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Ocho pueblos del Pirineo catalán para huir del calor y descubrir paisajes de montaña

Entre valles y montañas se esconden pequeñas villas de postal que durante los meses de verano se convierten en refugios para combatir las altas temperaturas.

Imatge d'arxiu de turistes visitant Esterri d'Àneu, al Pirineu.
Imagen de archivo de turistas visitando Esterri d'Àneu, en el Perineo. Marta Lluvich / ACN

El calor empieza a intensificarse, aunque hay puntos del territorio donde todavía se puede respirar aire fresco. Si buscamos una zona de Catalunya para huir de las altas temperaturas del verano, sin duda debemos ir al Pirineo.

Los mediodías suelen ser cálidos, pero por las mañanas son agradables y por las noches se puede dormir bien. Además, los chubascos de tarde son bastante habituales, lo que ayuda a refrescar el ambiente.

Entre valles y montañas se esconden pequeñas villas de postal que durante los meses de verano se convierten en refugios para combatir el calor. Son municipios de las comarcas del Alt Urgell, Alta Ribagorça, Berguedà, Cerdanya, Garrotxa, Pallars Jussà, Pallars Sobirà, Ripollès, Solsonès y Vall d'Aran.

Todas ofrecen rutas y actividades de todo tipo para encarar julio y agosto de la mejor forma posible. Te proponemos ocho pueblos del Pirineo catalán para escapar del calor y descubrir paisajes de montaña.

Bagergue (Vall d'Aran)

Es uno de los pueblos más bellos del Estado, según el diario británico The Times. Se encuentra a 1.425 metros de altitud, lo que lo convierte en el municipio más alto del Vall d'Aran. En invierno, el paisaje que le rodea es blanco. En verano, completamente verde.

Se trata de Bagergue, que además de su belleza natural, alberga el museo Eth Corrau, que tiene más de 2.500 muestras históricas de la vida cotidiana y la artesanía aranesa. Entre su patrimonio también destaca la iglesia de Sant Félix, del siglo XIII.

Esterri d'Àneu (Pallars Sobirà)

De la comarca del Pallars Sobirà destacamos Esterri d'Àneu, donde podrás disfrutar de un clima fresco y puro. La naturaleza de sus valles y montañas te harán disfrutar de unos días de paz y desconexión.

Además de la naturaleza que le rodea, conserva las callejuelas estrechas y sombrías de la época medieval y el Castillo de València, la última fortificación de la Catalunya feudal. También podrás disfrutar de deportes de montaña de todo tipo, desde ciclismo a rafting o barranquismo por la Noguera Pallaresa.

Gisclareny (Berguedà)

Es el pueblo más pequeño de Catalunya. Solo tiene 25 habitantes y todos dispersos en distintos núcleos y masías aisladas. Sin embargo, el entorno es espectacular y su sencillez hace que sea el lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.

No tiene comercios ni equipamientos, pero tiene unas vistas impresionantes al Pedraforca, una de las montañas más altas y emblemáticas de Catalunya. Limita al norte con la Cerdanya, llegando hasta las cimas de la sierra del Cadí. Ofrece decenas de rutas a pie para disfrutar de la naturaleza.

Bellver de Cerdanya (Cerdanya)

Si eres un amante de la aventura, Bellver de Cerdanya tiene una gran variedad de actividades para hacer, desde deportes de aventura de todo tipo a excursionismo para todas las edades.

Forma parte el Parque Natural del Cadí-Moixeró y está formado por 19 núcleos que conservan bastantes vestigios de otras épocas, como las iglesias de Sant Julià de Pedra, Santa Maria de Talló y Santa Eugènia de Nerellà, además del conjunto histórico de Bellver. En el valle del Ingla se puede visitar un conjunto rupestre que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

19/04/2023 - Una panoràmica de Bellver de Cerdanya.
Una panorámica de Bellver de Cerdanya. Marc Font

Bausen (Vall d'Aran)

Volvemos a la Vall d'Aran, pero esta vez en el pueblo medieval de Bausen. Situado en medio de los bosques pirenaicos, las casas de piedra y los tejados de pizarra contrastan con el blanco de la nieve durante el invierno y el verde más intenso del verano. Entre los distintos edificios, destaca la iglesia de Sant Pèir ad Vincul, por su altura y su campanario único.

Rodeado por varios parques naturales con importantes bosques de abetos y hayas, por Bausen pasa el sendero GR-211, que recorre todo el Aran. A pie también hay una excursión de tres horas hasta Les, en la que se cruza el viejo puente sobre el río Bausen.

También es el sitio ideal para iniciarse en el descenso de barrancos, ya que tiene un barranco muy asequible para principiantes. El recorrido es de hora y media e incluye saltos de agua, toboganes y descenso con cuerdas.

Vall de Boí (Alta Ribagorça)

Ocho núcleos, un valle. La Vall de Boí es uno de los municipios más auténticos del Pirineo catalán. Aislado durante muchos siglos por sus paisajes de alta montaña y el clima extremo, el valle alberga un conjunto de nueve iglesias románicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Se trata de las iglesias de l'Assumpció del Coll, Sant Joan de Boí, Sant Climent de Taüll, Santa Maria de Taüll, Sant Feliu de Barruera, l'església de la Nativitat de Durro, Sant Quirc de Durro, Santa Eulàlia d'Erill la Vall y Santa Maria de Cardet.

Una ruta per la Vall de Boí. Patronat Vall de Boí
Una ruta por la Vall de Boí. Patronat Vall de Boí

Barruera es uno de los núcleos más conocidos de la Vall de Boí, y el más grande. Pero también destacan Durro, que conserva su estilo medieval con casas de piedra y callejuelas estrechas, Erill la Vall o Taüll, donde se puede ver la iglesia de Santa Maria y Sant Climent.

Lladurs (Solsonès)

A menudo olvidamos que el Solsonès también es Pirineo. Uno de los pueblos más frescos (y rurales) de la comarca es Lladurs, rodeado de ríos y rieras, una vegetación muy rica y un paisaje espectacular.

Solo viven en el municipio 224 personas, pero tiene cinco parroquias pertenecientes al obispado del Urgell: la parroquia de Timoneda, la de Lladurs, la de Montpol, la de la Llena y la parroquia de los Torrents. Es el lugar ideal para realizar rutas en bicicleta, descenso de barrancos, caza o pesca.

Setcases (Ripollès)

Acabamos con el pueblo de montaña más conocido del Ripollès, Setcases, que cada año atrae a miles de amantes de los deportes de montaña. Aunque es uno de los más concurridos, esconde mucho encanto más allá de la pista de esquí Vallter 2000.

Tiene una cultura patrimonial impresionante, como la plaza dels Estudis o la Iglesia de Sant Miquel i les Mines. También está junto al Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, donde podrás encontrar todo tipo de actividades para adultos y niños: senderismo, rutas en bicicleta, en 4x4, etc.

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