Cargando...

Opinión · Bob Pop ve Tv

Maricones como nosotros

Publicidad

"Había que ser chicazo y no nenaza, si se era maricón. Sobre todo si se era maricón. Esta filosofía de vestuario, con sus maneras indirectas de agredir y negar el amor a los chicos, a los hombres, el amor entre iguales, la había respirado Ramón Durán desde muy joven”, escribió Alvaro Pombo en su excelente novela ‘Contra natura’, en 2005.

Click to enlarge
A fallback.

“A mí la palabra matrimonio homosexual no me gusta y me da un poco la risa tonta cuando se usa”, dijo ayer Pombo –candidato por UPyD al Senado– durante una entrevista con Ana Pastor en ‘Los desayunos de TVE’, si bien acabó por reconocer que él y su partido  defienden el uso del término 'matrimonio' entre homosexuales. Aguantándose la risa floja, supongo, pero lo defienden. Pidiéndole a Toni Cantó que baje un poco la voz mientras rapea lo defienden. Esquivando los pendientes de Rosa Díez cuando gira sobre sí misma como una derviche al grito de “¡Bipartidismo no, tripartidismo YA!” lo defienden. Así también Pombo defendía en  el epílogo de ‘Contra natura’ la necesidad de lograr “una nueva eticidad gay”, y lo planteaba en serio, tanto como la tragedia que trazaba en la ficción, participada por  el imaginario Ramón Durán, y cuya edición de Anagrama lleva en portada una fotografía del artista Leigh Bowery con  su novio Trojan en Londres, en plena era Thatcher; cuando la diversión que ellos habían elegido para evadirse no daba ninguna risa tonta.

“Había que ser chicazo y no nenaza, si se era maricón. Sobre todo si se era maricón”. Eso hizo ayer Pombo: poner gesto de duro, media sonrisa condescendiente y confundir la libertad reflexiva de la narrativa con el discurso político acelerado en televisión. Ayer, Don Alvaro, sin darse mucha cuenta, se abandonó a esa falsa independencia que da la escritura para poder decirlo todo y terminó emulando la suerte de la protagonista de una de sus obras menores:  'Telepena de Celia Cecilia Villalobo'. Lástima.

Publicidad

Publicidad