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Opinión ·

Economía Crítica: crónica de las XIV Jornadas

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Luis Baratas González y Mario Rísquez Ramos

Estudiantes del master de Economía Internacional y Desarrollo (Universidad Complutense de Madrid) y miembros del colectivo econoNuestra

Este año nos dábamos cita la primera semana de septiembre en Valladolid. El motivo, la XIV edición de las Jornadas de Economía Crítica. Unas jornadas con el foco puesto en la construcción de análisis y perspectivas económicas alternativas a la de aquellos lugares comunes que encontramos dentro de la academia, pero también en parte del terreno político y social.

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Ya en un primer plenario, la mañana del jueves 4 de septiembre, se articulaban diferentes contribuciones desde enfoques como el marxista, la economía feminista y la ecológica. Alan Freeman, desde una óptica marxista, comenzó señalando brevemente la pertinencia de utilizar el cuerpo teórico marxista a la hora de comprender el funcionamiento del sistema capitalista. Aun así, como era de esperar, no calló en el error de tomar dichos postulados como dogmas, y avisó que en el caso de hacerlo, estaríamos tropezando con la misma piedra que tropiezan los economistas ortodoxos de los que tanto renegamos en estas jornadas. A continuación, introduciéndonos retrospectivamente en un debate entre Kondratiev y Trotsky, hizo referencia al tan recurrente debate en las filas marxianas sobre la endogeneidad o exogeneidad de los ciclos económicos. Desde ese punto nos presentó la hipótesis que sostiene: la caída de la tasa de ganancia es el factor endógeno causante de la crisis; mientras que la recuperación pasa por factores exógenos. Trazando un paralelismo con la situación de crisis actual, defendió una recuperación de carácter exógeno, en la que el Estado tomase un papel protagonista en el proceso de acumulación.

Por otra parte, la economista feminista Lourdes Benería fue la encargada de inaugurar las aportaciones que desde la economía feminista se harían a estas jornadas. Comenzó su ponencia haciendo hincapié en la necesidad de superar al homo œconomicus como sujeto de estudio, ya que su exceso de racionalidad hace de él un sujeto no representativo de la realidad. Una vez abierta esta línea, la ponente enfatizó en contraponer a la concepción de economía positiva defendida por la ortodoxia académica, una economía normativa, más porosa y no carente de juicos valorativos. Esto lo ilustró con el curioso experimento realizado por el economista R. Frank, según el cual, el comportamiento menos altruista entre diversos tipos de estudiantes, se daba especialmente en los estudiantes de economía. Se trataba de evidenciar un “lavado de cerebro” en nuestros estudiantes fruto de los programas de estudio aplicados. Una vez finalizada la crítica transversal a la economía ortodoxa, comenzó a señalar expresamente las críticas y aportaciones que desde la economía feminista se llevan a cabo. En este apartado mostró, los que para ella son, los grandes avances que ofrece la óptica feminista: una visión alternativa radicada en la sostenibilidad de la vida, el trabajo de cuidados/doméstico como parte fundamental para la reproducción humana, el cuidado de la tierra que vincula la economía feminista a la economía ecológica en el sentido de una reproducción social, la necesidad de combatir las diversas expresiones de la desigualdad de género y la novedad en la vinculación de los estudios de macroeconomía y género (Bargaining models – Bina Agarwal).

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Finalmente, desde una perspectiva ecologista, el catedrático de Teoría Económica Jordi Roca nos habló del cambio que hemos sufrido en relación a la utilización de los recursos energéticos: de renovables a no renovables; y en el uso de los recursos materiales: de un esquema circular y sostenible a una linealidad caracterizada por la secuencia extracción, utilización y generación de residuos. Por tanto, el debate no debería centrarse únicamente en cómo salir de la crisis, sino en cómo transitar a un modelo más justo, estable y sostenible. Desde el público, uno de los asistentes hacía hincapié en la necesidad de integrar y tender puentes entre las diferentes contribuciones, hallar nexos y puntos en común desde los que abordar la realidad económica y la problemática actual con un discurso integral y sensible a todas estas cuestiones.

Tras un descanso para almorzar, llegaba el turno de la tarde, con un conjunto de sesiones divididas en una gran variedad de áreas temáticas: Economía Mundial y Regional, Economía Ecológica, Economía Feminista, Economía Laboral, Economía Social, sobre el Estado del Bienestar y Rentas Básicas, y también sobre Fundamentos de Economía Crítica, Política Económica y Construcción Europea. Tras varias horas en las que se pudieron discutir interesantes trabajos de investigación; en un espacio y un ambiente que dan lugar a debates ricos y constructivos, a diferencia de otros en donde abunda la rigidez y el hermetismo, llegó el momento de cerrar la primera jornada con una visita guiada por el centro histórico de la ciudad.

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La segunda jornada comenzó con un plenario a cargo del economista francés Michel Husson y del profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid Fernando Luengo, sobre la crisis estructural de la zona euro. En esta sesión se abordó la problemática que caracteriza el escenario de crisis en el que está sumida una Europa fracturada. Para ambos, la crisis europea hunde sus raíces en un proceso de largo recorrido, por lo que las líneas generales que se debieran trazar para una salida de la misma tendrían que situar el foco del análisis en dichas raíces, y no en aspectos meramente coyunturales o auxiliares.

Tras esto, comenzaron de nuevo las sesiones de áreas temáticas; que se vieron complementadas con la proyección del documental ‘De Sentido Común’. Producido conjuntamente por EconoNuestra y Economía Alternativa, trataba de poner en tela de juicio las certezas asumidas dentro de un discurso económico hegemónico que convive en contradicción con buena parte de la realidad.

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Finalmente, la sesión de la tarde consistió en una mesa de debate en torno a cómo fomentar la economía crítica en la Universidad. Primero la estudiante Laura de la Villa, del grupo promotor del Manifiesto ‘Por el pluralismo en la Economía’, y después el profesor de economía aplicada de la Universidad de Valladolid Oscar Carpintero, ofrecieron desde ambos puntos de vista el diagnóstico y las posibles líneas de actuación para tratar de transformar la enseñanza de una ciencia economía dominante que adolece de un inmovilismo tal que impide un debate honesto y fértil acerca de cómo y qué es lo que se tiene que enseñar en las facultades de economía. Si de lo que se trata es de aproximarse a comprender la realidad económica y social que nos rodea, palabras como pluralismo o transdisciplinariedad son ejes centrales sobre los que debe articularse otro modo de proceder en la Universidad.

En definitiva, dos grandes días de enriquecedoras ponencias y acalorados pero amistosos debates en favor de una mayor pluralidad en los estudios de economía. Que estos espacios de socialización, aprendizaje y discusión de ideas sigan sirviendo de oxígeno para el cambio, y que la voluntad de los que estamos por el mismo sea el elemento que propicie esa necesaria combustión.

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