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Trombos pastillas anticonceptivas El riesgo asociado de trombos al tomar pastillas anticonceptivas: "El trombo estuvo a punto de llegarme al pulmón"

Las pastillas anticonceptivas tienen asociado un riesgo de trombosis "muy bajo", pero superior al de las vacunas por la covid-19. Esto ha despertado indignación por el hecho de que no se informe tanto a pesar de ser un fármaco más común.

Una dona impartint un taller.
Una mujer imparte un taller. Laura Cortés / ACN

Natàlia Arroyos llevaba un tiempo tomándose las pastillas anticonceptivas, que le habían recetado porque la regla le provocaba mucho dolor, cuando un domingo se despertó con una sensación de incomodidad en el brazo. Lo tenía medio dormido, de un color liloso, un poco hinchado. En el 061 le dijeron que fuera a Urgencias, y allí le detectaron un trombo. Le dijeron que dejara inmediatamente las pastillas, y la sometieron a un estudio exhaustivo para encontrar la causa. No llegaron a ninguna conclusión. "Me dijeron que el desencadenante habían sido las pastillas, pero que ya tenía predisposición", explica por teléfono a Público.

Natàlia ahora tiene 24 años y esto le pasó cuando tenía 20. "Ahora lo tengo interiorizado, pero entonces no sabía que las pastillas te podían provocar trombos", reconoce. Le recetaron heparina, un fármaco anticoagulante, y se tuvo que pinchar durante tres meses. "Yo no tenía ni idea. Cuando me desperté aquel domingo, ni lo pensé, que pudiera ser un trombo", añade.

"No sabía que las pastillas te podían provocar trombos"

El riesgo de trombo asociado a las pastillas anticonceptivas es "muy, muy bajo", explica Sílvia Agramunt, médica adjunta del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital del Mar, y está superado de manera amplia por sus beneficios. Aun así, las usuarias muchas veces alegan falta de información sobre este efecto secundario. "Quizás sí que hay gente que tiene más información sobre salud sexual, pero es un tema que no se trata mucho en las escuelas y todavía es muy desconocido", apunta Natàlia. Cuando le recetaron, pensó que como que es un fármaco bastante común, no podía ser que tuviera efectos adversos graves. Además, critica que hay cierta "facilidad" para recetarlas.

Más que la anticoncepción

La pastilla anticonceptiva es un medicamento que, más allá de utilizarse para evitar embarazos, se receta por motivos variados, normalmente relacionados con desajustes hormonales: reglas irregulares o el síndrome del ovario poliquístico, por ejemplo, pero también para el acné. Y para tratar otras cuestiones vinculadas a la regla, como el sangrado muy abundante o dolores muy fuertes. Las ginecólogas consultadas remarcan que lo que es fundamental es tratar la causa: "Con las pastillas tapas el problema", dice Agramunt. La ginecóloga señala que hace un tiempo que se están produciendo cambios en el sector y se intenta destinar "tiempo de calidad para orientar la mujer y encontrar el motivo". Anna Torrent, ginecóloga y vocal de la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología, remarca que las pastillas tienen "beneficios" a nivel de regular las reglas y permiten obtener el doble efecto, el anticonceptivo y el regulador, a pesar de que ella no es partidaria que se recete en caso de acné, por ejemplo. "Nunca damos anticoncepción por un problema si no lo evaluamos previamente", dice.

Aun así, esta visión médica no se adapta del todo a la realidad. María Blanco, a día de hoy, todavía no sabe por qué tiene reglas tan abundantes. Le recetaron las pastillas para minimizar el sangrado, y llevaba unos meses tomándoselas cuando empezó a notar una sensación de incomodidad en el brazo. Entonces tenía 17 años y fumaba. Dejó pasarlo unos días, hasta que lo tuvo muy hinchado y fue a Urgencias, pero lo atribuyeron a una carga muscular. Un mes más tarde no se le había pasado. Le empezó a hacer mucho daño la mano y entonces sí, le encontraron un trombo. "Cuando me lo encontraron se había secado un poco y no había tanto peligro, pero me estaba a punto de llegar al pulmón. Por suerte llegamos a tiempo", explica. Estuvo ingresada tres días. "Lo atribuyeron a las pastillas y a fumar. Esta combinación en ciertos casos es una bomba", añade.

