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Cuando Alberti llamó "camarada" a la Macarena

En una Semana Santa de hace ahora 30 años, a Rafael Alberti se le ocurrió llamar 'camarada' a la Virgen de la Macarena, de Sevilla, la misma que fue vestida de luto cuando murió el general Queipo de Llano

RAMÓN REIG

En una Semana Santa de hace ahora 30 años, a Rafael Alberti se le ocurrió llamar 'camarada' a la Virgen de la Macarena, de Sevilla, la misma que fue vestida de luto cuando murió el general Queipo de Llano, experto en intoxicación radiofónica (antecedente de Jiménez Losantos pero mucho más a lo bestia), paredones de fusilamiento y construcción de viviendas sociales e impulsor de industrias, que todo hay que decirlo. 

Hay una parroquia en Triana que se llama de San Gonzalo en honor de don Gonzalo Queipo de Llano, de la que sale la cofradía del mismo nombre. Es la otra Sevilla, por fortuna en franca decadencia y a pasos agigantados, porque está casi tapada por otros muchos habitantes que abrazan su Semana Santa sin fanatismos, empezando por las propias cofradías de la Macarena y San Gonzalo, aunque Gonzalo Queipo de Llano siga enterrado en la Basílica de la Macarena.

A mí personalmente me da igual, pero conviene no olvidar estas cuestiones. El general Queipo, que primero defendió a la República para alinearse inmediatamente después con el franquismo, emitió desde los micrófonos de Radio Sevilla una serie de mensajes según los cuales, por ejemplo, los 'rojos' habrían invadido varios pueblos de la provincia sevillana, fusilando a sus habitantes y clavando sus bayonetas en los vientres de las mujeres embarazadas.

Cartel de excepción

En marzo de 1978 tuvo lugar en Sevilla la I Conferencia Regional del Partido Comunista de España (PCE), durante los días 24, 25 y 26, fechas de Semana Santa. Hacía por tanto un año escaso de la legalización del PCE, por lo que aún no se había puesto en práctica la 'descentralización' del partido, de manera que ni siquiera podemos hablar de Partido Comunista de Andalucía (PCA) sino del PCE en Andalucía. En el mitin de clausura intervinieron como principales figuras Dolores Ibárruri, Pasionaria, Santiago Carrillo y Rafael Alberti.

La política quedó para los dos primeros, al menos la explícita; la poesía, como era su línea habitual en todo mitin, para Alberti. El poeta de El Puerto de Santa María escribía sus coplas para la ocasión y en ésta armó la marimorena, sobre todo en los segmentos de población más conservadores. Un comunista osó 'mancillar' uno de los símbolos sagrados de la capital de Andalucía, que se proyecta mucho más allá de la propia ciudad y de la propia Andalucía.

El poema de la discordia

La intervención de Alberti llenó de sorpresa no sólo a las capas inmovilistas de la ciudad (el diario ABC se subía por las paredes), sino a los propios militantes comunistas que asistían al mitin. Alberti subió al estrado y leyó: 'La Virgen del Baratillo,/ sobre cuarenta costales,/ sueña en la hoz y el martillo/ para aliviar tantos males./ Déjame esta madrugada/ lavar tu llanto en mi pena,/ Virgen de la Macarena,/ llamándote camarada./. Y otros versos en la misma línea dedicados al Cristo del Cachorro y a la Virgen Esperanza de Triana. Incluso llegó a declamar: 'Que no hay bien que resista/ hoy en la tierra y el cielo/ al Partido Comunista'.

Para muchos fue algo insólito. 'Insólito: versos del comunista Alberti sobre nuestras cofradías', titulaba ABC, para el que los versos eran 'chuflillas' y Alberti 'una caricatura de sí mismo'. Lo curioso es que otro diario de la ciudad, El Correo de Andalucía, entonces propiedad de la Iglesia, no daba tanta trascendencia al hecho. Su colaborador habitual, el sacerdote Francisco Gil Delgado, se hacía eco del acontecimiento en su artículo Semana Santa y Congreso Comunista, pero el tono del texto era conciliador, dentro de una línea que estaba muy en boga entonces. No en vano, el PCE tenía una fuerte presencia en el colectivo Cristianos por el Socialismo que se dejaba sentir con unos carteles donde dos antebrazos con las manos convertidas en puños formaban una cruz.

El Cristo de los obreros

Alberti no sólo había relacionado a la Macarena con el comunismo, sino a la Virgen del Baratillo, cuya capilla está situada junto a la plaza de toros de la Maestranza, otra institución rancia de la ciudad. También 'tocó' con sus versos 'impíos' al Cristo del Cachorro, pero eso es ya otra historia. El Cachorro procede del barrio de Triana, un arrabal obrero que resistió con uñas y dientes el levantamiento contra la República en 1936. La Semana Santa de 1978 se vio 'asaltada' por la reunión comunista. Alberti y un grupo de dirigentes comunistas se fueron por aquellas fechas a ver al Cristo del Cachorro por el puente de Triana. Algunos nazarenos, al pasar junto al poeta gaditano, le decían: 'Salud, camarada Alberti'.

Sevilla es un enorme crisol de gente. Una vez oí a un joven ejecutivo decirle a un angoleño en un avión en el que veníamos de Madrid a Sevilla: '¿Ha estado usted en Sevilla?'. 'No'. 'Pues prepárese, es otro mundo'. No se equivocaba, es el mundo de las mentalidades más conservadoras, pero también el de las más liberales, ilustradas, y el mundo de Alberti, Antonio Machado y Luis Cernuda que poco a poco se ha ido abriendo paso. Puede que la Macarena haya tenido mucha influencia en tan gozoso milagro.








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