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Manuel Marín dice que "no se puede repetir otra legislatura tan dura y tan ruda"

EFE

El presidente del Congreso, Manuel Marín, ha advertido hoy de que "no se puede repetir otra legislatura tan dura y tan ruda como la que hemos tenido" en su discurso institucional con motivo de la conmemoración del XXIX aniversario de la Constitución.

Ante el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, varios ministros, políticos y autoridades, Marín ha reclamado en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso "volver a la política con mayúsculas", "volar alto" y "abrir la puerta a la grandeza".

Además, ha reivindicado para la vida política española los valores de "consenso y sentido del límite" que permitieron aprobar la Carta Magna.

Pese a no ser "un mito intocable", ha hecho notar que esta ley ha permitido "los 30 años de mayor progreso en todos los órdenes que hayamos podido tener en la historia de España".

En este sentido, Manuel Marín ha alertado a los invitados a la celebración del Día de la Constitución sobre la "tentación permanente" y la "pasión" por ser "iconoclasta" que tiene España, e incluso ha lamentado su tendencia a "ser un país cainita".

En su opinión, estos defectos impiden creer en su valor cuando "la Historia ya ha juzgado la Constitución de 1978, y la ha juzgado como un éxito colectivo"; "España y los españoles somos capaces de hacer las cosas bien o muy bien, y esta es una de ellas", ha añadido.

La alocución de Marín no sólo ha sido la última de la legislatura para celebrar la Constitución, sino también la última suya como presidente del Congreso porque va a abandonar la vida política.

Ante esta circunstancia, y desde el punto de vista "personal", Manuel Marín ha lanzado un mensaje para el futuro, tras constatar que "hay que trabajar en política con otras formas y otras maneras".

"No se puede repetir otra legislatura tan dura y tan ruda como la que hemos tenido", ha insistido el presidente de las Cortes.

Para la tercera autoridad del Estado, la fórmula para volver a la "política con mayúsculas" está precisamente en el pacto que hizo posible la Constitución de 1978, gracias al "consenso" y el "sentido del límite" que guiaron los trabajos de los grupos parlamentarios.

Según ha explicado, esta última virtud "quiere decir que en política es legítimo apretar al adversario, pero cuando se aprieta, saber cuándo se tiene que abrir la mano y, llegado el caso, estrecharla buscando el acuerdo".

"Me niego a aceptar que consenso y sentido del límite son dos palabras viejas, tendrán que adaptarse pero siguen siendo muy necesarias", ha reiterado.

Manuel Marín ha asegurado no ser "ingenuo" al plantear esta receta y ha propuesto "dejarnos de acumular reproches", que es "lo primero que teníamos que hacer", según sus palabras.

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