Público
Público

El Papa pedirá perdón de nuevo por los escándalos de pederastia protagonizados por sacerdotes

Así lo ha anunciado George Pell, cardenal de la ciudad australiana de Sidney, que el Pontífice visitará la próxima semana con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud

MIGUEL A. ORTEGA

El Papa entonará de nuevo el mea culpa por los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia católica, esta vez en su próxima visita a Australia. Lo ha anunciado el arzobispo de Sidney, cardenal George Pell, anfitrión de Benedicto XVI en la ciudad australiana durante la asistencia del Pontífice a la Jornada Mundial de la Juventud, entre los días 15 y 20 de julio. Serán sus segundas disculpas públicas después de que el pasado mes de abril el Pontífice lamentase los escándalos protagonizados por sacerdotes estadounideses en su gira por el país americano. Para el arzobispo Pell, en aquel entonces 'manejó el asunto muy bien y creo que lo hará igual aquí'.

En aquella ocasión, Benedicto XVI se refirió a la 'profunda vergüenza' que le produjo la conducta 'gravemente inmoral' de estos sacerdotes, y admitió que la Iglesia había 'manejado mal' el problema. En su homilía en la neoyorquina catedral de San Patricio, instó a la Iglesia católica estadounidense a superar las divisiones y buscar la 'purificación' y la verdad tras los casos de pedofilia destapados en 2002.

'Os animo a cooperar con vuestros obispos para seguir trabajando de manera eficaz para resolver el asunto', manifestó. Al mismo tiempo, el sucesor de Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), cardenal William Levada, sugirió que el Vaticano podría introducir cambios en las leyes canónicas que se aplican a los clérigos que cometen abusos sexuales con niños.

Fueron éstas algunas de las reacciones de la jerarquía católica ante el alud de demandas legales contra miembros eclesiásticos en EEUU, donde varias diócesis -Boston, Los Ángeles, San Diego...- se vieron obligadas a pagar más de 2.000 millones de dólares en concepto de reparación a las víctimas; la mayor de ellas, Chicago, sufrió uno de los mayores varapalos, al ser acusado su obispo de proteger a los pederastas.

Con estos mimbres, no extraña que el Papa calificara la situación de 'un gran sufrimiento para EEUU, para la Iglesia y para mí, personalmente'. 

Ratzinger llegó a reunirse en aquella visita, y de manera inesperada, con una asociación de víctimas de abusos, algo que a priori no recoge la agenda de su inminente visita a Australia, donde grupos de apoyo de este tipo ya han reclamado entrevistarse con el Pontífice, así como que éste emita una disculpa oficial, aumente la cuantía de las compensaciones y apruebe medidas para impedir futuros casos. 'El perdón es necesario, pero debe ir acompañado de acciones concretas', ha dicho Chris MacIsaac, portavoz de Broken Rites, una de estas agrupaciones.

En nuestro país, el caso más sonado de este tipo en los últimos tiempos lo protagonizó a finales del pasado año el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, quien planteó una curiosa tesis sobre el fenómeno: 'Puede haber menores que sí lo consientan (los abusos), y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan'.

Al hilo de esto último, y a pesar de que el prelado afirmó 'respetar' la homosexualidad, vino también a preguntarse '¿por qué el abusador de menores es enfermo (y el homosexual no)?'. 'El fenómeno de la homosexualidad', dijo, entre otras cosas, 'es algo que perjudica a las personas y a la sociedad'.'A la larga, pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones' (?).

El obispado de Tenerife se apresuró a matizar que Álvarez no trató de justificar con sus declaraciones 'en ningún caso, un hecho tan condenable como es el abuso a menores'.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias