Opinión · La trama mediática
Sin novedad en el frente
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Debe de ser la calma que precede a la tempestad, la galbana de la vuelta al cole o quizá, ahora que se lleva, una tregua difusa. Procede la advertencia para quienes se llegan a estas líneas con el masoquismo en bandolera y hoy tal vez marchen decepcionados por el bajo octanaje de lo recolectado. Otra posible explicación: Diestralandia da el oso por cazado. “El PP roza la mayoría absoluta y le saca 10 puntos al PSOE”, se albriciaba La Razón en primera, y su profeta en nómina, José María Marco, daba por inaugurado -ese era el título de la columna- “El postzapaterismo”.
Por si se lo preguntan en alguna oposición del inminente nuevo régimen, anoten la que, según el erudito Marco, ha sido la seña de identidad de esta era que felizmente dejamos atrás: “Cualquier cosa vale contra quien no piensa como yo, en particular contra 'la derecha'. Resultado de esta actitud es la degradación de la vida pública (y de la privada) y la sustitución del diálogo por el monólogo ante el espejo de los convencidos”. Si se quieren adornar, pueden plagiar, poniendo los verbos en pasado, la aportación de Juan Manuel De Prada en ABC: “Zapatero, que nos arranca libras de carne con crueldad impávida, no ha traicionado sin embargo sus consignas, que hoy enarbola con mayor ahínco que nunca”.
¿Liberados? No, gracias
Y en esto llegó la lideresa y mandó parar. ¿Quieren gresca los sindicatos? Pues la van a tener. “Aguirre ultima quitarles a los sindicatos 2.000 liberados”, se felicitaba El Mundo en su frontispicio. Entusiasmado, el editorialista sentenciaba: “Disminución de liberados sindicales: una medida valiente y justa”. Ahora sólo hace falta que expliquen cómo la van a poner en práctica. Y como todos queremos más, Libertad Digital ponía negro sobre blanco, también en su editorial, el próximo objetivo: “Por la prohibición de la mafia de los piquetes”, exigía desde el titular. ¿Habrá miedo de que la huelga del día 29 no sea el anunciado fracaso?
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Desde su diario parte de guerra en La Gaceta -ya saben que la acre pieza lleva por título “En el día de hoy”-, Carlos Dávila se ocupaba de los villanos del nordeste peninsular apelando, tiene gracia en él, a la memoria: “Aquí hay que tener memoria porque de tontos es no recordar que ambos, Montilla y Mas, se fueron al notario para echar de Cataluña al Partido Popular. Es de esperar que tampoco Rajoy se haya olvidado el sopapo del charnego Montilla y del soberanista Mas”. Continuará.
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