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"No podemos renunciar a los mil millones del cementerio nuclear"

Xavier Sabaté. Delegado de la Generalitat en Tarragona. Ha soliviantado al territorio con su defensa del almacén de residuos nucleares 

JORDI SIRÉ

El delegado del gobierno de la Generalitat en Tarragona y ex conseller de Gobernación, Xavier Sabaté, combina su larga tradición de lucha antinuclear con el convencimiento de que la crisis económica que vive el país 'no nos debe impedir pensar en rechazar inversiones como las que supondría la instalación del almacén en nuestra provincia' por parte de Endesa. Al fin y al cabo, mil millones de euros están encima de la mesa a la espera de la mejor puja. Y 'oportunidades como esta no abundan'.

Sus declaraciones favorables a que Tarragona no renuncie a ser destino del almacén de residuos nucleares generados por las plantas catalanas le han valido muchas críticas...

La situación económica es muy grave y lo será más en los próximos meses. Y como eso me preocupa y pido a todos, gobierno, oposición y sectores económicos que me digan qué campos podemos aprovechar para generar empleo. Y para eso sería bueno que hubiera un gran pacto energético que incluya si prescindimos o no de las nucleares. Con ello evitaríamos el temor a que la decisión que deberá tomar el ministerio de Industria el mes de julio sobre la renovación de la licencia a Garoña, de cuyos kilowatios España puede prescindir perfectamente, condicione el debate.

¿Y la Generalitat qué postura debería adoptar?

La Generalitat cuenta con un plan de energía 2006-2015 que contempla el cierre de las centrales. Es cierto que no tenemos competencias para llevarlo a cabo, pero es eso lo que debemos defender. Déjeme decir que pese a los presiones de la industria nuclear española para conseguir la ampliación de las concesiones, no se van a salir con la suya. Están jugando con todas las armas que tienen pero los accidentes de los últimos años ha sido la peor publicidad que han podido hacerse. Quizás por eso ahora están, por fin, gastándose dinero en seguridad.

¿Por qué cree que Tarragona puede ser un buen destino para el almacén nuclear?

A ver, Catalunya no puede ser el único país del planeta que por un lado sea tan irresponsable que no se haga cargo de sus residuos, tan rico que pague para que los traten fuera y tan inconsciente para rechazar, en plena época de crisis, una inversión de mil millones de euros. Además, mientras hablamos las piscinas donde se almacenan temporalmente los residuos se van llenando hasta los topes. Los residuos ya los tenemos aquí

¿Tarragona ha pagado ya su cuota de solidaridad con el resto del país en tema energético?

Es cierto que en Tarragona se instalaron dos centrales nucleares, pero de ello hace muchos años y cuando todavía vivía Franco. Y lo cierto es que con toda probabilidad ahora no lo admitiríamos. Yo el primero, porque siempre he creído que las centrales nucleares no tan solo son un mal invento sino que no tienen futuro. Y no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino financiero. Por mucho que se llenen páginas a través de los lobbies nucleares ya no hay nadie que apueste por las centrales nucleares como negocio

¿Desde el punto de vista del coste por kilovatio?

La inversión no les sale rentable porque desde que se toma la decisión de construirla hasta que sale el primer kilowatio pasan del orden de diez u once años. La central que están construyendo ahora en Finlandia lleva más de un año de retraso. Además, y en clave española, no salen ingenieros nucleares de nuestras universidades porque los jóvenes consideran que tampoco es una opción de futuro En Estados Unidos hace más de 23 años que no se ha puesto en marcha ninguna central, así como en Alemania. Un caso paradigmático puede ser el del presidente francés Sarkozy, quien en su primer viaje institucional al norte de África afirmó la voluntad de instalar plantas atómicas en la región. Bien, pues nunca más se ha vuelto a hablar del tema.

Usted propuso por cierto instalar un eólico parque marino en el Puerto de Tarragona que le valió en su día una riada de críticas.

Eso lo hice yo en la campaña para las municipales del 1999 [en las que se presentaba como cabeza de lista socialista], y el regidor convergente de Medio Ambiente anunció que se encadenaría a las rocas del muelle para impedirlo. Perdí las elecciones y me dijeron que estaba loco, que los pescadores se quedarían sin pesca y no sé cuantas cosas más. Pero la cuestión es que si países como EEUU y el Reino Unido tienen programas tan ambiciosos en el campo del ahorro, de la eficiencia energética y de las energías renovables, ¿por qué nosotros no podemos hacer lo mismo?

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