Opinión · La trama mediática
María San Gil se queda sin sueldo
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Tal vez hoy revienten las columnas y las tertulias de floridos elogios para la santa patrona de la ultresía, pero no deja de llamar la atención que veinticuatro horas después de la despedida de María San Gil, la mayoría de sus tunos de corps hayan rondado frente a otras tapias. Curioso, también, que quienes sí han tenido en su memoria a la Agustina de Aragón donostiarra hayan encontrado lo más heroico de su adiós en la renuncia económica. Era el caso de Esperanza Aguirre, que le decía, ayer, a Carlos Herrera en Onda Cero que “es una decisión que le honra, porque cuando alguien lleva una decisión hasta sus últimas consecuencias, como para quedarse sin sueldo a fin de mes, por lo menos, hay que respetarla”.
Libertad Digital –igualmente, excepción entre los olvidadizos– adornó con prosa épica y un par de metáforas (poltrona es igual a parné, no nos engañemos) la misma idea expresada un tanto ordinariamente por la lideresa del PP madrileño: “Ya no quedan políticos así, que antepongan sus ideas a la poltrona y que no estén dispuestos, bajo ningún concepto, a comerciar con sus principios. Bravo, María”.
Sin duda, el texto pretendía ser una loa entregada a la dimisionaria, pero el autor enseñaba lo suficiente la patita como para que se viera que, en realidad, la intención era descargar cuarto y mitad de soplamocos en la cara de Mariano Rajoy. Juzguen: “Un ejemplo a seguir que, sin embargo, no ha encontrado cabida en el nuevo partido a la búlgara de Rajoy. Un partido que se avergüenza de sí mismo y de sus votantes, que ha confundido la oposición con el tancredismo más ridículo, que ha perpetrado, en suma, el peor delito que puede permitirse un partido político: el de engañar pública y descaradamente a los que depositaron su confianza en él”, escribía el editorialista.
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No, la guerra de la gaviota no ha terminado. Aparte de Federico Jiménez Losantos –que cada día unta dialécticamente una docena de veces a Rajoy– y de sus mariachis de Cope, Libertad Digital o El Mundo, en las trincheras amigas se cuela de tanto en tanto un partisano incordión. Ayer localizamos en tareas de zapa en el equilibrista ABC a Carlos Martínez Gorriarán. “El PP, cuando no plagia a Rosa Díez, se desvive por acercarse a los nacionalistas para recuperar la condición de aspirante a volver a la Moncloa respetando esas reglas no escritas que, en buena parte, son responsables de la persistencia de ETA y de sus crímenes a los 49 años de su inicio, nada menos”, acusaba el miembro de Unión, Progreso y Democracia desde la sagrada página tres del vetusto diario.
Alfonso Ussía, nombre de premio
Terminamos con un anuncio, por si dan el perfil y quieren ganar 6.000 euros. La Razón ha convocado unos galardones que pretenden reflejar (cito textualmente, como siempre) “los valores que inspiraron su creación: solidaridad, humanidad, esfuerzo, valentía”. Los han bautizado Premios Alfonso Ussía, en honor a la firma del periódico que mejor personifica esas virtudes. No miren el calendario. Todavía queda mucho para el 28 de diciembre.
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