Opinión · Posos de anarquía
Rajoy saca pecho y presume de ignorancia
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Hoy tiene lugar en Madrid la la cumbre del Comité contra el Terrorismo de la ONU (CTED). Mariano Rajoy ejercía de anfitrión y se ha sentido importante; a fin de cuentas, este tipo de reuniones no suelen celebrarse fuera de Nueva York, donde tiene la sede el Consejo de Seguridad de la ONU (al que pertenece temporalmente España tras haber invertido más de un millón de euros para ello).
A la cumbre asisten más de 400 expertos y dirigentes de cerca de 70 países; fíjense que se distingue entre expertos y dirigentes, porque a todas luces que presidentes como Rajoy no están a la altura de la especialización de un encuentro como éste. De otro modo no se entendería que Rajoy haya comparando el yihadismo con ETA, cuando ha sacado pecho de que el terrorismo se puede derrotar con el imperio de la ley.
Es preocupante que ningún asesor advierta al presidente del ridículo que puede llegar a hacer, porque las semejanzas entre el yihadismo y ETA son las mismas que entre la noche y el día. Ni sus orígenes, ni sus métodos -aunque en el 11-M alguno los confundiera-, ni sus motivaciones, ni las características de sus seguidores tienen absolutamente nada que ver. ¿Recuerdan hace años el intento de atentado de ETA contra el rey en Palma de Mallorca? No se produjo porque no había una vía de salida clara; con el yihadismo esto habría sido secundario. Es sólo un ejemplo, pero que demuestra cómo ambos tipos de terrorismo no pueden meterse en el mismo saco.
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Sin embargo, a Rajoy le da igual, como igual le da que muchos de los que tenía sentados enfrente ni siquiera tuvieran una idea clara de lo que era ETA, pues incluso en su etapa más activa en muchos países extranjeros era considerada como una banda separatista, no terrorista. "Pero qué más da", pensará Rajoy, "con tal de sacar pecho, y más en año electoral, lo que sea". Lo hace con la creación de empleo, aunque la mismísima OCDE le acuse de "campeón de la precaridad"; lo hace con la atracción de inversión extranjera, aunque en realidad son fondos buitres que compran vivienda social a precio de saldo... y el día menos pensado lo hará con el cambio climático, afirmando que ya se lo dijo su primo, que la pobreza energética no sería un problema porque el invierno se acortaría.
Combatir el yihadismo es mucho más que bombardear al ISIS, que desarticular células terroristas o detener lobos solitarios. Combatir el yihadismo empieza por acabar con el terrorismo que Occidente ha emprendido en Oriente, con acabar con las injerencias en países extranjeros enarbolando la bandera de la democracia mientras sólo se quieren recursos naturales. Combatir el yihadismo es dejar de bombardear con drones y masacrar a civiles inocentes cuyos familiares supervivientes se vuelven yihadistas en su deseo de venganza.
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Combatir el yihadismo parte por el imperativo de que Occidente, de una vez por todas, asuma su cuota de responsabilidad en la generación de este terrorismo, que corrija sus errores y de veras busque un mundo en paz, no sólo el bienestar en una pequeña porción del Planeta... a costa del resto.
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