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Adicciones El abuso de los videojuegos llega al catálogo de la OMS como "trastorno del juego"

No obstante, la propia OMS reconoce que existen pocas evidencias y recuerda que "los estudios sugieren que el trastorno de juego afecta solo a una pequeña proporción de personas que participan en actividades de videojuegos".

Una mujer asiste a la última edición de la feria de videojuegos E3 en Los Ángeles (EEUU). REUTERS/Mike Blake

La llamada adicción a los videojuegos, que tantas veces copa titulares de prensa e informativos de radio y televisión, ya está incluida en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte de los “trastornos del juego”.

La propia OMS anuncia que el trastorno del juego, con sus variantes en línea y fuera de línea, ha sido incluido como un "síndrome clínicamente significativo y reconocible, cuando el patrón de comportamiento del juego es de tal naturaleza e intensidad que resulta en marcada angustia o deterioro significativo en el funcionamiento personal, familiar, social, educativo u ocupacional”.

Ya en 2013 se incluyó el "trastorno de juegos de Internet" en la clasificación de trastornos mentales y de conducta de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-5), como condición para futuros estudios.

Ahora, los trastornos de juego, a partir del abuso de los videojuegos o juegos digitales (en línea o no), se describen a partir de “un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente” que se manifiesta por:

1) Control alterado de los juegos, con especial foco en la frecuencia, intensidad, duración, terminación y contexto.

2) Aumento de la prioridad otorgada a los juegos en la medida en que los juegos tengan prioridad sobre otros intereses de la vida y las actividades diarias.

3) Continuación o escalada del juego a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas.

La guía establece que el patrón de comportamiento —continuo o episódico y recurrente— ha de ser “de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes”.

La organización afirma que se han reportado casos clínicos de comportamiento de juego que conducen a angustia o deterioro significativo” para quienes sufren esta adicción, normalmente detectables a partir de los 12 meses. No obstante, algunos expertos se muestran cuando menos escépticos.

¿'Adicción' a los videojuegos? 

Jerónimo Sáiz, jefe del servicio de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y catedrático en la Universidad de Alcalá de Henares, comenta a Público, en conversación telefónica, que “existe mucho debate en general con éste y con otros trastornos que tienen que ver con el mal control de impulsos y adicciones de otros estilos”.

“Hasta ahora la Asociación Psiquiátrica Americana había aceptado la ludopatía, el juego patológico, pero luego han surgido todas estas otras adicciones comportamentales al uso de tecnologías, redes sociales, trabajo, sexo [un tema éste que, particularmente, considera muy “difícil de estudiar”], compras…. Y creo que no son comparables”, sostiene Sáiz.

Ya desde 2014 la OMS está atenta a las implicaciones para la salud pública del uso excesivo de Internet, ordenadores, teléfonos inteligentes y dispositivos electrónicos similares, como respuesta a las preocupaciones expresadas por grupos profesionales, centros colaboradores de la OMS, académicos y especialistas clínicos sobre las consecuencias sanitarias del uso y abuso de estas tecnologías.

No obstante, la propia OMS recuerda que “los estudios sugieren que el trastorno de juego afecta solo a una pequeña proporción de personas que participan en actividades de vídeo digital o de videojuegos”.

“Desde la experiencia clínica sabemos que en relación con la ludopatía, la posibilidad de jugar online ha disparado el problema, eso es evidente”, comenta Sáiz, que añade: “Yo sinceramente no creo que sea correcto hablar de adicción a los videojuegos, en tanto que una adicción es una enfermedad, y una enfermedad es otra cosa, no es simplemente un deslizamiento a un mal control o una voluntad laxa”. “Entiendo que puede haber problemas de conducta que tienen que ver con el autocontrol, pero no le daría la categoría de una enfermedad adictiva, al mismo nivel que el alcoholismo o el consumo de heroína”.

La "medicalización" de los problemas

"Incluimos el trastorno de jugar de forma adictiva tras analizar las pocas evidencias que tenemos y tras escuchar a un Comité Científico que sugirió que este nuevo fenómeno se incluyera como una enfermedad que puede y debe ser tratada", explicó en rueda de prensa el director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena. Precisamente, esta falta de datos empíricos es una de las razones para incluir este trastorno en la lista, porque las informaciones que se han analizado apuntan hacia una dirección, pero la OMS quiere cerciorarse y valorar su alcance real, informa EFE.

“El problema que existe de fondo es la medicalización o la psicologización de nuevas conductas, y acabas diciendo que la rinomanía es meterse el dedo en la nariz, o se habla sobre el síndrome del lunes en comparación con el del viernes, parece que estamos haciendo de lo patológico algo trivial y eso tampoco me parece buena idea”, lamenta Sáiz. “Creo que el abuso de videojuegos por parte de adolescentes no es una patología, es otra cosa, pero no patológico; hay que prestar atención a ese hecho, sin duda, pero no creo que sea necesario que exista un diagnóstico de la OMS, esto me cuesta más”.

En una línea similar, la OMS apunta que “las personas que participan en los juegos deben estar atentos a la cantidad de tiempo que dedican a actividades de juego, especialmente cuando excluye otras actividades diarias, así como a cualquier cambio en su salud física o psicológica y funcionamiento social que pueda ser atribuido a su patrón de comportamiento de juego”.

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