Opinión · Puntadas sin hilo
Aprovechamiento político de una muerte
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Pregunto: ¿Es correcto, y ético, el aprovechamiento político que está haciendo el Partido Popular de una muerte que, según todos los indicios, incluidos los de la investigación policial, obedece a una venganza particular? La respuesta está en el viento de las urnas del día 25. ¿O estoy equivocado y no existe tal utilización porque la muerte se debe a fricciones políticas con las presuntas asesinas?
En todo caso no es normal que la vida política se detenga y se vea solo a través de ese prisma durante al menos dos días. ¿Tan edificante era esa persona que en tiempos de paro agudo había ocupado doce cargos, todos ellos retribuidos, y cobrado dietas de viajes haciéndolos en coche oficial, ente otras lindezas de gestión? Gobernaba con mano de hierro, era la mayor alabanza que se le atribuía. ¿Mano de hierro no es lo contrario de flexibilidad política? Toda muerte es rechazable, y más si se produce en indefensión y soledad. Pero tanto elogio ruboriza, y un algo de mesura sería más aconsejable, sin que la memoria de la víctima padeciese.
Yo lamento la muerte de Isabel Carrasco, y lamento también el resultado político de tal muerte. Y lamento su historial. Que la muerte sea un estímulo electoral no es síntoma de normalidad democrática - tampoco lo fue el 11 M - ni de mentalidades nobles. Habría que definir de una vez qué es lo que no vale en política, salvo que se crea que todo vale, y la ética y la discreción son conceptos ausentes. La política no debería, no se rían, ser cruel. No debería inducir a que la sangre de la gente hierva y la venganza se transforme en votos. Asesino y asesinado, los dos son víctimas de la vesania política que padecemos.
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Si la asesinada no fuera política de profesión, ¿se habrían suspendido los actos electorales? ¿A qué esta melodramática distinción? ¿Se suspenden acaso en honor de los ocultados suicidados por falta de trabajo, por los caídos en desesperación silenciosa, por los cuatro millones de parados sin prestación alguna, por las depresiones laborales, por las enfermedades mentales provocadas con tantos millones de angustias y despidos? Si se les homenajeara, seguramente no habría campañas electorales. Y seguramente también sería la única medida acertada ante tantísimos millones de muertes civiles. Empero, repito, mi sentimiento por la muerte de Isabel Carrasco. Pero no más.
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