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La supuesta megaestructura alienígena de la estrella Tabby sería una nube de polvo

Dos nuevos artículos científicos descartan que la causa de los cambios de brillo de la estrella KIC 8462852 sea un cuerpo ópaco o sólido, por lo que no podría tratarse tampoco de un planeta. 

No hay estructura alienígena en torno a la estrella KIC 8462852

AGENCIAS

Más de un centenar de astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo han observado KIC 8462852 o 'Tabby', la misteriosa estrella de la que se especuló que podría albergar una "megaestructura alienígena", y creen haber averiguado la causa de sus cambios de brillo. La respuesta más probable, a día de hoy, es que el motivo de que disminuya la luz de la estrella y luego vuelva a brillar sea una nube de polvo causada por restos de cometas. 

"Lo que está pasando entre nosotros y la estrella no es opaco, como se esperaría si fuera un planeta o una megaestructura alienígena", ha concluido el investigador Roi Alonso del Observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias. Las conclusiones de las investigaciones desarrolladas en estos años han sido presentadas en dos artículos que han sido publicados hoy: uno por el numeroso equipo que lidera Tabetha Boyajian, y otro por el que dirige Hans Deeg, investigador del IAC/ULL.

La estrella de Tabby es una estrella promedio, un 50% más grande que el Sol, 1.000 grados más caliente que nuestra estrella y a más de 1.000 años luz de distancia.
Sin embargo, inexplicablemente ha estado aumentando y disminuyendo de brillo de forma esporádica. Multitud de teorías y especulaciones de todo tipo se habían formulado para explicar ese inusual patrón de luz de la estrella, incluida una megaestructura alienígena que orbitaría a su alrededor. Una teoría que ahora queda prácticamente descartada. 

Sin embargo, aún no se han encontrado todas las respuestas. En este momento, los equipos que están observando esperan que la Estrella de Tabby se despierte nuevamente y muestre atenuaciones más fuertes, del 10 o el 20%, similares a las observadas por Kepler hace más de cinco años.

Si bien los datos actuales apoyan la hipótesis de que un cuerpo escondido dentro de una gran nube de polvo está causando estas atenuaciones, con futuras observaciones de unas fluctuaciones más profundas se espera poder resolver definitivamente el rompecabezas que esta estrella ha planteado.

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