María no sabía que la trombosis era un efecto secundario de las pastillas, y tampoco le habían dicho que fumar aumentaba mucho el riesgo. "Si me hubiera leído todo el prospecto quizás sí, pero en la consulta no me lo dijeron", afirma. "De información hay poca. Ahora con el AstraZeneca quizás la gente se está informando más, pero sino dudo que se hablara tanto", añade.

Protocolos previos

Segundos los protocolos, antes de recetar las pastillas, los facultativos tienen que observar y preguntar los factores de riesgo -edad, si es fumadora, si tiene obesidad o hipertensión, por ejemplo- y si tiene antecedentes familiares de trombosis. Si no tiene, no hay que hacer ningún tipo de analítica. Aun así, tanto Natàlia como la María explican que después de sus casos, a sus hermanas también los recetaron las pastillas, y no se los va contraindicar.

Las ginecólogas remarcan que hay una gradación del riesgo, y por ejemplo a las mujeres fumadoras de más de 35 está prohibido recetárselas. A pesar de que, en líneas generales, dicen que sí que se explican los riesgos a la consulta, reconocen que según el tipo de paciente no se hace una información "exhaustiva". "Es posible que no lo discutamos. Tendríamos que informar más ampliamente", apunta Agramunt. Torrent, por el contrario, es tajante y señala que en 2014 se generó cierta alarma, y partir de entonces las sociedades científicas se posicionaron porque se informara más. "Siempre lo decimos, que tomar los anticonceptivos incrementa el riesgo de trombo, pero que en el embarazo es muy superior", añade. Para ella, se trata de algo "obligatorio" para que la mujer pueda escoger si lo asume o no, a pesar de que sea muy bajo.

Carmen Jiménez, médica adjunta del Servicio de Hematología del Hospital de Mar y responsable de coagulación, explica que estos fármacos se han ido mejorando con el tiempo para minimizar el riesgo de trombosis. En cualquier caso, se trata de trombosis que aparecen mayoritariamente en los primeros meses desde la instauración del fármaco, y que al ser totalmente causales, cuando se retira el anticonceptivo no se repiten. A pesar de los casos explicados, Jiménez incide en qué lo más habitual es presentar trombos en las piernas, y en los brazos es "excepcional". Precisamente, su gravedad depende fundamentalmente de la localización del trombo, y de cómo de próximo esté en el pulmón. "Cuando más central sea, cuando más territorio dependa de él, se queda sin oxígeno y puede llegar a provocar la muerte", afirma Jiménez. Pero remarca que no se trata del caso de las anticonceptivas.

El debate sobre las pastillas anticonceptivas no es nuevo, a pesar de que ahora con los casos de trombosis por AstraZeneca ha resurgido. Las afectadas reclaman más información de los riesgos, pero también más investigación para tratar unas afectaciones que este fármaco, en algunos casos, solo "tapa", y denuncian cierto sesgo de género en la falta de alternativas, como una píldora masculina. "Del mismo modo que se está aceptado que la menstruación hace daño, se está aceptando que las mujeres se toman anticonceptivas y ya está. No se investiga si hay anticonceptivos para hombres", remacha Natàlia.

Alarma por la vacuna de AstraZeneca

A principios de abril, la Agencia Europea del Medicamento (EME) concluía que la vacuna de AstraZeneca por la covid-19 tenía un "posible vínculo" con casos de trombosis muy "inusuales". Aproximadamente un caso por cada 100.000 vacunados. Se llegó a parar la vacunación en numerosos países, entre los cuales el Estado español, y esto despertó indignación por el hecho de que hay muchos fármacos que desde hace años se sabe que tienen este efecto secundario, y más frecuente. La píldora anticonceptiva, por ejemplo, aumenta el riesgo de sufrir un trombo hasta 80 o 90 casos por 100.000 mujeres, cuando en la población equivalente que no toma es de 40 o 50. Un mayor nivel de hormonas se asocia a un mayor riesgo de trombosis, por eso el parto lo aumenta mucho (290 de 100.000) y el posparto, todavía más (entre 3.000 y 4.000 de cada 100.000). "Lo que ha pasado con AstraZeneca ha pasado con otros fármacos y en porcentajes más altos", explica la ginecóloga Sílvia Agramunt. Las médicas consultadas apuntan a que se ha puesto el foco mediático en un proceso inicial y no se han interpretado los datos de forma científica, maximizando el riesgo real.

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