes sociales.

Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y estética (SECPRE), en 2020 el 10,5% de los pacientes que acudieron a un cirujano plástico lo hizo influenciado por las redes sociales, y un 4,99%, por alguna persona famosa y el deseo de ser igual que ella.

De hecho, el doctor cirujano plástico Federico Mayo Martín afirma que la mayoría de los jóvenes que acuden a su clínica argumentan simplemente que quieren verse y sentirse mejor. "Ahora los jóvenes buscan cumplir un canon de belleza, no superar un complejo", añade. No obstante, recalca que "sí hay quienes tienen verdaderos problemas de autoestima incluso con procesos de depresión en una edad en la que la aceptación social y el sentimiento de pertenencia a un grupo son en muchos casos imprescindibles para poder llevar una vida plena y satisfactoria".

Paula Lenguas y Lidia Pajares, dos jóvenes consumidoras de medicina estética

Paula Lenguas tiene 24 años, es ejecutiva de cuentas y relaciones públicas en una agencia de comunicación de moda. Se inyectó ácido hialurónico en los labios a los 23 años. "En las redes sociales ves a todas las chicas con unos labios súper grandes, con una nariz pequeña y puntiaguda y te das cuenta de que eso es lo que gusta y de que puedes formar parte de ello. Al final, es algo peligroso porque te baja muchísimo la autoestima. Yo creo que fue uno de los motivos por los que me pinché los labios", afirma.

Además, estos procedimientos pueden llegar a generar una obsesión, ya que el efecto de los retoques con ácido suelen tener un tiempo medio de duración de unos seis meses: "Te ves todo el rato la cara y te das cuenta de que los labios se te han bajado. Entonces piensas: ¿Y si me pincho un poco más, estaría más guapa? Necesitas buscar la aprobación siempre, y eso es un peligro", dice Paula.

Paula Lenguas: "Necesitas buscar la aprobación siempre, y eso es un peligro"

Por su parte, Lidia Pajares, de 25 años, es maestra de magisterio infantil. Se realizó una liposucción con renuvion (tratamiento para trabajar la flacidez corporal) a los 23 años. Ella confirma que gran parte de su proceso de búsqueda de información lo realizó porque vio el testimonio de una chica publicado en redes sociales y decidió escribirle: "La experiencia de esta chica, que la tenía publicada en sus historias de Instagram, me ayudó a decir: Vale, a más gente le pasa y no pasa nada. O sea, la cirugía estética está para esto". "Ahora una talla 34 parece una 32. Cada vez más influencers crean marcas de ropa y las tallas de sus colecciones no ilustran todos los cuerpos que hay en la vida real". Como profesora, asegura que se ha dado cuenta de que los niños cada vez se comparan más en clase. "Creo que la sociedad te incita a que cada vez antes te veas definida por tu cuerpo". "Se pasan el recreo haciendo tiktoks", confiesa.

El informe publicado por el SEME refleja que el servicio de tratamientos estéticos es principalmente demandado por mujeres, que forman un 69% de la clientela nacional, pero cada vez son más los hombres interesados, ahora forman en un 31% del total.

Francisco y Fernando forman parte del 31% de hombres que consumen medicina estética

Francisco Barroso tiene 22 años y es estudiante de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas. Se realizó un injerto capilar a los 20 años. "Las redes me han afectado de una forma bastante notable. Me costaba hacerme fotos a mí mismo, pero también me fijaba mucho en si lo que me pasaba era normal y si lo podía encontrar en otro chico como una forma de evadirme de lo que yo estaba sufriendo". "El hecho de encontrar a otro chico de mi edad que tuviera entradas o poco pelo, era una forma de autoconvencerme de que, bueno, lo mío no era algo excepcional", prosigue. A la pregunta de si considera que la medicina estética puede llegar a ser adictiva, responde: "Sí me ha picado la curiosidad por hacerme más cosas. No es algo que quiera a corto plazo, pero me gustaría hacerme una masculinización facial", retoque en el se inyecta ácido en la zona de la mandíbula para que esta sea más cuadrada.

Francisco Barroso:  "Encontrar en redes a otro chico de mi edad que tuviera entradas era una forma de autoconvencerme de que lo mío no era algo excepcional"

Por su parte, Fernando Embid, de 31 años, trabaja en el sector de las telecomunicaciones y se inyectó ácido hialurónico en los labios con 26 años. Experiencia de la que no guarda un buen recuerdo: "El médico me tumbó en la camilla, me pegó cuatro pinchazos sin prácticamente decirme nada, me incorporé y me dijo: ¿Te gusta así? y me fui ". "A los días siguientes tuve una inflamación horrible en la cara. Les estuve llamando y tampoco es que les importase mucho", se queja.

Dice que es consciente de su "problema" con la medicina estética: "Ver que la piel es madura en otros me parece algo chulo, me parece que a la gente le favorece, pero en mi caso es algo a lo que le tengo cierto pánico. No tengo pánico a cumplir años, pero sí a envejecer". Asimismo, sostiene que es "inevitable" no compararse. "Ya no solo en redes sociales, sino cualquier tipo de publicidad que recibimos te hace compararte en algún momento", comenta.

La mayoría de las fuentes confirman haber recibido constantemente promociones de clínicas estéticas en las páginas principales de sus redes y sorprendentemente también coinciden en no haber acudido en ningún momento a psicólogos o especialistas de la salud mental para recibir una terapia que les ayudara a reforzar su autoestima.

Salud mental y medicina estética

Gabriel Selva Vera, médico psiquiatra en el Hospital Clínico Universitario de València y profesor asociado de la Universidad de València, asegura que el uso que dan los jóvenes a las redes sociales es "un poco batalla perdida", ya que considera que "se crea un hábito compulsivo de ver constantemente imágenes y vídeos de corta duración durante horas y horas".

Además, dice que "hay algunas personas que tienen una tendencia a estar siempre satisfechas con su imagen corporal y buscan solucionarla con la cirugía estética". "Cuando las intervenciones estéticas no lo consiguen, buscan otra segunda cirugía y al final puede que haya algunos cirujanos estéticos que no sean capaces de delimitar qué persona es adicta a este tipo de tratamientos y cuál no lo es", sostiene.

Selva Vera apunta que la aparición de los filtros que los jóvenes utilizan para "modificar su aspecto" hace que les quede la sensación de que su cuerpo es imperfecto y que no se asemeja a lo ideal que ellos consideran como percepción de la belleza. Sobre todo, en "personas con un poco de inmadurez, personas jóvenes", pueden estar tentadas de ir a un cirujano plástico o decirle: "Quiero parecer como aparece este filtro".

Por último, el psiquiatra considera que el perfil de este tipo de jóvenes es muy concreto: "Son personas que dedican mucho tiempo mirándose al espejo, a hacerse selfis, que pasan muchas horas viendo fotografías. Presentan síntomas depresivos, están tristes. Normalmente son personas que ya se han empezado a hacer pequeñas intervenciones, por ejemplo pequeños retoques dermatológicos". "Los riesgos más importantes son la depresión y los intentos suicidas", añade Gabriel.

Gabriel Selva Vera: "Los riesgos más importantes son la depresión y los intentos suicidas"

En un mundo cada vez más marcado por la omnipresencia de las redes sociales, la medicina estética aparece como respuesta a la búsqueda constante de la imagen perfecta e idealizada. ¿Están influenciando las redes y las nuevas tecnologías el físico de las nuevas generaciones?

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