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Los informes ambientales de la Generalitat valenciana desacreditan el plan de Mazón para ampliar el aeropuerto de Alacant

La Dirección General del Medio Natural y de Evaluación Ambiental emitió en 2019 varios informes negativos a la extensión de las pistas del aeropuerto alicantino. Las obras dañarían gravemente al Saladar de Aguamarga.

Vista del Aeropuerto de Alacant. AFP/Alexander Ruesche
Vista del Aeropuerto de Alacant. Alexander Ruesche / AFP

El govern del País Valencià quiere reactivar el proyecto de ampliación del aeropuerto de Alacant. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, reclamó hace unos días al Gobierno de España el inicio de las obras por las que se ampliarían las pistas de aterrizaje y despegue, al considerar que la capacidad está cerca de "tocar techo". Para el político del PP estas obras, como las del Puerto de València, "van mucho más allá del color político".

El proyecto, con más de veinte años de antigüedad, tendría un impacto ambiental importante en los entornos naturales que rodean el aeropuerto, ya que se plantea construir una nueva pista de tres kilómetros de longitud y 45 metros de anchura. De hecho, la Dirección General del Medio Natural y de Evaluación Ambiental de la Generalitat publicó en 2019 varios informes desfavorables, que acreditaban que la creación de una nueva carretera de despegue afectaría de manera directa a la biodiversidad del Parque Natural del Saladar de Aguamarga.

En uno de los informes a los que ha tenido acceso Público, el área de medio ambiente explicaba que los diagnósticos realizados en la Declaración de Impacto Ambiental son "insuficientes" y sostenía que no se habían tenido en cuenta el deterioro que se podría causar en esta zona húmeda. Según el análisis, la construcción de una nueva pista se haría sobre las marismas saladas y fragmentaría el ecosistema.

El asfaltado, dice el documento, alteraría los esteros inundados naturalmente, los cuales tienen una función natural destacada en la conservación del litoral. Este tipo de ecosistemas frenan la entrada de agua marina al continente durante los temporales, pero también dan hogar a varias especies de aves, como los flamencos, cigüeñuelas, cercetas pardillas, patos o gaviotas, entre otras. 

El informe considera que la instalación de pistas de aterrizaje alteraría la escorrentía natural, dice el estudio, facilitando una mayor entrada de agua dulce a las salinas durante épocas de lluvia. También favorecería la desecación, la intrusión de un exceso de agua marina y aceleraría el descenso de las aguas freáticas.  "La ampliación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Alicante-Elche es incompatible con el espacio protegido y zona húmeda catalogada, el Saladar de Agua Amarga, y por tanto se deberá reubicar la segunda pista fuera del espacio protegido", concluye.

Aves y vegetación

En otros de los documentos, la Generalitat pone en duda la viabilidad del proyecto ya que los aviones podrían afectar el vuelo de las aves. Por ello, se reclamaba que, en caso de aprobarse el proyecto de ampliación,  "la Conselleria competente" imponga restricciones para "prohibir el sobrevuelo de aeronaves desde el nivel del suelo hasta la altitud de 30,4 metros".

En otro documento oficial al que también ha podido acceder este medio, la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, aseguraba que el proyecto tendría una "afección parcial" en los terrenos forestales colindantes. El estudio revela posibles daños a algunas especies vegetales incluidas en el catálogo valenciano de flora amenazadas y deja claro que la Ley de Espacios Naturales del País Valencià obliga a las autoridades a "preservar" todas las zonas húmedas y restringir las "actividades que sean susceptibles a provocar su recesión y degradación". 

Oposición al proyecto

Desde Compromís muestran su oposición frontal al plan y reclaman que se entierre para siempre. "La ampliación de infraestructuras aeroportuarias y el crecimiento de la aviación son incompatibles con los compromisos climáticos", argumenta Alberto Ibáñez, diputado en el Congreso, que ya ha registrado una pregunta parlamentaria para conocer la visión del ministro de Transportes, Óscar Puente. "Los proyectos planteados tendrían importantes impactos negativos sobre la biodiversidad y la salud de las personas, y son incompatibles con el actual escenario de crisis energética", agrega.

Pablo Muñoz Nieto, coordinador del área de Transporte de Ecologistas en Acción, se suma a las críticas y reclama al Gobierno que no apoye el proyecto y "redefina su actual política de transporte para definir un modelo de movilidad justo, sostenible y resiliente". El conservacionista califica la petición de Carlos Mazón de "irresponsable" y señala que "va en contra de los compromisos que nos estamos dando a nivel estatal y europeo" para descarbonizar la economía. 

Para los conservacionistas, las expansiones aeroportuarias, "sea en Madrid-Barajas, El Prat o Alicante", van en contra del objetivo de reducir el 46% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. "No sabemos si esto es fruto de la incoherencia o simplemente revela la falta de compromiso para descarbonizar el sector transporte", valora Muñoz Nieto, que pide que las inversiones aeroportuarias se redirijan al impulso del ferrocarril en España.

El Gobierno no cierra la puerta

La idea de crear una nueva pista de aterrizaje y despegue en el aeropuerto alicantino nació en 2001, tras una evaluación de AENA que auguraba un crecimiento exponencial del número de pasajeros que usan anualmente esta infraestructura. El proyecto lleva décadas en el aire pero en el año 2000 la empresa pública que gestiona los aeródromos volvió a intentar relanzarlo. Mazón, que ya ha conseguido convencer a Óscar Puente para reactivar la polémica ampliación del Puerto de València, busca generar un nuevo acuerdo.

Fuentes del Ministerio de Transporte no confirman que se vaya a dar luz verde a la construcción de una nueva pista, pero no cierran la puerta de manera definitiva al plan aeroportuario. La opción de expandir la pista responde, en gran medida, al crecimiento exponencial de la capacidad operativa del aeropuerto, que ha pasado de tener 8,7 millones de pasajeros anuales en 2005 a tener 15,7 millones en 2023. 

"El Ministerio y AENA siempre han garantizado y así se ha demostrado, la capacidad, calidad y seguridad necesaria en las infraestructuras aeroportuarias y así seguirá siendo. En abril se celebra el Comité de Coordinación Aeroportuaria, que es el foro en el que se hablará en detalle de las inversiones necesarias", zanjan desde el gabinete de Óscar Puente. 

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